Crónicas
Powerwolf + DragonForce + Warkings: Lobos, dragones y señores de la guerra
«Lobos, dragones y señores de la guerra invadieron el escenario barcelonés a base de power metal, haciendo de este un inicio de semana que pocos podrán olvidar»
21 noviembre 2022
Razzmatazz 1, Barcelona
Texto: Cristina Gutiérrez. Fotos (Madrid): Alfonso Dávila
La noche del lunes parecía prometedora en Barcelona. Lejos de ser un inicio de semana cualquiera, la ciudad condal se preparaba para recibir en la sala Razzmatazz, nada más y nada menos que al triplete Powerwolf, DragonForce y Warkings. Los tres grupos, unidos en una especie de fantasía power metal, se encuentran de gira europea y esta vez les tocó a los fans catalanes el poder disfrutar de un evento de tal magnitud.
Warkings, la sorpresa de la noche
Ya desde la apertura de puertas, la sala se encontraba envidiablemente llena. Los austríaco-alemanes, que subieron al escenario con la cantante Morgana Le Fay, presentaban una propuesta, podríamos decir, poco novedosa. De hecho, las opiniones que corren de ellos por internet no son muy favorables. Nada más lejos de la realidad: la banda puede presentar una estética histórica, como ya hemos visto en otras muchas formaciones, con un ligero toque friki (recordemos que se trata de cuatro reyes antiguos: un tribuno romano, un vikingo, un noble cruzado y un espartano). Pero por todos es sabido que la estética no es lo único que define a una banda, y a Warkings apenas les costó demostrarlo este lunes.
Desde los primeros acordes de “The Last Battle”, el público enloqueció y se vio contagiado por la energía de la banda. Con una escenografía detallada y cuidada, un buen sonido y un juego de luces más que correcto, los de Georg Neuhauser siguieron con “Spartacus” y “Maximus”.
La presencia de Le Fay sobre el escenario no hizo más que añadirle un plus a la actuación, con un registro vocal que no tenía nada que envidiar a otras grandes del metal como la mismísima Alissa White-Gluz. “Monsters”, perteneciente a su último álbum, precedió a “Fight”, un tema basado en la melodía del ya mítico “Bella Ciao”, y que pudo ser seguido por todos los allí presentes, por mucho que no conociesen el repertorio de la banda.
Warkings dio mucho juego al público y no lo dejó para nada frío. De hecho, pocas veces he visto a una banda telonera conseguir que los fans (y no tan fans) lo diesen todo.
Apoyándose en varios personajes que fueron subiendo al escenario, una excelente caracterización de los miembros de la banda y algún que otro cambio de vestuario por parte de Le Fay, siguieron con “Hephaistos” y “Sparta”, encarando el final del concierto. El tema escogido fue “Gladiator”, tras el cual se pudo escuchar un fragmento de la película del mismo nombre.
Debo destacar que se metieron al público en el bolsillo con una facilidad pasmosa, a pesar de tener la desventaja de ser los primeros teloneros. Desde aquí, solo puedo decir a todos aquellos que pensaban que Warkings es una banda bastante omisible: no sabéis lo que os perdisteis.
DragonForce vuelve a los 80
Con una estética retro y dos enormes máquinas de arcade a lado y lado del escenario, DragonForce salieron mientras Marc Hudson cantaba las primeras estrofas de “Highway to Oblivion”, un tema del último disco de la banda. A pesar de que los ingleses aprovecharon para hacer un rápido recorrido a su carrera, estuvo claro que la escenografía retro, el vestuario ochentero y toda la puesta en escena estaba basada en 'Extreme Power Metal', su último trabajo, sacado justo antes de la pandemia.
La bien recibida “Three Hammers” sonó rápidamente, seguida de “Fury of the Storm”. No tardaron en llegar los pogos, en los que el público enloqueció mientras sonaban los épicos (y visuales) riffs de Herman Li.
El punto de inflexión llegó con “The Last Dragonborn”, una canción que a muchos les recordará cierto juego que ha formado parte de su infancia y adolescencia. En este momento, todo los que allí estaban levantaron los brazos mientras el escenario se quedaba a oscuras, excepto un solo haz de luz que convirtió en momento en mágico, casi irreal. Y es que esta banda siempre es sinónimo de espectáculo.
¿Te imaginas una versión metal de la canción de Titanic? Pues bien, DragonForce lo hicieron posible con una “My Heart Will Go On” en la que el público saltó como nunca. Aunque considero que esta banda gana mucho más en sala que en festival y que quizás eso les puede haber limitado, no les convierte para nada en una mala opción a la hora de ver música en directo.
El final estaba cerca y, como un rayo, sonaron sus dos últimas canciones de la noche: “Cry Thunder” y la esperada “Through the Fire And Flames” que, aunque empezó algo floja, fue in crescendo, apoyada por el público.
La banda, que en breve celebrará 20 años desde la salida al mercado de su primer disco, ofreció exactamente lo que se esperaba de ella: un buen espectáculo (aunque el sonido no acabó de acompañar) en el que no faltaron sus temas más míticos.
La hora de los lobos
El punto culmen de la noche había llegado y Razzmatazz 1 no podía estar más hasta los topes. Lentamente, los miembros de Powerwolf fueron saliendo uno a uno a escena, tomándoselo con calma frente a un público que estaba a punto de estallar. Y entonces ocurrió. Empezó “Faster Than the flame” y la sala se convirtió en un cúmulo de brazos que se alzaban mientras cientos de voces cantaban al unísono. Como era de esperar, un monje con un botafumeiro se paseó por el escenario a modo de presentación de lo que se venía. “Incense & Iron” entró como agua de mayo para los que allí se encontraban.
La ya conocida escenografía, simulando una iglesia derruida, podía apreciarse junto al magnífico juego de luces, que fue cambiando tema tras tema, un detalle que desde hace un tiempo a esta parte han ido cuidando más, a la vez que mejoraban sus shows. Falk Maria, en su eterna posición de maestro de ceremonias, jaleó al público antes de la entrada de “Cardinal Sin”, un corte inesperado que había sonado poco sobre el escenario desde que lo publicasen allá por 2015.
Rápidamente la siguieron “Amen & Attack”, “Dancing With The Dead” (en la que Falk Maria y Attila hicieron broma bailando), “Armata Strigoi”, muy coreada por el público, y “Beast of Gévaudan”.
Powerwolf supieron combinar a la perfección temas de su último trabajo, 'Call of the Wild', con algunos de sus hits más antiguos. Una manera ideal de contentar desde al fan más novel hasta al más acérrimo y veterano.
Los alemanes, que no pisaban la ciudad condal desde 2019, han ido cogiendo la costumbre de parar entre canción y canción para charlar un poco con el público. De hecho, solo hubo un par de veces durante el concierto en que tocaron dos temas seguidos. Algunos dirían que puede que rompa el ritmo del concierto, pero no pude vislumbrar entre el público ninguna cara de malestar cada vez que había una pausa. Powerwolf se toman estos momentos como un tiempo que dedican a los fans, una manera de cuidar la relación con ellos y agradecerles el apoyo.
“Stossgebet” fue la siguiente en sonar, no sin antes cambiar por completo la atmósfera entera de la sala. Una solemne cruz de luces con un escenario prácticamente a oscuras dio pie a una de las piezas, en mi opinión, más experimentales de la banda (la letra es en alemán, además). Entonces llegó el turno para que las mujeres allí presentes brillasen con un “Demon’s Are A Girl Best Friend” muy bien recibido.
A pesar de un pequeño desafine en la voz de Attila durante “Fire And Forgive” que supo sobrellevar, el concierto siguió sin más problemas con la balada “Where the Wild Wolves Have Gone”. Un corte muy emotivo y presentado por Falk Maria sentado en un elegante piano al frente de todo del escenario. El público supo responder y lo hizo encendiendo las linternas de sus móviles, ayudando a crear el momento más sentimental, me atrevería a decir, de toda la velada. Y es que la música está para eso, para hacernos vibrar y sentir, y los de Greywolf saben expresar eso a la perfección.
La novedad de la noche llegó con “Sainted by the Storm”, el último sencillo de la banda. Más popera que el resto de sus propuestas, caló bien entre los asistentes. “Army of the Night”, “Blood for Blood (Faoladh)” y “Let There Be Night” fueron las escogidas para preceder un bis que parecía que no iba a suceder, ya que Attila y Falk Maria, siguiendo el tono bromista que habían tenido durante todo el concierto, dejaron caer que el show había acabado. Efectivamente no fue así, y a los pocos minutos la banda volvió a reaparecer al completo con “Sanctified With Dynamite”. Con “We Drink Your Blood” y “Werewolves of Armenia”, se despidieron del público barcelonés, esperemos que hasta pronto.
Como punto negativo, a Powerwolf les falta aportar un valor extra, ya que siguen presentando un show muy parecido al que hemos ido viendo los últimos años. Puede que sea porque el panorama actual no acompaña, y muchas bandas no pueden permitirse tocar en salas mucho más grandes, en las que tendrían más espacio para crear escenarios nuevos o usar elementos como el fuego o el humo, que tanto faltaron durante la noche del lunes.
Sea como fuere, en absoluto decepcionaron y muchos de los que allí estaban y veían por primera vez a la banda (que no fueron pocos) se llevaron a casa un recuerdo increíble. Y al final, eso es lo único que cuenta.
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2 comentarios
Cojonudo resumen para las curradas actuaciones que se marcaron estas 3 buenas bandas en la ciudad condal presentando alguna de ellas sus nuevos álbumes de estudio.
Fue alucinante, las tres bandas, nosotros estábamos arriba con nuestro nene de 20 meses que se lo flipó, y todos fueron además super majos, Todos los de Warkings de saludaron le regalaron una pua, Attila nada más salir vino a saludarle ... para mi inolvidable noche