Crónicas

Mägo de Oz: "La noche de la que te hablé”

«Algo más de dos horas que dibujaron una sonrisa en la muchedumbre presente»

24 agosto 2019

Campo de Fútbol Municipal La Cotá, La Adrada (Ávila)

Texto: Javier Pérez. Fotos: Marta G. Paniego

Enmarcado dentro de las actividades veraniegas de una bonita iniciativa por parte del Ayuntamiento de La Adrada, el llamado Tiétar Festival, que ya va por su segunda edición, consiste en llenar de música y cultura las noches estivales de la villa. Dentro de esta propuesta, los madrileños cerraban un círculo que tuvo su embrión allá por la puesta de largo de ‘Finisterra’.  En la memoria guardamos una fecha fantasma, que dató sobre mediados de agosto del 2000, cuando en las notas de prensa de la época, Mägo de Oz anunciaba concierto en Piedralaves, pueblo colindante, evento que jamás llegó a realizarse. Tengo viejas Heavyrock que lo atestiguan.

El caso es que han tenido que pasar casi 20 años para que el Valle del Tiétar pudiera disfrutar, al fin, de la velada perdida. Velada que sin marcar hitos en cuanto a asistencia, sí registró la suficiente como para dibujar un panorama ilusionante. Supongo que, el colocarla en una fecha donde la masa vacacional ha menguado notoriamente, hizo mella. Otro gallo habría cantado a finales de julio. Seguro.

Al menos curiosa fue la elección del telonero: La Banda del Capitán Inhumano, que con apenas un teclista que lanzaba los pregrabados, la voz principal, y tres acompañamientos que entre coros y bailes no pararon quietos, supieron ganarse a una audiencia que entendió la jugada. Nos divertimos en lo que parecía más una discoteca de hits pretéritos que un concierto de rocanrol; y lo hicimos porque más vale tener gracia que ser gracioso, y estos señores la tienen toda.

Apenas superaba el reloj las 23:30h cuando la solemne intro, con su eficaz vídeo de acompañamiento, puso en pie de guerra al gentío, que coreó con énfasis la cuenta atrás final y estalló con la salida de Txus. “El libro de las sombras”, que debe haber resonado en otros ambientes desde que el Rubius se la llevara para su ‘Virtual Hero’, pone en liza a unos Mägo de Oz que salen con vigor bajo el manto de los primeros efectos pirotécnicos de la jornada. Quizá sorprende que no sea “In eternum” la que se encargue de tal menester, mas se apresuran en poner en marcha ‘Ira Dei’ con “El amor brujo”. El sonido no alardea, pero cumple, y tras algún desajuste inicial se estabilizará definitivamente hasta el último acorde.

Zeta se dirige a nosotros por primera vez al presentar “Xanandra”, y “Cadavería” muestra su exquisitez antes de que “Tu funeral” tiña de negro el fervor inaugural. De tiempos remotos viene “El pacto”, quizá escondida en el paso de los tiempos ante otras hermanas de su quinta, y que, con Patricia a la voz, luce con esplendor.

Ojo ahora, porque cae una coalición de cinco cortes que forjará el tramo más ilusionante de la reunión; “Tequila tanto por vivir” y “La triste historia de Jimmy Tiro en el Pie” unen fuerzas con “Hoy toca ser feliz”, “Hasta que el cuerpo aguante”, y “El que quiera entender que entienda”. Magistral y emotiva ecuación que satisfizo a casi todos.

Antes del coletazo final que supondrá la alianza de singles mayores, entregan más de su último esfuerzo discográfico. Brilla menos de lo esperado “Ciudad Esmeralda”, impresiona “Opera Mortis” y emociona “Espera en el cielo”. Es “Te traeré el horizonte” la rampa de salida hacia al éxtasis rotundo que se monta con nombres propios: “La posada de los muertos” y “Molinos de viento”.

Tiempo ya de bises, ni más ni menos que “La cantiga de las brujas”, donde Manuel Seoane se canta los guturales con los que Diva Satánica nos estremeció en estudio, la siempre embriagadora “La Costa del Silencio”, y el aquelarre abrupto de “Fiesta pagana”.

Camisetas de regalo para Zeta, un repertorio atrevido, un atrezzo satisfactorio pero quizá escaso para la imaginería que podrían poner en tablas ambientando el poderoso universo de ‘Ira Dei’, un Txus comedido que se dedica exclusivamente a tamborilear su mastodóntico set, y un frontman que se encuentra más cómodo cuando en las tablas se amontonan compañeros (lo cual le permite lucir su voz sin ser el foco exclusivo), conforman una actuación merecedora de aplauso.

Algo más de dos horas que dibujaron una sonrisa en la muchedumbre presente, que supo disfrutar de una noche de verano cautivadora. Ojalá no tengan que pasar otras dos décadas para el sur de Gredos vuelva a recorrer el camino de baldosas amarillas.

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Esta entrada fue escrita por Redacción

3 comentarios

  • Juandie dice:

    Otro gran concierto por parte de una de nuestras mejores bandas como son MAGO DE OZ a través de esos grandes clásicos y buenos temas de su ultimo álbum de estudio. Ojala nos lo traigan por Andalucia.

  • Angel dice:

    Desde hace tiempo que tengo la permanente sensación de que desde esta revista se tiende a ser excesivamente optimista y benévolo en las crónicas que presentan de los eventos. Como si fuéramos a enfadarnos si se dice algo mínimamente negativo de los grupos.
    Y con este texto se me confirma dicha sensación.
    Mägo de Oz es y será de las mejores bandas patrias que tenemos, esa es mi opinión mantenida después de 15 años siguiéndoles. Pero no caigamos en en el fanatismo.
    Su disco Irá Dei me parece un regalo increíble después de estos años flojos que me hicieron esperar lo peor. Es una gozada. Pero no sus directos. Han perdido la fuerza, no tienen energía. Por suerte, tanto para ellos como para nosotros, tienen canciones muy potentes, son himnos nacionales, incluso en este último álbum de estudio. Y al menos en mi caso, me hacen pasar por alto la apatía de su frontman. Pero no obviarla.
    Ya en los dos conciertos de su gira de los 30 años que pude ver me temí lo peor. Zeta no tiene gracia ni fuerza. Solo voz. Increíble, perfecta y poderosa. Pero se ahoga con las canciones de Mägo de toda la vida.
    Al escuchar Irá Dei todo el miedo de que el fin de Mägo se acercaba desapareció. El concierto en la Adrada me ilusionaba cómo hacía tiempo que no me ilusionaba uno de sus conciertos. Quizá por eso la decepción fue mayor. Ni en sus propias canciones se luce. Y el momento del regalo que se menciona, que poco agradecido que fue. Por suerte ahí estaba Txus, abriéndolo y deleitando a sus fans. Siempre atento. No se le escapa una.
    Y menos mal que ahí está Patricia, un sueño, como siempre. Me alegro de que en este álbum se la pueda escuchar más, tanto en canciones propias como de coro, pero es una lastima que sea para tapar las deficiencias de otro.
    Este ha sido mi primer concierto de esta gira, y dudo que sea el último. Sus canciones me encantan. Solo espero que el siguiente pueda escucharlo de la voz de Ruben, de Debler.

  • Sotillano/a dice:

    Una veraneante de Sotillo, haciendo fotos de conciertos de viejas glorias en La Adrada... ¡el mundo se va a la mierda! Un buen sotillano/a, no cruza nunca las fronteras a La Adrada.

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