Crónicas

Tahúres Zurdos en Bilbao: Jamás vencida

«Ojalá en los próximos meses recuperen ese tiempo de oro que les arrebató la pandemia y sus actuaciones sigan despegando a la vertiginosa velocidad de crucero que certificaron durante la velada.»

2 junio 2022

Sala BBK, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Que las mujeres nunca lo tuvieron especialmente fácil en el mundo del rock es un hecho evidente. Basta comparar la de referentes masculinos que tenemos en ese ámbito en nuestro país con la de figuras femeninas. Así a bote pronto los primeros nombres que nos vendrán a la cabeza serán los de Aurora Beltrán o Mercedes Ferrer y a partir de entonces habrá que esforzarse bastante para rebuscar en la memoria. No se trata de mero victimismo, sino de un dato objetivo que no admite discusión.

Lejos de cotas artificiales que contribuyan a estigmatizar al colectivo, lo que hicieron algunas aguerridas no fue esperar a que les cedieran el paso, sino reclamar su lugar, independientemente de si gusta o no, es lo que hay. Esa misma fue la actitud de Tahúres Zurdos con la invicta Aurora Beltrán al frente, que recientemente superó una enfermedad de riñón y puso todas sus energías en el consumado regreso de los históricos navarros. La pandemia dejó todo aquello en suspensión, una verdadera pena cuando muchos conciertos estaban precisamente colgando el cartel de entradas agotadas.

Ese lógico interés por el grupo también estuvo presente en esta sesión bilbaína de calentamiento del BBK Bilbao Music Legends Fest de los próximos 24 y 25 de junio. Una nutrida multitud abarrotó la céntrica sala BBK y demostró aquello de que el que tuvo, retuvo, con una ingente cantidad de fieles que cantaron las canciones desde el comienzo y atendieron a lo que decía la guerrera Aurora Beltrán como si realmente se tratara de una auténtica clase magistral. En realidad lo era.

La plaza de Bilbao siempre fue importante para Tahúres Zurdos y esa complicidad entre artistas y público se pudo palpar a pocos minutos de que comenzaran con un temazo de la envergadura de “El chico de la mirada asustadiza” y luego mantuvieran el subidón con “Lujuria” o “Mis hijos me espían”, de la que dijeron que ya era actual a principios de los noventa y que cobra todavía más relevancia en una época en la que se pretende controlar hasta el más mínimo resquicio de la vida privada. Hace tiempo que vivimos en el Gran Hermano, que no quepa duda.

La banda sonaba impecable y la voz rasposa de Aurora dominaba el ambiente con la autoridad de la que debería ser un personaje fundamental en la historia de nuestro rock. Dan igual las décadas que hayan transcurrido, había piezas que se antojaban tan combativas hoy en día como antaño, caso de “La puta”, o “El manual”, todo un decálogo atemporal para no hacer sufrir a los semejantes. De escucha obligada.

Las letras incisivas no estaban en absoluto reñidas con el cachondeo, eso lo vimos cuando Aurora bromeó acerca de que le estaban mirando el culo a su hermano Lolo, así que ella también se dio la vuelta durante un momento para ser paritarios. En este sentido, recordó cómo antes el cuerpo femenino era considerado fuente de pecado y ahora era todo lo contrario y hasta se favorecía “enseñar las tetas”, una actitud que a ella le quedaba lejos a sus “57 años”, según confesó.

“Peligrosa” sacó las garras y una espectadora de la primera fila no pudo evitar gritar: “¡Eres una crack!”. Como supimos posteriormente, se trataba de Juanma e Iratxe, dos conocidos fieles de la artista que suelen acudir a la mayoría de sus bolos. El repertorio de la velaba estaba siendo intachable, no faltaron clásicos como “Nieve negra” o “Azul” ni tampoco esa “parte egoísta del concierto”, en palabras de Aurora, representada por “Horas”. “Esta puede que no la conozcáis”, ya advirtió antes de ese humilde testimonio de su trayectoria en solitario.

Se tornaron sentimentales con “Afiladas palabras” y la enérgica frontwoman alertó de las consecuencias que puede traer decir “Te quiero” a los otros. Y en esta tónica a flor de piel encajó cual guante el homenaje a Boni de Barricada de “Eclipse” que conocíamos por el disco ‘Nada más’. Mucho gusto tuvieron al rescatar esa pieza olvidada de ‘Flechas cardinales’, de lo mejor del recital.

Del mismo modo, colocaríamos en un punto álgido “No dispares”, probablemente de sus cortes más hardrockeros, con Lolo sobresaliendo a las seis cuerdas. “¿A qué nos ayudáis a cantar este tema?”, pidió Aurora antes de otra piedra angular como su adaptación en castellano del eterno “Because The Night” de Patti Smith. Y terminó de conquistar a la parroquia al dedicar “Chicas fuertes” a “vosotras con a” o “Planeta ruido”, en la que comparó a su padre, Manuel Beltrán, con “el señor de ‘La vida es bella’”.

No podía obviarse “La caza”, y cuando amagaron con terminar, el griterío fue monumental. El apoyo tremendo que habían recibido en la capital vizcaína no podía caer en saco roto y no lo hizo cuando regresaron con himnos del calibre de “Una noche de amor” o “Tocaré”. El epílogo lo puso “Fiesta” de Serrat, toda una sorpresa que dejó un marcado carácter animado en la despedida. No sería descabellado que muchos iniciaran una ronda de bares tras acabar el evento.

Ojalá en los próximos meses recuperen ese tiempo de oro que les arrebató la pandemia y sus actuaciones sigan despegando a la vertiginosa velocidad de crucero que certificaron durante la velada. Como decía Aurora Beltrán en “Invicta”, podrá estar “debilitada quizás, pero jamás vencida”. Un tesón y unas agallas que deberían asombrar, en cualquier caso.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia el gran concierto que se marcaron una de nuestras bandas más históricas de nuestro Rock como son los navarros TAHURES ZURDOS en dicho recinto de la rockera ciudad de bilbao a través de esos grandes temas que ostentan desde hace más de 30 años los de Pamplona.

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