Crónicas

Ñu: Más duros que nunca

«Cuando alguien con los años, en un auténtico acto de justicia cultural, quiera escribir (o reescribir, según se mire), la historia del rock de este país, será imposible hacerlo sin resaltar con letras de oro el legado de un genio como José Carlos Molina»

19 noviembre 2022

Urban Rock Concept, Vitoria-Gasteiz

Texto: Iker Vicente. Fotos: Antón Serra

La banda más legendaria y querida de la historia del rock nacional volvía a hacer aparición en la capital vasca, tras habernos deleitado con su presencia hacía apenas un par de años atrás, nuevamente en la sala Urban Rock, que tanto oxígeno nos está dando a todos los amantes de la buena música en directo en la zona norte de Euskadi.

El poder de convocatoria de tamaño evento se vio amenazado por la sombra del fantasma del concierto de Ian Gillan con la orquesta filarmónica de Praga en un estadio a apenas a dos kilómetros de distancia de donde se celebraba el concierto de Ñu, pero finalmente, y en el último momento, al igual que la inmensa mayoría de fechas que se iban a realizar en varias capitales del estado, el evento que lideraría el cantante de Deep Purple se vino abajo por la falta de venta de entradas. Pese a todo, y a la afección que esa programación tuvo que ver en la asistencia del concierto que nos concierne, Ñu consiguió reunir a un buen séquito de seguidores.

Con una puntualidad inusual hacían acto de presencia Molina y los suyos, sorprendiéndonos con “Animales sueltos” y “Manicomio”, poniendo a tono a buena parte de todo aquel que quiso acercarse a Vitoria esa noche.

Los que nos encontrábamos en primera fila no pudimos evitar ver un setlist a pie de amplis, que servía para llevar cualquier orden menos el que estaba marcado negro sobre blanco, cosa que nos dio absolutamente igual cuando llegó “No hay ningún loco”, consiguiendo el primer subidón de la velada. “La granja del loco” también haría lo propio, levantando a toda la sala, gracias a un incombustible José Carlos Molina y su presencia escénica abrumadora.

Nunca deja de llamar la atención, más allá del carisma que caracteriza a nuestro siempre apreciado trovador de ciudad, cómo su flauta sigue brillando más fuerte que nunca encima de los escenarios a través de la pasión, energía y genialidad que este hombre sigue irradiando cada vez más fuerte sobre las tablas.

El siempre irónico Robin Hood madrileño nos pedía que “tuviésemos un acto de sensibilidad hacia estos músicos jóvenes”, levantando las risas del público. “Cruz de Hierro” daba paso al primer tiempo pausado de la velada con “El juglar”, en esta ocasión con un Molina sentado en su mítica banqueta y con bandurria en mano, la cual fue tornando cada vez más eléctrica hasta llegar a un precioso guiño a “The House of the Rising Sun” de The Animals.

“Ella” hacía votar la sala acompañada del excelente sonido que caracteriza a este ya mítico garito de conciertos, con un cierre precioso de teclados de Juan Miguel Rodríguez (Cuatro Gatos).

Se nos venía encima uno de los mejores momentos de la velada, con una siniestra y alargada intro de guitarras, un pasaje mágico a través de la flamante filarmónica de José Carlos, unos teclados cual época Dio en Rainbow, para desembocar en un completísimo medley salpimentado con un virtuoso solo de guitarra del maestro de maestros a la guitarra, Manolo Arias (Niágara, Muro, Barón Rojo y largo etc…), la aportación del bajo de César Sánchez, y la demostración de puro domino a la batería por parte de Óscar Pérez (Khy).

“La bailarina” no dejaba decaer el alzamiento de botellas de cerveza al aire, acompañada de una sarta de aplausos prolongada y que no pudo tener mejor broche final que con un magistral solo de flauta por parte de nuestro querido juglar, quien, aunque llevemos toda una vida siguiéndole, sigue dejándonos con la boca abierta como si fuese la primera vez que disfrutáramos del directo de este pícaro que tantos buenos momentos nos ha regalado siempre.

Nuevamente regresamos a un agradecido medio tiempo con “Calor nublado”, que fue muy bien acogida por todos aquellos que hemos seguido el último lanzamiento de Molina en solitario, titulado con su ilustre apellido. “Son de estas que suenan en los 40 principales”, seguía bromeando nuestro flautista preferido.

 

Y hablando de los 40, en este caso en un coche, llegaba el turno de la siempre increíble y mítica “Tocaba correr”, con un público dejándose la garganta en la letra, para después poner el auténtico contrapunto con una intro de guitarras y batería trepidante con “Sé quién”, que hizo temblar hasta las botellas de la barra.

El concierto iba llegando a su fin, habiendo hecho el combo sobrada gala de una elegancia y compenetración absoluta sobre las tablas, llevando Molina la palabra maestría a su máximo significado.

Cuando alguien con los años, en un auténtico acto de justicia cultural, quiera escribir (o reescribir, según se mire), la historia del rock de este país, será imposible hacerlo sin resaltar con letras de oro el legado que un genio como José Carlos Molina dejara a la misma.

"Vamos a cantar dos canciones que os hagan sentir bien para que comprobéis que lo que habéis comprado ha merecido la pena”, sentenciaba antes de acometer con “El tren”, la cual no hubo un solo asistente que no se la conociese y por consiguiente cantase, para acabar con “El Flautista”, generando esta la euforia absoluta de la sala.

Retirada de las tablas para, tras la mítica insistencia del público venido arriba, volver Luis Calzada y Manuel Arias a las mismas para regalarnos un espectacular y brillante duelo de guitarras. “Más duro que nunca” cerraba la noche con la mejor acogida por parte del respetable que puede tener una canción de despedida en una fiesta en la corte del rey como la vivida el pasado sábado a la noche.

Bonito detalle tras el concierto con todos los músicos saliendo a la zona del merchan a firmar y sacarse fotos con todos los que así lo quisieron. Otra noche mágica para el recuerdo comandada por el máximo regidor de la historia del rock de la piel del toro.

Por siempre Molina, por siempre Ñu.

Setlist de Ñu en Vitoria:

Animales sueltos
Manicomio
No hay ningún loco
La granja del loco
Cruz de Hierro
El juglar
Ella
La bailarina
Calor nublado
Tocaba correr
Sé quién
El tren
El flautista
Más duro que nunca

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Un puto placer haberme leido esta pequeña crónica hacia el gran concierto que se marcaron los históricos ÑU en dicha sala vitoriana presentando su nueva placa de estudio y que junto con sus temas más clásicos lo bordaron. Aún recuerdo del pedazo de concierto que se marcaron en el BARCIA METAL FEST 2015 y yo en primera fila disfrutando de su gran directo.

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