Damask Metal Fest: Debut más que satisfactorio

David Sanchéz 'Dagda' (Celtibeerian)

Celtibeerian daba el pistoletazo de salida y de buenas a primeras vino a decirnos que no era hora de siesta pese a ser las 18:00. La banda capitaneada por Gus, nacida en pleno auge del viking/folk metal, ha sabido mantenerse para recoger sus frutos. Su oda al alcohol, a la fiesta y a la alegría les hizo ganarse el favor del numeroso público que ya estaba en la sala, y no dejaron indiferente a nadie. En 45 minutos montaron una fiesta muy cañera que tuvo entre sus momentos álgidos “The Wolf I Am” o “The Booze Song”, que se vio reforzada por un buen sonido.

Tras un breve parón llegaron los suecos Dragonland. Creo que a estas alturas, a parte de la organización, pocos pensaban que siguieran en activo, pues hace siete años de su último trabajo, ‘Under the Grey Banner’.

Anders Hammer (Dragonland)

La banda comandada por Jonas Heidgert salió con fuerza al escenario con “Shadow of the Mithril Mountains”, que fue la única mirada a su aclamado ‘Holy War’, y “A Thousand Towers White”. Pero de repente ese buen inicio se vino abajo por completo debido a un pésimo sonido. Y es que el técnico de la sala no tenía ni idea de cómo debían sonar. Una voz excesivamente alta y unas guitarras bajísimas dieron al traste con el buen hacer de la banda. Dragonland siempre ha tocado un Power Metal menos recargado que otras bandas de su generación (no olvidemos que su debut es de 2001) y, si no gozan de un sonido limpio, su propuesta se ve seriamente perjudicada, como así sucedió en el Damask Metal Fest. A partir de ahí todo se tornó lineal y solo una versión de la banda sonora de ‘La historia interminable’ logró la algarabía del respetable en términos generales porque sus más fieles corearon temas como “Supernova” o “Astronomy”.

Heike Langhans (Draconian)

llegaron Draconian y la cosa se puso seria. El nivel del Damask daba un salto cualitativo de muchos quilates, y es que hacía diez años que Draconian no venía a Barcelona. Además. ésta era su primera visita con Heike Langhans.

Su concierto empezó con “Stellar Tombs” y continuó con “Heavy Lies the Crown”, ambos de su más reciente ‘Sovran’. La banda, muy sobria en todo momento, transmitía melancolía en cada nota, tristeza en cada desgarro a través de la delicada voz de Heike y los guturales de Anders Jacobsson. Y es que, pese a la longevidad en el tiempo de este estilo que tanto popularizaron Theatre of Tragedy, Tristania o los propios Draconian en los noventa, esta propuesta sigue tan vigente como el primer día.

El concierto se sucedía con un sonido mejorable, especialmente en las guitarras y la voz de Heike, por lo que en esos momentos tocaba más sentir que escuchar, ya que cuando la banda toca “Pale Tortured Blue” o “Scenery of Loss” de su aclamado ‘Arcane Rain Fell’, uno solo puede dejarse llevar y entregarse a la banda por completo. Draconian cumplió con creces y superó todas las expectativas, dejando un excelente sabor de boca. Ahora solo queda esperar a que tarden menos en volver.

Y cerraban el cartel Haggard, que también llevaba once años sin actuar en Barcelona, así que se los fans les tenían ganas. Unas 400 personas los esperaban con los brazos abiertos. El perfeccionismo de Asis Nasseri hizo que se retrasara el inicio del concierto por acabar de pulir algunos detalles de sonido que no le convencían. Y es que Haggard fue la única banda que llevaba a su propio técnico de sonido. Pero cuando empezaron, llenaron la sala de magia.

Janika Groß (Haggard)

Once músicos para un despliegue musical digno de mención en el que destacaron Janika Groß (sorpano) y Catalina Popa a la flauta travesera, que no dejó de hacer headbanging más que para tocar. El repertorio fue un compendio de grandes éxitos ,aunque la banda es consciente de que ‘Awaken the Centuries’ y ‘Eppur si Muove’ son sus grandes baluartes.

“A Midnight Gatherin” y “Of a Might Divine” suponen una explosión de sensaciones entre la concurrencia, y es que no estamos acostumbrados a escuchar este tipo de música en Razzmatazz. El escenario luce muy elegante, con instrumentos de cuerda y viento en la parte central, mientras los flancos quedan para un electrizante Claudio Quarta a la guitarra y un activo bajista/tenor Johannes Schleiermacher.

Asis Nasseri (Haggard)

“Herr Mannelig” supuso uno de los momentos álgidos del concierto por la belleza de la pieza, la interpretación de Janika y porque Asis y Claudio bajaron a tocar entre un público que vitoreaba y aprovechaba para hacerse fotos con ellos mientras completaban esta canción tradicional alemana que ya popularizó en su momento In Extremo.

El concierto se sucedía un ritmo vertiginoso y caían “The Observer” y un “Eppur Si Muove”, que sirvió para que Asis recordara, con un interesante discurso, la figura de Galileo Galilei, en quien basaron su tercer trabajo.

Otro de los momentos destacados fue la interpretación de “In a Pale’s Moon Shadow”, de su primer trabajo ‘And Thou Shalt Trust… The Seer’, de hace veintiún años. Reconozco que no esperaba que se remontaran tan atrás, aunque celebré su incursión en el repertorio. “Seven From a Far” y “Awaking the Centuries” sirvieron para coronar un concierto de casi hora y tres cuartos que terminó pasadas las 23:00, algo inusual en Razzmatazz, dado que luego abren de discoteca.

Y así terminó la primera edición de este Damask Metal Fest que tendrá continuidad en 2019, esperemos que con un cartel tan atractivo como este.

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