Crónicas

Berri Txarrak: Exaltación de lo vasco

«Los que no estuvieron ahí se lamentarán de por vida»

14 julio 2019

Kobetamendi, Bilbao

Texto: Alfredo Villaescusa. Fotos: Íñigo Malvido

Hay eventos que uno no debería perderse por nada en el mundo. Hablamos de esas citas, a menudo irrepetibles, que marcan un antes y un después en la historia de la música. Cualquier periodista musical con unos mínimos debería dejar de lado sus gustos personales y adentrarse en la muchedumbre para recoger esos instantes a partir de los cuales ya nada volvió a ser lo mismo, al igual que cuando las relaciones personales comienzan a irse a la mierda un buen día por la mañana sin motivo aparente. La puerta de entrada al caos.

Foto: Íñigo Malvido

Esos puntos que marcan una intersección permanecen agazapados, pero uno los reconoce muchas veces porque siente una corazonada. Eso tal vez experimentaron las 20.000 almas que se animaron a subir al monte Cobetas el pasado domingo, justo un día después del multitudinario BBK Live, celebrado en el mismo lugar el jueves, viernes y sábado. No sucede a menudo que un festival mute hasta transformarse en un bolo particular y un solo grupo arrastre tanta peña como un plantel estelar formado por nombres internacionales. Pocas cosas puede haber más vascas que esto de subir cimas.

Todo un sarao se había montado a tal efecto en Kobetamendi desde temprana hora para demostrar que, aunque el trío de Lekunberri deje los bártulos, no faltarán candidatos para recoger el testigo. Entre espectáculos de circo, teatro, danza o bertsolaritza, ocho bandas emergentes se encargaron de presentar sus últimos trabajos desde las 16.30 hasta las 20.30, y así certificar que la conocida frase de Berri Txarrak “Ez dadila haria eten” (Que el hilo no se detenga) no tenía absolutamente nada de postureo.

Tras volver del Mad Cool madrileño en tiempo récord, alcanzamos la cúspide justo para toparnos con la banda de vientos Broken Brothers Brass Band, que sirvió para que el personal fuera entrando en materia y los más rezagados consiguieran llegar hasta el recinto, algo que pudo hacerse con relativa facilidad gracias al servicio de lanzadera desde San Mamés. Un paisanaje variopinto de diferentes edades, casi intergeneracional, pobló las campas y puso el calor necesario para convertir aquello en inolvidable.

Foto: Íñigo Malvido

El pistoletazo definitivo de salida de Berri Txarrak llegó con “Beude” antes de que pisaran el acelerador con la trallera “Gelaneuria”, el combustible imprescindible para que las gargantas empezaran a elevarse hacia la estratosfera. Y en esa progresión ascendente encajaba asimismo “Jaio. Musika. Hil” o “Izena, Izana, Ezina”, clásicos fundamentales en cualquier bolo suyo que no podrían obviarse en tan magna cita.

“Spoiler!” ha adquirido también relevancia en los últimos tiempos y se acoge con gratitud, aunque lo verdaderamente interesante comienza con el desfile de invitados, que inaugura Jurgi Ekiza de Willis Drummond desgañitándose de lo lindo en “Ez Dut Nahi” y amoldándose por completo al rollo. Poco después sale Aritz Mendieta de Deabruak Teilatuetan con otra vieja gloria de épocas pretéritas, “Iraultza Txikien Asanblada”, todo un canto a la cultura participativa.

Se notaba que se había planificado el evento al detalle, pero eso no impidió disfrutar del desarrollo de la velada, como cuando arremetieron con “Zertarako Amestu” o la contundente “Libre”. Y en esta selección de personajes relevantes vascos, no podría faltar una de las mejores voces que existen en la escena, la de Aiora Renteria de Zea Mays, a la que reservan “Aspaldian Utzitako Zelda”, un tema basado en los versos de Joseba Sarrionandia. Y el personal vuelve a dar síntomas de emoción desbordante en “Bisai Berriak”, reconocida al unísono por los asistentes y con un final tan épico que hasta soltaron un irrintzi desde la concurrencia. Si en otras latitudes se silba para mostrar conformidad, aquí se utiliza ese mítico grito de pastores que en la Edad Media se empleaba para atemorizar enemigos.

Foto: Íñigo Malvido

Otra figura importante en la trayectoria de Berri Txarrak ha sido Ricky Falkner, reputado músico y productor que ya trabajó con ellos en el triple álbum ‘Denbora Da Poligrafo Bakarra’. Precisamente recurren a la pieza homónima, aparte de otras de esa etapa como “Aditu Bihurtuak” o “Helduleku Guztiak”, al tiempo que incorporan a otro conocido como David de La Maravillosa Orquesta del Alcohol”, que se marca una interpretación muy notable de “Lemak, Aingurak” en euskera. Una gesta que ya tiene mérito para alguien no euskaldun. Ni que hubiera nacido en Amoroto.

En “Ikasten” mandan a la peña sentarse y todo el mundo obedece como corderitos antes del subidón de adrenalina de la punkarra “Isiltzen Banaiz”. Una lástima que en esa onda sigan sin recuperar ni “Folklore” ni “Gure Dekadentziaren Onena”, quizás nuestros temas preferidos de su discografía. Pero bueno, tampoco es cuestión de quejarse en un repertorio de más de tres horas. Lo que sí sorprendió fue que rescataran la frenética “Zirkua” junto a Matxet de Josilouli y legaran así el momento más trallero de la velada. Para volar hasta la peluca.

Foto: Íñigo Malvido

Gorka no habló demasiado durante el show, pero cambió al castellano para constatar que había gente de Madrid, Cataluña, Valencia y hasta se sorprendió por una bandera canaria. Nunca un grupo vasco logró hermanar a pueblos tan diferentes. Y Facu Díaz se animó a ponerse a las baquetas en “Betiko Leloaren Betiko Leloak”, no con tanta fortuna como Galder, obviamente, pero con la pericia suficiente para mantener el tipo mientras Toni Mejías de Los Chikos del Maíz rapeaba.

Y la peña levantó las manos para “Eskuak” y “Biziraun”, que contaron con la colaboración de su paisana Iseo, muy desenvuelta y sin parar de saltar. Le toma el relevo el estadounidense Matt Sharp, ex bajista y fundador de Weezer, con el éxito de su banda The Rentals “Friends of P.”, aunque sustituyendo la última letra por la “B” de Berri Txarrak o Bilbao que llevaba en la camiseta. Y en “FAQ”, que tiene mucho de punk rock americano, el yanqui no se arruga en absoluto con el euskera. La de horas que ha debido de practicar.

Foto: Íñigo Malvido

Muy interesante resultó asimismo el toque melancólico que otorgó la Patti Smith vasca Anari en “Oreka”, pero sin duda uno de los momentos más emocionantes se alcanzó con la presencia de Aitor Gorosabel de Su Ta Gar para una inesperada “David Eta Goliath”, que contó con un solo de órdago y la notable aportación vocal del de Eibar. Y con los ánimos de la concurrencia desbordados, se marcaron un inmenso “Oihu” al alimón y con la peña gritando a pulmón. Broche de oro.

La historia todavía no había ni de lejos terminado, faltaba poner el toque fraternal con la hermana de Gorka, Nerea Urbizu, al piano y dedicando “Min Hau” a los presos de Alsasua, otras víctimas de la justicia franquista de este país que considera más grave poner unas urnas que una violación. Los gritos de “Altsatukoak askatu” (Libertad para los de Alsasua) se elevaron entre el personal, como era de esperar.

Foto: Íñigo Malvido

Y si ya habíamos experimentado varios instantes memorables que pasarán a la posteridad para la música vasca, he aquí otro más con el concurso de El Drogas, que fue aclamado nada más salir y cosechó un mar de luces de móviles en una sentida interpretación de “Maravillas”, una elección clara por su evidente vinculación con la memoria histórica. La palabra “Nafarroa” (Navarra) resonaría en kilómetros a la redonda.

Pasaban ya las tres horas de bolo, pero regresaron para una segunda tanda de bises, que abrieron esta vez en eléctrico con “Ikusi Arte”, la inevitable “Denak Ez Du Balio”, con David encargándose de la parte en inglés, y un “Katedral Bat” que valió para finiquitar una cita que se recordará en mucho tiempo. Los que no estuvieron ahí se lamentarán de por vida.

Toda una exaltación de lo vasco en el mundo que vuelve a colocar a Berri Txarrak en una nueva cima al doblar en asistencia su bolo del BEC en Barakaldo, el más grande hasta la fecha. Como apuntaba un conocido, ni siquiera la reunificación de Itoiz lograría batir tal espectacular marca. Basta señalar que nunca habíamos visto los metros tan congestionados como a la vuelta, el servicio especial no dio abasto para acoger semejante muchedumbre. Un reventón descomunal. Que las despedidas no terminen nunca.

Redacción
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1 comentario

  • Juandie dice:

    Otro gran concierto que pasará a la historia de una de nuestras mejores bandas como son BERRI TXARRAK y que con conciertazos así me extraña que quieran hacer un parón en su actividad musical. Pués esa noche en uno de los mejores recintos de Bilbao volvieron a dar otro gran concierto a través de esos temazos y con algunos de nuestros mejores músicos como Enrique Villarreal o Aitor Gorosabel de SU TA GAR. Que vuelvan pronto a los escenarios.

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