Crónicas

Wiegedood + Lys Morke: Teñidos de rojo sangre

«Ya sea por escasez de conciertos de metal extremo este año o simplemente por maestría, fue un concierto generalmente muy disfrutado, dejando buenas sensaciones en la mayoría de los asistentes»

25 mayo 2022

Razzmatazz 3, Barcelona

Texto y fotos: Irene Serrano

Wiegedood

Velada dividida en una dicotomía de estilos casi opuestos, aun siempre sumiendo a los asistentes en la oscuridad, ya sea por la violencia, la rabia y el asco de Wiegedood, o por el amor cruel y la pérdida de Lys Morke. El estreno de ‘There’s Always Blood at the End of the Road’ dejó al público con las ganas de disfrutar en directo temas de la trilogía debut del trío belga, y la propuesta desdibujada de Lys Morke estableció contacto con lo más íntimo mediante atmósferas amplias, bajos profundos y distorsiones vocales, a pesar de estar algo lejos de lo que esperaban los asistentes.

Después de la trilogía a la que dio lugar su debut, ‘De Doden Hebben Het Goen’ I, II y III (de 2015, 2017 y 2018, respectivamente), el trío belga Wiegedood sacaba este pasado enero su cuarto larga duración, ‘There’s Always Blood at the End of the Road’. Este nuevo trabajo ha supuesto un cambio de dinámica sobre lo que conocemos de la banda: seguimos teniendo su black metal tan único, con su marca personal, además de ese reconocible gutural combinado con el derivado del canto mongol que ya teníamos en la trilogía; pero esta vez se han superado de oscuridad tanto poética como musicalmente. Su nueva propuesta nos trae más samples, más punteos limpios, algún que otro sintetizador, y sobre todo un texto más terrenal y sucio, que explora las partes más oscuras de la humanidad desde el asco y la violencia, pero también desde la melancolía y la miseria.

Poco después de tal bomba, anunciaron una gira europea como presentación de este nuevo trabajo, con cuatro fechas en la península, que pasó este pasado miércoles 25 de mayo por la sala Razzmatazz 3, acompañado de otro trío, esta vez local: el proyecto de fusión de ambient, electrónica y rock alternativo de Lys Morke, compuesto por exmiembros de Obsidian Kingdom, que marcó el principio de la velada con una propuesta inusual para un concierto de black metal. La cantautora y guitarrista de la banda, Irene Talló, está produciendo actualmente su primer EP, que tiene pensado ver la luz este próximo otoño, aún sin fecha de lanzamiento.

Lys Morke

El concierto dio comienzo tras esos cinco minutos de cortesía, tiempo que tardaron los músicos en adentrarse en sus extensas instalaciones de sintetizadores y pedales diversos. Iniciaron con “Fleeting Feeling”, un tema de carácter melancólico y de atmósferas amplias, donde la vocalista nos dio una primera muestra de las distorsiones vocales que tenía preparadas para el concierto. El ritmo vino marcado por percusión electrónica en directo, que a lo largo de la noche iría aumentando su densidad. Pronto la vocalista cogería su guitarra, que supondría el único instrumento tradicional observable en el escenario.

Continuaron con “No Exit (Interludi)” y “No Exit”, donde nos hundieron un poco más en esa oscuridad melancólica. Los samples fueron abundantes, sobre todo al principio, constituyendo la base de ese carácter etéreo inicial. En general, se trató de una presentación íntima que tocaba temas como el amor cruel, la pérdida o el deseo, con las emociones a flor de piel.

Seguidamente, el interludio “Sangre” llevó a “Nothing Means Anything Anymore”. El rango de efectos vocales iba aumentando, y el espacio sonoro se iba reduciendo hacia algo menos etéreo y más presente. Desgraciadamente, la iluminación de la sala no permitía acompañar las sonoridades que creaban los músicos, ya que se mantuvo estática con rojos y azules todo el concierto, además de unas incómodas luces de cara blancas.

Wiegedood

“Wrong Places” y “Affection” empezaron a orientar el concierto a algo más parecido a lo que se conoce popularmente como música electrónica, con ritmos más duros y atmósferas más pequeñas. A continuación, tocaron un tema aún sin título, para terminar finalmente con “Scolopendra”. A pesar de ser una propuesta interesante, resultó poco adecuada para algunos de los presentes entre el público al tratarse de un estilo muy alejado del de los cabezas de cartel, por lo que los artistas se encontraron con una sala menos llena de lo que se observaría luego.

Durante la pausa, la sala se fue llenando –a pesar de estar lejos del soldout– y Wiegedood dio comienzo con “FN SCAR 16”, el primer tema del LP ‘There’s Always Blood at the End of the Road’. Empezaron súbitamente, sin rodeos, y tiraron sin pausa hasta el final del concierto. Igual que en el disco, continuaron con el segundo tema, “And In Old Salamano’s Room, The Dog Whimpered Softly” sin un solo tiempo en medio.

Wiegedood

La banda nunca se ha caracterizado por acotarse a la estética del black metal; de hecho, nada más lejos de la realidad. Un aspecto directo y honesto, casi hasta el punto de sórdida y hostil humildad, es en lo que basaron su presentación –también en su última visita a Barcelona en 2019–, algo que no impide que transmitan la violencia y crudeza que caracteriza el estilo. Pero esta vez, acompañaba la temática un baño constante de luz roja que honoraba el nombre del disco.

Introdujeron un tercer tema del nuevo disco, “Until It Is Not”, antes de dar pie a “Ontzieling” y “De Doden Hebben Het Goed II”, los únicos temas de álbumes anteriores que tocaron, ambos de la segunda parte de la trilogía. Si el público no estaba disfrutando ya con la tralla de los temas nuevos, aquí fue donde empezaron a destrozarse cervicales. Además, también fue donde se pudo confirmar el magnífico sonido que apoyó la velada, algo inesperado (ya sea por el estilo o por la sala) que realmente lo diferenció de su último concierto en la ciudad.

Pasado el medio concierto, continuaron con “Noblesse Oblige Richesse Oblige” y “Now Will Always Be”, los temas más escuchados del nuevo LP junto con el primero. En este último hubo algún problema para distinguir los samples y los punteos limpios a pesar de ser el tema en que más presencia tienen, impidiendo así entrever los toques melancólicos de la canción.

Para terminar el concierto, tocaron el sencillo “Carousel”, que con final abrupto dejó el público algo anhelante: terminaron, se desequiparon los instrumentos y en pocos segundos ya habían bajado del escenario. Hubo algo de descontento por dejar de lado algunos de los temas más célebres, como “Cataract”, “De Doden Hebben Het Goed III” o “Prowl”. Además, resultó un concierto algo corto, ya que duró apenas una hora a pesar de ser los cabezas de cartel. Aun así, ya sea por escasez de conciertos de metal extremo este año o simplemente por maestría, fue un concierto generalmente muy disfrutado, dejando buenas sensaciones en la mayoría de los asistentes.

Redacción
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1 comentario

  • Juandie dice:

    Potentes descargas tanto por parte de LYS MORKE como de estos cada vez más grandes WIEGEDOOD en la sala más pequeña de las tres Razzmatazz de la Ciudad Condal.

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