Toundra + Acid Mess: Música surrealista

La velada se llevó a cabo en el patio del edificio histórico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo, en pleno centro de la capital de Asturias, en uno de los días más calurosos del verano de 2020.

Como la pandemia del Covid-19 aún no está bajo control, la organización Tiempos Nuevos 2020, que forma parte de la Fundación Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, había tomado medidas con un aforo de máximo 130 asistentes. Alrededor de la estatua del fundador de la Universidad de Oviedo, Fernando de Valdés y Salas, se colocaron 130 sillas separadas aproximadamente un metro y medio donde los fanáticos se habían sentado, todos con su mascarilla.

Acid Mess.

A las ocho de la tarde, el grupo local Acid Mess abrió el concierto con una mezcla de rock progresivo y psicodélico del que se puede esperar material nuevo pronto. Los cuatro músicos relativamente jóvenes dieron lo mejor de sí a plena luz del día con canciones principalmente instrumentales con un guiño a los años setenta.

A medida que avanzaba el set, los temas mejoraron y los chicos terminaron con un clímax después de cuarenta minutos volando como cuando Fernando Alonso lideraba un gran premio de Fórmula 1. Un directo interesante que hace esperar con ansias el nuevo álbum de los ovetenses, ‘Sangre de otros mundos’.

Después de una breve pausa de poco más de quince minutos, escuchamos Pink Floyd mientras los integrantes de Toundra se prepararon para subir al escenario. El bajista Alberto Tocados subió al escenario con una mascarilla negra la cual mantuvo durante el show entero sin quitarse ni un segundín.

La banda madrileña inicialmente iba a presentar su último álbum en la Universidad La Laboral en Gijón a fines de marzo, pero la pandemia arrojó una llave en las obras. El set en Oviedo, sin embargo, no fue el espectáculo que la banda iba a tocar en marzo pasado, sino uno con temas de la era anterior al Covid, en su mayoría canciones de ‘Vortex’, el quinto álbum de Toundra.

Inicialmente, el público reaccionó con bastante indiferencia, por lo que Esteban Girón agitó a la asistencia después de dos temas, seguido de aplausos. Un espectáculo peculiar donde el público no podía pararse, moverse o tomar una pinta. Todos tenían que permanecer sentados en su silla, con las mascarillas puestas. La calidad de lo que trajo Toundra no sufrió, su talento y profesionalismo permanecieron intactos.

Las intensas canciones instrumentales de post-rock con una inclinación progresiva se interpretaron con pasión y perseverancia, con “grinta” como dicen los italianos.

Toundra.

El más tranquilo en el escenario fue el bajista enmascarado, los guitarristas Esteban Girón y David ‘Macón’ López usaron el espacio a su alrededor para moverse y disfrutar de su espectáculo mientras que el guitarrista asturiano ocasionalmente daba un salto de gato manipulando a su Gibson Les Paul sin problemas. El batería Alex Pérez arremetió con precisión las pieles y los platillos mientras Alberto Tocadas alternaba el bajo con teclados.

La música surrealista llevó al éxtasis a la gente, casi nadie podía quedarse quieto en sus asientos y los aplausos seguían cada breve interrupción durante el set de 75 minutos con temas sofisticados de los primeros 12 años de la carrera de Toundra.

El pasado viernes 31 de julio, Toundra demostró ser una de las mejores bandas de post-rock de Europa y que no tiene nada que envidiar de bandas de post-rock como MONO o 65daysofsatic.

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