Crónicas

Rulo y La Contrabanda: Prohibido mirar el reloj

«Hay fulgor, hay pasiones, hay recuerdos, incluso alguna lagrimilla veo correr por mejillas de los que me rodean. En este punto el concierto ya ha traído melancolía y divertimento»

14 enero 2023

WiZink Center, Madrid

Texto: Javier Pérez. Fotos: Sandro Santos

Con la premisa de recorrer en directo durante casi dos horas su historia musical, Rulo & La Contrabanda cerraban en la capital las “Noches de Fuga y Contrabando”, una gira que daba carpetazo aquí después de recorrer todo el país inundándolo de vibraciones y sensaciones a flor piel.

De las entradas a la venta, se vendió casi todo. Digo lo cual, porque las gradas laterales se mantuvieron cerradas con lonas, al igual que la zona superior de la del fondo. Un ambientazo muy digno, en el que a cada paso que dan va creciendo lenta pero inexorablemente. En lo subjetivo, eché de menos temas, muchos; lo que pasa que eso es señal de que gastan un cancionero irreprochable. Toquen lo que toquen, la victoria viene detrás.

Programado el comienzo para las 21:30, puntual, como es buena costumbre en Madrid, se apagan las luces del Palacio recibiéndonos una pantalla led en forma de luna llena, que servirá para alimentar las sensaciones y consecuencias de los cortes que acometerán a lo largo de la velada.

“La cabecita loca” levanta el vuelo de la noche con ritmo y un volumen general adecuado, pero sin abuso. “Buscando en la basura” remueve el leitmotiv del tour, en una versión remozada mucho más cercana a los tiempos en solitario que cuando tanto Rulo como Fito la descargaban en la época de La Fuga. Tanto es así que Garmendia se cuelga la acústica para el compás, dejando la electricidad de sus compañeras a la Telecaster roja del cantante y el rasgueo de la de Pati.

Nos saludan poniéndonos en situación sobre la presente al paso firme de “Me gusta”, recuperando ahora sí la vieja guardia en “Baja por diversión”. Una que pega y otra que mece, turno de “Me quedo contigo”. La pausa en el fervor se mantiene con “Todavía” y la pletórica “Noviembre”, con el protagonista de esta historia tirando del sonido acústico que antes habían manejado desde la izquierda de las tablas.

El recuerdo a la pandemia introduce “No sólo respirar”, azuzándonos al disfrute del aquí y del ahora, volviendo a los años mozos de Gutiérrez, donde se despedía discográficamente de sus antiguos compañeros. Más nostalgia a las memorias nos trae “Verano del 95”; sin embargo, es “Tu alambre” la que, con un brío por encima del original, levanta pasiones y aplausos.

La lluvia de míticas es incesante, basta con escuchar el recibimiento de “Mi Cenicienta” y el griterío afónico de los de abajo. Pero es que justo antes habían puesto sobre el mantel “Majareta”, frenesí preferido por casi todos.

Hay fulgor, hay pasiones, hay recuerdos, incluso alguna lagrimilla veo correr por mejillas de los que me rodean. En este punto el concierto ya ha traído melancolía y divertimento; “La balada del despertador” aúna ambos juicios.

“Como a veces lo hice yo” pasa desapercibida al lado de “En vela”, soltándose Rulo como frontman en una faceta que ha mejorado sensiblemente desde que decidiera ir tranqui por su camino. Con recuerdos para Boni y Pau Donés se sienta al piano en “Heridas del Rock & Roll”, hilando un acongojo sobre la piel asistente que cierra diciendo que “si no lo remediamos con la siguiente se largan”, asumiendo que “tiene poca credibilidad”.

“The End” es la elegida para tomar aire antes de los bises, que arrancan de nuevo a pie de teclas al son de “La última bala”, regalándonos de continuo, aún sólo en escena y únicamente arropado por su guitarra, “Madrid”.

La novata “Dentro de una canción” sirvió para darle vida a esta gira, y poner de manifiesto lo bonita que es la vida de los titiriteros; pero la locura emocional más vibrante de la noche se vive con los acordes de “Por verte sonreír”, que se lleva los honores que antiguamente se guardaban por ley para “P’aquí p’allá”, siguiente en ejecutarse, y desfiladero hacia la salida que resulta inminente con “32 escaleras”.

En algún momento recordó que, tanto él como Fito, habían pasado cuatro veces por este lugar. En las cuatro, y otras mil más, le hemos acompañado los que firmamos texto y fotos hoy. Rulo, cuando vuelvas por Madrid con el nuevo disco bajo el brazo, te esperamos por el barrio de la Prospe; y ya nos cuentas cómo sigue siendo tu vida. Hasta pronto.

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Esta entrada fue escrita por Javier Pérez

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso como cojonudo resumen hacia el gran concierto que se marcó RULO Y LA CONTRABANDA en el históricos Palacio De Los Deportes de la rockera ciudad de Madrid que con tantos temas propìos como con algunos temas de LA FUGA lo volvieron a bordar.

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