Crónicas

Patti Smith: De tripas corazón

«Con la sensación de concierto histórico llegó la despedida con toda la audiencia puesta en pie haciendo suyas “Because the Night”, “Gloria” y “People Have the Power”. El poder es de la gente… ¡y de Patti Smith!»

28 septiembre 2022

Auditorio Kursaal, Donostia

Texto: Aitor Zubizarreta Fotos: Iñigo Malvido

Camino de los 76 años que cumplirá el 30 de diciembre (y lo celebrará ofreciendo un concierto en Brooklyn), Patti Smith sigue siendo una artista intachable, con un magnetismo escénico fuera de toda duda.

Quizá fuese porque su breve mini gira otoñal europea hacía parada únicamente en Sevilla, París y San Sebastián, pero los accesos del Auditorio Kursaal de la capital guipuzcoana mostraron gentes venidas desde otros países, y no era complicado escuchar a italianos, alemanes o franceses esperando a entrar en un recinto que llenó sus 1800 butacas sin que aparentemente importase demasiado los 80 euros que costaba la entrada.

Todavía con el recuerdo reciente de la memorable descarga que Iggy Pop ofreció también en el Kursaal (mismo precio y también sold out), en el marco del Festival de Jazz en el pasado mes de julio, la madrina del punk convocó un gentío muy veterano, sin demasiada estética rock, aunque ciertamente vimos camis de Exploited, Motórhead o Señor No.

La emoción de la grandes ocasiones se palpaba en el ambiente, y cuando se apagaron las luces y salió el trío acompañante y finalmente Patti Smith, con jeans oscuros, camisa blanca y chaleco y americana negras, con esa larga melena ya cana que casa perfecta con su filosofía libertaria, de poeta urbana y comprometida siempre con las causas sociales, la ovación fue atronadora.

“Redondo beach”, de su LP debut “Horses”, nos trasladó en un suspiro a la década de los años 70 del pasado siglo, con un sonido orgánico que transmitía autenticidad por los cuatro costados. Casi podríamos decir que “olía” a vinilo. La voz de la musa de las entrañas resultaba insultantemente preciosista, dominando todos los registros, así se evidenció en el contraste entre la folkie “Grateful” y una “Wicked messenger” poderosa y rabiosa, con la líder alzando su vozarrón hasta lo más alto del auditorio donostiarra de manera desgarradora. Un derroche que duró cien minutos para un concierto fantástico, con una Patti Smith feliz, agradecida, simpática y humilde, contagiando esas buenas vibras a todos y cada uno de los allí presentes.

La poesía tuvo su momento estelar con el solemne recitado  de “Footnote to Howl”, del poeta norteamericano Allen Ginsberg. Una interpretación que al aire libre podría perder punch, pero que en la intimidad y oscuridad del Kursaal no desentonó.

La hippie y espiritual “Ghost Dance” fue un puntazo, y con “Pissing in a River” la temperatura y la intensidad subieron al máximo en otro alarde vocal de la Sra. Smith. Para entonces ya había mostrado varias veces el orgullo de madre que sentía por tener a su lado a su hijo Jackson, cumpliendo más que bien a la guitarra. Aunque el que más presencia tuvo al margen de Patti fue el bajista Tony Shanahan, que tocó también el teclado, la guitarra, hizo coros y hasta cantó la versión “Walk on the Wild Side” de Lou Reed, (también hubo recuerdos a otros grandes como Bob Dylan o Neil Young, amistades eternas de Patti Smith).

Con la sensación de concierto histórico ya en la buchaca, llegó la despedida con toda la audiencia puesta en pie haciendo suyas “Because the Night”, una maravillosa “Gloria” y el himno “People Have the Power” como cierre final y broche oro. El poder es de la gente… ¡y de Patti Smith!

Redacción
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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Cojonuda crónica hacia el gran concierto que se marcó una de las mejores voces femeninas y combativas de la historia del Rock como es la de la gran PATTI SMITH en dicha sala donostiarra a través de esos temas inmortales.

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