Crónicas
Orphaned Land + In Vain + Subterranean Masquerade + Aevum
«Los regalos de Oriente»
2 marzo 2018
Sala Copérnico, Madrid
Texto: Yorgos Goumas. Fotos: Jason Cenador
Orphaned Last regresó a la capital menos de un año después de que el pasado mes de junio actuase en la misma sala, aún envueltos en la larga gira de su penúltimo disco, ‘All Is One’ (2013). Aquella actuación había surgido a raíz de su actuación en un festival en Portugal, ya que consideraron aprovechar el máximo su pase por la península y decidieron añadir dos fechas españolas. Unos meses después, volvieron para presentarnos su nueva obra, ‘Unsung Prophets & Dead Messiahs’.
La banda oriunda de Turín Aevum fue la encargada de abrir la velada. Llevan una década en la brecha y presentaban su segundo LP, ‘Dischronia’. Su rollo es una mezcla de metal sinfónico y gótico al estilo de unos Tristania, Elis, Trail of Tears o Dreams of Sanity. Es un género donde es fácil caer en la trampa de que uno se vuelva autoindulgente intentando meter en un mismo tema muchos arreglos diferentes, entre lo progresivo, lo barroco y la tralla, y varios ambientes, entre lo onírico y lo tétrico, acabando en un meollo sonoro. Y me temo que esta banda ha caído en la trampa. Tienen muchas ideas buenas, pero aparentemente están echadas juntas sin ton ni son, un hecho que ensombrece la buena ejecución (sobre todo la de la cantante soprano) y el resultado final. En definitiva, una actuación (que también se vio ensombrecida por los problemas de micrófono del cantante) que no me convenció.
La cosa cambió con los israelíes Subterranean Masquerade. Aunque se formaron hace casi dos décadas, nos presentaban su tercer LP (tienen dos EPs), ‘Vagabond’, donde se hace patente su gusto ecléctico: desde Pain of Salvation, Spoke’s Beard y Riverside hasta Opeth (antes que volvieran psicodélicos progresivos), Amorphis y Agalloch (no en vano, uno de sus ex miembros procedía precisamente de esta banda norteamericana) y, cómo no, aderezado con este toque oriental que tan buenos resultados ha dado con bandas como Myrath. Además, tienen una facilidad para crear melodías con gancho y su formato, con un vocalista gutural y otro melódico, funciona de maravilla. Sobre este último, habría que hacer además una mención especial, ya que un servidor raramente ha visto a un frontman tan energético y con ganas de comerse el escenario… y el suelo, ya que no paraba de subir por las barandillas de toda la sala, haciendo malabarismos sacando partido a su finura y corriendo por todo el local animando al respetable. No se colgó de las luces por su baja estatura, porque si no… Un vendaval, vamos.
En definitiva, esta banda fue todo un descubrimiento para mí y desde luego su propuesta musical me resultó de lo más atractivo, aunque entiendo que no pueda ser del agrado de todos debido a su eclecticismo musical y, todo sea dicho, su rollo a veces hippy-hindú-new age. Desde luego que desde aquí os animo que les deis una oportunidad.
Los noruegos In Vain son otra banda escandinava de la escuela del death/black melódico progresivo al hilo de bandas como Borknagar, Agent Fresco, Amorphis u Omnium Gatherum, con un toque de Hypocrisy y Scar Symmetry y otro toque de post metal. Aquella noche supuso su primera actuación en la península, así que había mucha expectación por ver cómo se las gastan en directo, y la verdad es que no decepcionaron. Bueno, a nivel personal tengo que decir que se quedaron eclipsados por Subterranean Masquerade, pero no por su propuesta musical, sino por su presencia escénica: era difícil que alguien me hiciera olvidar lo que había visto y oído antes, y seguramente si los noruegos hubiesen tocado como cabezas de cartel o después de otra banda, mi impresión hubiese sido diferente.
Desde luego se trata de una banda muy recomendable y con temas impepinables como “Against the Grain”, “Origin”, “October’s Monody”, “Blood We Shed”, “As The Black Horde Storms” o “Image of Time” cumplieron las expectativas de la gente. Escandinavia sigue dándonos propuestas interesantes y frescas, sin duda.
Aunque sólo habían pasado nueve meses de su actuación anterior en aquella misma sala, los israelíes Orphaned Land no vieron su poder de convocatoria mermado, así que presentaron su nuevo disco ante una buena asistencia, máxime si además tenemos en cuenta que aquella misma noche también actuaba Anvil. Por supuesto, la calidad de su última obra, reseñada en esta misma web, también contribuyó a eso. Arrancaron con “The Cave” y “All Is One” para que después Kobi Farhi, el vocalista, prosiguiera comentando que había mucho humo en la sala pero que no era de porros (sic), antes de recordarnos que se cumplían 14 años del disco ‘Mabool’, un hecho que celebraron tocando “The Kiss of Babylon (The Sins)” y “Ocean Land (The Revelation)”.
Kobi nos comentó que ya no salía vestido al escenario como Jesús porque en este periodo estaba enfadado con el mundo y con todo lo que pasa en su alrededor: “finito la comedia”, dijo antes de tocar “We Do Not Resist”, el tema más trallero de su último disco y donde Kobi vuelve a usar su voz gutural. Posteriormente, el vocalista dijo que la gente tiene la percepción que la banda habla sobre el amor fraternal entre pueblos y todo de color rosa, pero que en realidad sus temas son más oscuros, como en el caso de “Let the Truce Be Known”, la historia trágica de dos amigos separados por la religión y el odio entre pueblos, que se acaban matando el uno al otro. Para el tema “Like Orpheus”, Kobi también se encargó de las partes cantadas por Hansi Kürsch (Blind Guardian) en la edición del disco: “Intento cantar como él, pero no siempre me sale bien porque él es el autentico Orfeo” dijo.
Después del tema tradicional “Yedidi”, vuelta al ‘Mabool’ con “Birth of the Three (The Unification)”, unido con “Olat Ha’tamid”. “In Propaganda” y “All Knowing Eye”, algo deslucido por la falta del buzuki en directo, fueron otros dos temas del nuevo disco tocados en aquella velada. Este último, que es un tema lento, dijo Kobi que era lo más parecido a un tema de amor que ha compuesto jamás, al tiempo que comentó que a su abuela le gustaba Julio Iglesias aunque él es más de Camarón de la Isla (dicho sea de paso, Kobi tiene raíces sefardíes).
Para “Sapari” salieron dos bailarinas de danza del vientre, aunque por su porte parecían más de flamenco; un tema que nos llevó al final de la primera parte. Para los bises, nos reservaron “In Thy Never Ending Way”, otro tema donde echamos de menos el buzuki y, cómo no, “Norra el Norra” (Entering the Ark)”, ambos correados por el respetable. Otra actuación muy satisfactoria – esta es la cuarta que presencia un servidor – aunque siempre quedará el detalle de la falta de ciertos instrumentos en directo para que el conjunto quede ya perfecto.
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