Crónicas
Trivium + Whitechapel + Between the Buried and Me + Khemmis: El dragón que nunca duerme
«Otro bolo en la ciudad que nunca duerme, otro hito en la historia del metal en esta ciudad que tiene de todo, literalmente, pero Trivium debería estar ya tocando en estadios en sus giras»
29 octubre 2022
Palladium Times Square, Nueva York
Texto: Javier SaFer. Fotos: Luke McAfee
El próximo mes de febrero tendremos la gira de Trivium recorriendo nuestro país (3 en Bilbao, 5 en Madrid, y 7 en Barcelona), pero no nos resistimos a adelantarnos y conocer los secretos de esta nueva cruzada de los de Matt Heafy de manos de nuestros compañeros en la gran manzana: Cruzando Times Square, esquivando turistas y bañándome en la luz de todos los paneles y televisores tan famosos que salen en las películas de Hollywood, iba de camino a la puerta de la sala Palladium para encontrarme con mi compañero de batallas para la noche, Luke McAfee (@inmoshwetrust) que iba a estar a los mandos de las fotos. La noche de Nueva York marca la mitad de la gira de Trivium llamada “Deadmen and Dragons” en Norte América; gira presentación de su último disco, 'In the Court of the Dragon', y primera después de la pandemia.
Con una sala que puede llegar a llenarse con dos mil cien personas, se notaba que incluso tras la apertura de puertas, a las seis de la tarde, que la sala iba a tener buena audiencia.
Acompañando a Trivium, el cartel incluía a los doom metaleros Khemmis de Colorado, los death metaleros Whitechapel, y los death metaleros progresivos/experimentales Between the Buried and Me. A priori, pensé: "Mezcla interesante, veremos a ver como se presenta la noche". La última vez que había visto a visto a Trivium había sido en Inglaterra, en Bloodstock, por tanto, muchas ganas tenia de que lo que Matt Heafy y sus chicos tenían preparado.
Marcaban las siete de la tarde con gente todavía entrando en la sala. Khemmis comenzaba su espectáculo. Nunca he sido un fan de doom metal, pero tengo que admitir que su música tiene una buena combinación de heavy metal clásico entrelazado con la pesadez de los riffs que marcan. La combinación de voces limpias del frontman y guturales del guitarra está bien montada. La decoración es con banners con dibujos que me recuerdan mucho al estilo de los 80s, tipo Conan el Bárbaro. Canciones como “Avernal Gate” y “A Conversation with the Death” están presentes en el show que dura un poco más de media hora.
Pequeño parón, y mientras esperamos a que Whitechapel se suban al escenario, me doy un paseo a la zona del merchandising. Llevo mucho tiempo sin pasar por nuestra tierra, pero siempre me sorprende que aquí en Estados Unidos, en cualquier show al que vas, las colas en los stands de merch son inmensas, y las ventas, imagino, siempre son súper altas.
Los chicos de Knoxville empiezan trayendo un show bastante diferente del que había visto hace unos cuantos años, cuando sacarono su anterior LP, 'Kin'. El show se centró principalmente en canciones de ese álbum, más un clásico, “This is Exile”, hacia el final.
Mr. Bozeman, a los mando del sexteto de Knoxville, se sitúa en el centro y sobre su plataforma típica sacando el demonio que lleva dentro. Personalmente, creo que Phil es uno de los mejores cantantes de guturales que hay en la escena, y lo mejor de todo es que en concierto es capaz de hacer exactamente lo mismo que suena en los discos.
Una cosa muy interesante que vi del show es que cada canción tenía un juego de luces de un color (rojo, azul, morado, etc.) lo cual me recordó mucho a lo que Meshuggah hace en directo, donde las luces son un componente más de show.
Otro parón; Luke y yo nos vamos a dar una vuelta por la sala a ver cómo podemos entrar en la zona VIP, que nuestro pase nos lo permite. Después de preguntar (hay siete personas de seguridad) consigo confirmación que nos dejan entrar en el “green room” y además tenemos acceso a la parte lateral del escenario para ver a las bandas. Con eso, decidimos esperar a que Between The Buried and Me empiecen para ver lo que es disfrutar de un show entre bambalinas. Lo mejor: sonido nítido. Lo peor: la voz no se escucha, porque los altavoces apuntan a la sala, no hacia los músicos.
Mientras el grupo toca temas como “Sun of Nothing” y “Revolution in Limbo”, con una sala mas abarrotada, volvemos a la sala para terminar de disfrutar del show. Tengo que admitir que el grupo estaba haciendo un buen concierto, pero no paraba de pensar que su estilo no me cuadraba mucho con el roster de bandas del día.
Marcan las diez de la noche, y cortina blanca en el escenario lo cubre completamente. Comienza la intro del show y es la canción entera de “Run to the Hills” de Iron Maiden. Con el público ya animado, cantando el estribillo, luces fuera, cae cortina y entra Trivium al escenario con la decoración de la gira. Dos dragones con ojos rojos a los lados echan humo por la boca. La sala está casi completa, diría que con unas mil ochocientas personas viendo a los chicos de Matt descargando para la ciudad que nunca duerme.
Trivium empieza a desplegar su show con un sonido exquisito, bien calibrado y con la gente con mucha energía. Comienzan temas como “What the Deadman Say” y “Into the Mouth of Hell We March”. La batería está elevada sobre un decorado de típico arco japonés sobre el agua, de color dorado y con un dragón asiático en el medio con ojos rojos. Un verdadero guiño a su ascendencia asiática por parte de Matt.
El cantante y guitarrista no para de hacer su reconocible gesto de sacar la lengua al estilo Kiss en mitad de riffs cuando no está cantando. Cierra la segunda canción y Matt arenga la gente diciendo que cómo es posible que de los shows norteamericanos, la mejor audiencia ha estado en Montreal, Canadá. Eso anima a los neoyorkinos a tomárselo en serio y darlo todo.
Sigue la primera parte del show con temas de sus dos últimos discos, como “The Sin and The Sentence” y “Amongst the Shadows and the Stones”, este último con un comienzo increíble. Después del show, no paro de reescuchar esta canción de camino al trabajo.
Primer “encore” que Trivium hace. Matt sale sin la cazadora que llevaba, que la había visto en la zona VIP cuando estuvo hablando con los fans y la prensa que tenían acceso al backstage. Su camiseta sin mangas dejaba ver todos sus tattoos. Vuelven al escenario y descargan “In the Court of the Dragon”, y no decepcionan.
Lo que más estoy disfrutando es la voz de Matt. Su evolución como músico profesional es de primera, cada vez hace mejor los guturales y su voz limpia cada vez es más melódica. La combinación con Corey en gritos y Paolo apoyando con backing vocals es de verdad lo que define un grupo como todo-terreno. Y eso es lo que es Trivium.
Sigue el show con “The Heart from Your Hate”, “Shogun” (lo cual sorprende, porque hacía mucho que no la tocaban) y cierran con su clásico “Pull Hard on the Strings of Your Martyr”, que enloquece a la sala y demuestra por qué NYC puede ser mejor que Montreal.
Y para terminar, dejando sonar al intro “Capsizing the sea”, toda el público rodeando el escenario se baja al suelo para saltar con el comienzo de “In Waves”, que es un verdadero lujo.
Otro bolo en la ciudad que nunca duerme, otro hito en la historia del metal en esta ciudad que tiene de todo, literalmente, de todo. En mi opinión, Trivium debería estar tocando ya en estadios en sus giras propias.
Setlist de Trivium:
IX
What the Dead Men Say
Into the Mouth of Hell We March
The Sin and the Sentence
Like Light to the Flies
Amongst the Shadows & the Stones
A Skyline's Severance
The Shadow of the Abattoir
In the Court of the Dragon
To the Rats
The Heart From Your Hate
Shogun
Pull Harder on the Strings of Your Martyr
In Waves
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1 comentario
Gran resumen hacia las potentes descargas que se marcaron estas metaleras bandas en especial una que me encanta como son la banda de Orlando, TRIVIUM en dicha ciudad yanky. Todo un honor tener a TRIVIUM junto a otros históricos del Death Metal como son OBITUARY el próximo año por nuestro pais en esa gira conjunta.