Crónicas

Lukiek + Biznaga + Lady Haze en Bilbao: Distinta generación, misma preocupación

«Pocas citas representaron con tanta fidelidad las diversas tendencias que conviven entre los más jóvenes, desde el heavy rock de corte clásico al punk cargado de bilis o con destellos melódicos, sin obviar ese rock alternativo noventero que marcó toda una época. Una convivencia apacible y sin aspavientos que constata la existencia de una distinta generación, pero con las mismas preocupaciones de antaño. »

29 abril 2022

Sala Santana 27, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

El victimismo se explota sobremanera en redes sociales. Nada existe más efectivo para acaparar la atención que pegarse un berrinche a la vista de todo el mundo para que surjan solidarios hasta de debajo de las piedras. Que la causa sea justa o no será lo de menos. Pero entre las reivindicaciones de los más jóvenes hay una que sobresale y que se antoja difícil de debatir: el hecho de que vivirán peor que sus padres. Ningún partido político en la actualidad está en condiciones de ofrecer una solución a este problema endémico, e incluso podríamos hablar de una generación pérdida, del mismo modo que sucedió con aquellos que sufrieron la Guerra Civil o con los que se tuvieron que exiliar tras la contienda.

Lukiek

Por tales motivos, lo cierto es que se tornaba muy apropiado juntar para celebrar el décimo aniversario de la promotora HeyHey MyMy a tres bandas con tramos de edad colindantes y diferentes aspiraciones en materia creativa. Otra forma más de dar en los morros a los cansinos que se piensan que ha llegado el apocalipsis y que ya no surgirá nada que merezca la pena en lo que nos resta de vida. No sabría precisar qué afirmación llevamos padeciendo desde hace más tiempo, si esta de que lo de ahora no vale un pimiento o la de que el rock n’ roll ha muerto, el gran clásico entre los cerriles que van de modernos.

Lo bueno que tuvo esta cita con notable afluencia de público es que gozamos de tres ambientes distintos, igual que si uno estuviera en una de esas discotecas megalómanas en las que en cada piso suena un tipo de música. Así, nos encontramos para iniciar la velada a los chavales de Lady Haze, con una soberbia capacidad instrumental en la onda de Radio Moscow y punteos gloriosos en la senda de Cream y otras glorias setenteras. Había además un cantante elegante, con fular al cuello, lo cual demostraba que se preocupaban por el aspecto estético en escena, pero todavía necesitan pulir más las composiciones, pues la mayoría se sucedían sin provocar la más mínima reacción, a excepción del grupillo de colegas de las primeras filas que les aclamaban como si fueran The Rolling Stones. Le echaron ganas, de eso no cabe duda.

Lady Haze

Los siguientes en batirse el cobre fueron los madrileños Biznaga, que colocaron el listón a un nivel estratosférico, como suele ser habitual en ellos. Su último disco ‘Bremen no existe’ acababa de salir hace escasos días, por lo que era lógico que abrieran con “Líneas de sombra” y poco después se decantaran por “Contra mi generación” o ese genial arrebato antipostureo llamado “Espíritu del 92”.

Siguen siendo una auténtica bomba en directo, a pesar de que sufrieran en un principio algunos problemas de sonido. Se ganaron a la peña al decir que Euskadi era el lugar en el que más veces habían tocado y al dedicar “Domingo especialmente triste” a todos “los demenciales chicos acelerados”, en clara alusión a Eskorbuto.

Biznaga

Un tema antiguo para mover el culito”, dijo el vocalista y guitarra Álvaro antes de poner el recinto patas arriba con la bilis desatada de “Máquinas blandas” y se declararon “expertos en perderse” previamente a “No-lugar”. Por mucho que evolucionen en los trabajos de estudio, es toda una garantía saber que continuarán atronando en los directos trallazos punk como “Héroes del no”. Apabullante.

Solo faltaba que remataran con su “hit” “Adalides de la nada” y luego finiquitaran la sesión con “Una ciudad cualquiera” y “Mediocridad y confort”. Era inútil desgañitarse, pues los que les hemos visto varias veces sabemos de sobra que nunca hacen bises. ¿Quién los necesita cuando se toca del tirón sin pausas ni mierdas para dar palmas? Echamos de menos piezas pretéritas como “Fiebre” o “Nigredo”, entre otras, pero cumplieron de sobra. Siempre infalibles.

Biznaga

Complicada papeleta les habían colocado a Lukiek, el proyecto paralelo de Josu de Belako, un dato meramente informativo, porque estamos convencidos de que seguirían metiendo multitudes por igual aunque se tratara de un grupo con integrantes sin experiencia en otros combos. La realidad nos lo confirma de pleno, no hay más que ver la enorme química que destila este trío, como si fueran cada una de las patas de un trípode, se apoyan los unos a los otros y no se entendería un verso libre que quisiera ir a su bola sin tener en cuenta a los demás.

El inicio fue colosal, con el batería acaparando el protagonismo y levantando las baquetas como si estuvieran tocando en el Wembley Arena y no en una concurrida sala. Y con esa actitud sobrada insuflan poso atmosférico y melodías orientales con “Obabatxue”. En esa senda ascendente, encajó cual guante “Don Gomes”, uno de los temas que suele animar más al personal en sus bolos, aunque los ánimos andaban desde el inicio por las nubes, con Cris, la vocalista de Belako, y Lore, hermana de Josu, dándolo todo en un pogo de mayoría femenina.

Lukiek

Lo hemos comentado en repetidas ocasiones, pero sigue sorprendiéndonos ese aldeanismo congénito que lleva a considerar a lo de fuera mejor simplemente por el hecho de venir de otro país. Cualquiera que hubiera estado en el recinto se hubiera dado cuenta de que en realidad tampoco había tanta distancia entre el trío oficiante y Foo Fighters o Biffy Clyro, por poner dos sonados ejemplos.

Su faceta noventera se antojó creíble en “Izate Iragankorrak” y no renunciaron a continuar presentando su reciente reválida, pese a que las piezas que realmente movían al personal eran de su debut. Caso de “Bi Polar Eztabaidan”, con su comienzo Nirvana total y que provocó que la peña se agachara durante unos cuantos segundos antes de saltar con fuerza. Otro clásico de sus shows. Qué gustazo que hayan quedado en el olvido las odiosas sillas en los conciertos.

Lukiek

Cris se subió al escenario para soltar un chillido ininteligible, a pesar de que el segurata no le reconoció y en un inicio le cortó el paso. No tardaría en llegar “Eroan Zaitue”, que suena por completo a post punk británico con cierto aire Muse y seguramente sea de lo mejor de su último redondo. No desperdician el impulso y aprovechan para coger carrerilla con “Kontuz!”, otra de esas que pone a la peña a botar como si les fuera la vida en ello.

La recta final nos constata su desmedido potencial en las distancias cortas con cortes del calibre de “Vanpiro Zara Orain”, uno de sus grandes éxitos cuya presencia es inevitable en el repertorio. Aquello vuelve a levantar pasiones, como era de esperar, no extrañó que regresara de nuevo el numerito de agacharse, había ya vicio con eso.

Lukiek

Pocas citas representaron con tanta fidelidad las diversas tendencias que conviven entre los más jóvenes, desde el heavy rock de corte clásico al punk cargado de bilis o con destellos melódicos, sin obviar ese rock alternativo noventero que marcó toda una época. Una convivencia apacible y sin aspavientos que constata la existencia de una distinta generación, pero con las mismas preocupaciones de antaño.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia las dignas descargas que se curraron esta prometedoras bandas como son LUKIEK, BIZNAGA y LADY HAZE en la Santana bilbaina.

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