Crónicas
Supersuckers + The Lizards en Bilbao: El perpetuo aval de Lemmy Kilmister
«Desde las alturas o desde el inframundo el gran Lemmy Kilmister continúa extendiendo su perpetuo aval a la que se considera “la banda de rock n’ roll más grande del mundo”. Con semejantes discípulos no tiene por qué preocuparse, su legado se encuentra a buen recaudo.»
9 abril 2022
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Había regresos que se esperaban con ganas. Sobre todo después de pasarnos una larga temporada con conciertos en sillas. Sin duda alguna muchos entendíamos la verdadera normalidad como ese momento en el que volvieran por nuestros lares esos grupos que antes de la pandemia estaban cada dos por tres por aquí. Hace poco, los suecos The Baboon Show cumplieron su ritual con el público peninsular, pero todavía faltaban muchos otros por retomar esa rutina arrebatada. Sigamos tachando nombres.
Una banda cuya presencia se requería tarde o temprano era la de los aguerridos Supersuckers, unos tipos acostumbrados a batirse el cobre en situaciones difíciles, ya sea darle al rock n’ roll visceral en plena época de grunge o superar un cáncer de laringe y al de poco estar ya dando conciertos, como hizo su infatigable vocalista Eddie Spaghetti. Si estas credenciales se antojan insuficientes, siempre se puede echar mano del espectacular aval que les echó Lemmy Kilmister en su día al asegurar que “si no te gusta Supersuckers, no te gusta el rock n’ roll”. No hace falta decir más.
El hambre de escenario de estos veteranos de Arizona tal vez propició que se embarcaran en una gira de hasta diez fechas por nuestro país. Eso y el amplio predicamento que todavía posee su propuesta hace que este gesto no se antoje una mera locura. Daba igual que su último álbum ‘Play That Rock N’ Roll’ fuera del 2020, ellos no se mueven por las coordenadas habituales del negocio, si apetece darse un garbeo por Europa, en concreto por el Kafe Antzokia de Bilbao, pues se va y punto.
Para calentar el ambiente teníamos a todo un grupazo como los catalanes The Lizards, con su hard rock punkarra con toneladas de actitud y mástiles al cielo como The Hellacopters. Lo cierto es que ya les habíamos fichado con anterioridad, pero hasta ahora no habíamos podido coincidir y no nos defraudaron lo más mínimo.
Se marcaron una versión muy decente del “Sad Man’s Tongue” de Volbeat y mantuvieron el interés con temazos adrenalínicos del estilo de “The Freakshow” o “Everybody Sucks”, con ese entrañable recuerdo a los “haters” a los que tanto se demoniza. “Somos unos cuantos aquí”, añadió la cantante. La ira sigue siendo energía, como decía el gurú John Lydon.
Hemos visto tantas veces a Supersuckers que ya hemos perdido hasta la cuenta, pero sin duda el bolo de aquella noche se encontraría entre los primeros puestos junto a la ocasión en la que recrearon el álbum ‘The Evil Powers of Rock ‘N’ Roll’. Eso de que no tengan nada que presentar a veces se torna hasta una ventaja, sobre todo si a uno le gusta escuchar temas que no suelen sonar en sus directos de manera habitual.
Apelar a las entrañas desde el comienzo con “Coattail Rider” supuso un derroche de energía monumental, una especie de chupito que te pone a tono de un plumazo y te obliga a golpear el vaso contra la madera para pedir otro. Y si tras la barra sonora tenemos a un camarero tan eficiente como Eddie Spaghetti, pues el desmadre está asegurado con trallazos del calibre de “On the Couch” o “Doublewide”. Un calentamiento en condiciones.
La complicidad con el respetable se notó nada más que salieron a escena y empezaron a levantar mástiles y poner posturitas a escasos metros de los fieles. Había que celebrar que estábamos vivos, claro que sí. El voceras se presentó a sí mismo como “Eduardo Caliente” y nos impartió una clase magistral llamada “The History of Rock ‘n’ Roll”. Cualquier pregunta se convertiría en impertinencia. Tomen apuntes.
El macarrismo congénito estuvo representado en “She’s My Bitch”, no iba a ser este un lugar para ofendiditos, eso quedaba claro. La distancia entre artistas y público no tardaría en quebrantarse, con el guitarrista bajando las escaleras del Antzoki y provocando el delirio entre los fieles. Uno de los momentos impagables de la velada llegó cuando el hacha “Metal” Marty Chandler se sentó en dichos peldaños y se arrancó con las notas iniciales de “Sleepy Vampire”, todo un temón que daba sentido al término “cowpunk” y que nunca antes habíamos escuchado en las distancias cortas. Touché.
Por si alguien todavía no se había dado cuenta, el chuleta Spaghetti recalcó que estaban aprovechando esa gira para tocar cosas que hacía tiempo que no se estilaban. Por ese motivo, podían salir por cualquier lado, lo mismo acercándose al blues en “Hell City, Hell” que virando ligeramente hacia el country electrificado de “Marie” o glorificando a las drogas en “Ron’s Got The Cocaine”. Menú para rockeros de toda clase y condición.
“Breakin’ My Balls” permitió repetir a los aficionados al hard rock y la mayoría se abrazó y dio palmas con el himno “Pretty Fucked Up”. Da igual las veces que lo hayas escuchado, sigue siendo un subidón total. Y sobraban del mismo modo las presentaciones con “Cowboy Song” de Thin Lizzy, que les quedó casi como si la hubieran compuesto ellos. Había que dar por sentado que iban a alargar la pieza de Lynott y compañía, pero estos oriundos de Tucson pueden explayarse sin miedo a cansar a la peña.
Los pogos arreciaron al final con “Born With A Tail” y para insuflar mayor temperatura en el recinto Eddie y Marty no dudaron en recorrerse de nuevo las escaleras para deleite del personal, muchos incluso se arremolinaron delante y a punto estuvieron de caerse. Ya nos anunciaron que no iba a haber bises, por lo que solo faltaba alzar el dedo medio para la colección personal de fotos de Eddie Spaghetti, que seguía llamándose “Eduardo Caliente”. El apellido sí que le hacía justicia, pues puso la sala completamente en ebullición. Grandiosos.
Desde las alturas o desde el inframundo el gran Lemmy Kilmister continúa extendiendo su perpetuo aval a la que se considera “la banda de rock n’ roll más grande del mundo”. Con semejantes discípulos no tiene por qué preocuparse, su legado se encuentra a buen recaudo. ¡Que corra el bourbon por todos ellos!
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1 comentario
Extenso resumen hacia el gran recital que se marcaron tanto THE LIZARDS como la banda de Seattle como son los SUPERSUCKERS en tan emblematica sala de la rockera bilbao.