Crónicas
Obús y The Bon Scott Band: Sangre de rock and roll
«Una noche imborrable llevada a cabo por un grupo mítico. Eternos Obús. Y como dijo el propio Fortu: ¡Nos vemos en el 50 aniversario!»
12 noviembre 2021
La Riviera, Madrid
Texto: David Esteban. Fotos: Miguel Labrador (@miguel.lbd)
Inmejorable noche madrileña para volver a tomar el pulso –pues llevamos celebrados ya varios conciertos a la antigua usanza– a la situación de la música en vivo tras la aparente mejoría pandémica. En esta ocasión, qué mejor manera de realizarlo que con los incombustibles Obús celebrando su más que admirable cuarenta aniversario. ¡Ahí es nada! Y justo diez años después de la grabación en vivo ‘De Madrid al Infierno’ (2011) en el mismo y querido Templo que es La Riviera.
Siendo viernes y con la apertura de puertas tan tempranera (19:00), la afluencia de público se llevó a cabo de manera muy escalonada, pues, como día laborable, la gente todavía se encontraba entre otros inexcusables quehaceres y obligaciones, como consecuencia, los catalanes The Bon Scott Band iniciaban su actuación por medio de un incendiario "Riff Raff", con la sala medio vacía. Hecho que, sin embargo, no mermó ni un ápice las ganas, la entrega, la puesta en escena y, por supuesto, la sonoridad de la banda. Impresionantes. Si todos los allí presentes hubiésemos cerrado los ojos a todas luces hubiese sido imposible adivinar si se trataba de una banda tributo o los AC/DC originales, esta vez, con Bon Scott sobre las tablas porque en la segunda mitad del concierto haría acto de presencia la mismísima réplica de Brian Johnson.
Sin desmerecer al resto de la banda, ni que decir tiene que el verdadero peso de la actuación reposa sobre la labor del guitarrista LG Valeta (’77) como perfecto emulador de Angus Young, y los vocalistas Armand Valeta como Bon Scott –hermano del anterior y también vocalista de ’77– y Dani Martos en la piel de Brian Johnson. Sin apenas segundos entre canción y canción, cayeron "Problem Child" y "Touch Too Much" con un LG Valeta total y absolutamente entregado a la causa. "Whole Lotta Rossie" y "Let There Be Rock" fueron las causantes de la locura colectiva mientras que Armand adoptaba las imborrables posturas que de Bon Scott todos guardamos en la memoria. Macarrería a raudales para alargar este último tema y dar paso a Dani Martos; pues es ley decir que lo de este tío es inefable.
Si Armand es un absoluto clon del ídolo escocés, lo de Dani es igualmente sensacional, ya que adopta cada gesto y movimiento del bueno de Brian con una naturalidad insultante, ¿pero qué decir de su voz? Es exactamente igual que la del británico-australiano en sus mejores tiempos, allá por los años ochenta, cuando rebosaba fuerza, garra e inigualable aspereza. De este modo, cayeron incunables como "Hells Bells", "Back in Black" y un épico "Shoot to Thrill".
Con la sala cada vez más llena de gente, los bailoteos a ritmo del clásico "You Shook Me All Night Long" y un atronador "Thunderstruck" dieron paso a un inconmensurable "Highway to Hell" a dos voces como no podía ser de otra manera.
Con escasos cambios sobre el escenario, este pasó a lucir enormemente amplio a la vez que sobrio y austero para, con extrema puntualidad, divisar las siluetas de Paco Laguna y Luisma Hernández, ambos subidos sobre la tarima de la batería, dejando en medio la figura también recortada en negro del gran Carlos Mirat. Una vez formados y preparados para la acción, Obús irrumpía al son de "Necesito más" el que iba a ser absoluto maestro de ceremonias a lo largo de toda la noche, es decir, el inimitable y genial Fortu.
Sonidazo espectacular y un juego de luces de lo más vistoso adornaban la escena y acompañaban a la enorme pantalla que en todos y cada uno de los temas que iban cayendo proyectaba videos e imágenes en relación al título en cuestión. Como os podéis imaginar, había muchísima actitud y una banda sobre las tablas que venía a demostrar que cuarenta años en la brecha no son nada.
"Viviré", del imperecedero álbum ‘El que más’, dejó a más de uno sorprendido por el derroche de energía y pasión demostrado ante el respetable. La hardrockera, pegadiza y acedeciana "Sin dirección", con un Laguna poniendo poses y morritos fue un auténtico bombazo enlazada con la también fiestera pero más pesada "Cualquier noche Sale el sol". Y sin quitar el pie del acelerador, el primer clasicazo y oda a la "quinquillería" de barrio, la genial "El qué más", acompañada por imágenes cinematográficas del género de culto. El público al unísono coreaba el pegadizo estribillo.
De nuevo la inspiración basada en los hermanos Young se vio materializada en la divertida y pegajosa "Mi amigo el diablo". Mención aparte merece la contundencia que en este tipo de canciones imprimen tanto Luisma al bajo como Carlos Mirat, sobre todo este último, un desproporcionado titán de las baquetas, ¡vaya manera de golpear!
"Cállate", del disco homónimo del año 2010, permitió el lucimiento de un Paco Laguna siempre efectivo a la par que sencillo, porque en ocasiones menos es más. Sin respiro alguno, cayeron como dos losas sobre los presentes sendos clásicos imperecederos del rock patrio, es decir, "Pesadilla nuclear", con unas sobresalientes y nítidas líneas de bajo por parte de Luisma, y seguidamente un "Te visitará la muerte" que sirvió de absoluta catarsis colectiva.
"Qué te jodan", convertida por mérito propio en un corte fijo en todos los setlist de la banda desde que fue publicada, sonó especialmente brutal, con un Fortu cariñoso y agradeciendo la asistencia a todos los presentes, en especial a todos aquellos provenientes de los barrios madrileños rockeros por excelencia: Carabanchel, Vallecas, Vicálvaro o Moratalaz…
Crítica con el desarrollismo desbocado, lastre que nuestro país padece década tras década, "Autopista" sonó más necesaria que nunca, con un público totalmente entregado gracias a su popular estribillo: "¡Me domina la autopista¡, ¡Me domina la autopista!". Fantástico. Tras una incontestable labor por parte de la banda y una ingente cantidad de decibelios vertida sobre los presentes, llegaba la pausa con la siempre emotiva "Complaciente o cruel", cantada prácticamente a capela por un Fortu que puede presumir de mantenerse en un estupendo estado vocal.
Sin tiempo para reponernos de las emociones, y tras Fortu y Paco plantarse mutuamente un beso en los morros, acometieron sin piedad con "Juego sucio". Inmediatamente después, "No me lo digas más", de su sobresaliente último álbum, vino a dejar claro que los madrileños no viven de rentas pasadas. La divertida "Esta ronda la paga Obús" puso el pabellón patas arriba para seguir con una extensa "Mentiroso" y la sorpresiva colaboración sobre el escenario de… ¡una batucada al completo! Seguida de la incorporación de Fernando Monstesinos al bajo –bien conocido productor musical de este país que desde hace ya varios años viene colaborando con la banda– para marcarse los eternos "Sólo lo hago en mi moto" y "Dinero".
Con semejante sucesión de clásicos, todos éramos conscientes de que el final de fiesta estaba cerca, no sin antes ejecutar un sublime a la par que alargado "Va a estallar el Obús", momento en el cual Fortu pasó a presentar a la banda para que cada uno demostrara sus habilidades instrumentales por medio de sendos solos. A destacar el completo y atronador solo de batería de Carlos Mirat, quien cambió de rol con el propio Fortu, y mientras este último reventaba parches, Carlos aporreaba rítmicamente un taburete en mitad del escenario. Todo ello finalmente coronado por la ya célebre pirueta del vocalista, alzándose boca abajo e imperial como el gran showman que es.
Finalmente, las más actuales "Sangre de rock n roll" y "Whisky con hielo" cerraron un concierto para el recuerdo, momento en el cual subió al escenario gran parte de “la familia Obús”, es decir, desde el road manager y responsable de promoción y de merchandising, pasando por el diseñador gráfico, responsable de la web… y hasta La Mari, ¡la propia madre de Fortu! Una imagen bien entrañable verla haciendo cuernos junto a su hijo, su nieta, bisnieta y resto de la banda. Una noche imborrable llevada a cabo por un grupo mítico. Eternos Obús. Y como dijo el propio Fortu: ¡Nos vemos en el 50º aniversario!
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2 comentarios
Con la mejor sala de Madrid como es La Riviera petada y los históricos OBUS desplegando su potente directo presentando su último álbum y que junto a sus clásicos de siempre lo volvieron a bordar sin desmerecer por supuesto a la mejor banda de nuestro pais de versiones de los historicos AC/DC como son THE BON SCOTT BAND que con la incorporación de los hermanos Valeta han acertado de pleno.