Sphinx: A la altura de las circunstancias

Nos dirigíamos a denominada Sala 0, en un día festivo para los madrileños, que además, coincidiendo con el fin del estado de alarma, presentaba a la capital con una mejor cara y que poco a poco vuelve a recuperar la ilusión en sus calles. Muestra de ello es la cita tan importante que teníamos presente con este concierto, que sin duda quedará marcado en una nueva etapa para Sphinx y que los seguidores sabían que debían estar ahí para ser partícipes de ello. Cumpliendo todas las medidas sanitarias y en esta nueva forma de vivir los conciertos, los asistentes se situaron sentados y separados en núcleos familiares.   

Se inició el concierto con la intro “Porto Suite”, de su álbum 'Mar de Dioses', editado en 2003, que enlaza con “Santa maldad”. Las ganas por ver de nuevo a Sphinx en escena se reflejaban con un público que estuvo entregado levantando puños, coreando y ovacionando.  

La banda se presentó con ilusión y muy compenetrada en el escenario. Nos encontramos con Pepe Pineda al bajo, actual mánager de la banda y responsable del regreso de la misma, que, a pesar de su lesión de rodilla, posaba sonriente en todo momento, derrochando energía y gran complicidad. Manuel Rodríguez a las voces y aún con problemas de faringitis afirmaba que ningún impedimento podría frenar esta gran noche.   

Continuaban con clásicos como “La muerte sobre un papel”, “Destino”, “Recluso 943” o “Condenado a vivir”, temas contundentes de puro heavy metal donde la sala se vio volcada en todo momento. Interpretaron “Noche Maldita”, tema que habla del maltrato y que tristemente después de tantos años aún sigue presente. Enlazaban con “A las puertas del infierno”, tema en el que sale a relucir melodías de heavy metal clásico a cargo de sus guitarras Justi Bala y Alex Sánchez con su característico toque Maiden, como en muchas de sus composiciones. Al final del tema nos presentaron a su recién incorporado batería, Antonio Luis Pérez “Nickly”, en esta nueva andadura musical que sin duda ha conseguido estar a la altura de las circunstancias. 

“Momentos de lucidez” , que trata sobre los problemas mentales, fue uno de los puntos álgidos de la velada, en los que se demostraba gran interpretación y teatralidad a cargo de Manuel con sus cambios de registro, así como los cambios de ritmo en las composiciones en un tema de ópera-rock. 

Proseguía con “Alma sin paz”, en el que de nuevo nos vimos sorprendidos por el derroche de voz en los agudos a cargo de nuestro Michael Kiske español. La verdad es que nos encantó como se enfocaba las partes vocales en todo momento, y nos gustaría saber cómo será sin faringitis la labor de Manuel.  

Se dio por finalizado el show que tocaba a su fin con “Mirando al infinito”, una balada. Tras finalizar, nos presentaron a la banda actual y que acto seguido Pepe Pineda nos dio un efusivo discurso de apoyo a nuestro heavy metal, que fue aplaudido y respaldado por los allí presentes. Aún quedaban varios clásicos para despedirnos por todo lo alto como “Ángel sin piedad”, “No” y su himno, “Sphinx” , que les ha hecho volver a estar presentes en la escena.  

Sin duda, valió la pena esta espera. Su silencio durante estos años ha servido para que los amantes del heavy metal en castellano echen en falta esta partida y que en esta nueva etapa puedan continuar situados un peldaño más de donde se quedaron. Estamos orgullosos de haber sido participes de este concierto en el que se hace vista atrás, pero que estamos seguros que en breve será una vista al futuro.