Crónicas

Baïkal + Sexma + Deriva

«Noche de fenómenos extraordinarios»

Sala Straving, Madrid

Texto: Valle. Fotos: Álvaro Carlier

La misteriosa profundidad del lago Baïkal ha generado todo tipo de leyendas y misterios a lo largo de la historia, como el monstruo que vive en sus cristalinas aguas conocido como Lusud Khan y, tras la desclasificación de muchos documentos de la antigua URSS al final de la guerra fría, una gran actividad extraterrestre.

A Lusud Khan lo podéis ver dibujado en la portada del primer LP del grupo logroñés de post rock scream, Baïkal, y la actividad extraterrestre la podéis sentir en sus conciertos. Como el del pasado sábado día 29 de septiembre en la sala Starving de Madrid, en el que, junto a Baïkal, Sexma y Deriva también nos mostraron una actitud sobrehumana. Desgraciadamente, esa actitud no fue el único hecho extraordinario de la noche, porque los traviesos duendecillos del sonido aparecieron en contra de las tres bandas (una de las guitarras de Baïkal, el micrófono del vocalista de Sexma y el bajo de Deriva) lo que ocasionó parones y retrasos que, paradójicamente, gracias a la humanidad y generosidad de los trabajadores de la sala Starving, pudieron ser solventados.

Baïkal decidió empezar fuerte con su tema más emblemático y homónimo al grupo que suele inspirar muchos de los esmerados textos de su álbum ‘Historias del fin del mundo’ y, desde el principio, se pudo notar esa actividad extraterrestre que provocan debido a la muy activa actitud y entrega de su polivalente vocalista Víctor "Estrés" que, además de mostrarnos una gran capacidad vocal con el screaming y el death growl, ofreció un espectáculo endiablado con grandes saltos, bailes retorcidos y misteriosos recitados para terminar con un perfecto Windmill de break dance. Muy destacable fue también la gran exhibición de potencia y originalidad a cargo de David Mesa con la batería, sin olvidar la parte instrumental que combinaba acordes hardcore con lagunas ambientales y melódicas de complicados arpegios por parte de Pablo Garraleta y Javier Mollá a las guitarras y Javier Goicoechea al bajo.

De su disco ‘Historias del fin del mundo’, además de la mencionada "Baïkal", pudimos disfrutar de "Malditos sueños", "40°30'31 3N 4°09'19 2W" (coordenadas del Valle de los Caídos), "Moevius" y el valls "Semidioses". No obstante, brillaron con especial fulgor las canciones nuevas, sobre todo, "Constelaciones muertas".

Tras Baïkal, los burgaleses Sexma decidieron continuar con la actividad extraterrestre y, contagiados por el ambiente, a la gran experiencia y solidez de una banda que funciona como un reloj suizo, añadieron otra buena dosis de espectáculo y actitud rockera.

Las guitarras grunge que alargaban al máximo la distorsión y que, de rodillas o de pie, fueron lucidas por Gonzalo Herrero y Edgar Rioyo, más la contundente base rítmica con el bajo de cinco cuerdas de José Herrero y la precisión de un baterista de estudio como Iván Olano, se unieron a la atractiva y modulada voz con poderosos e imposibles agudos del carismático Igor Lope para ofrecernos un cuidado y seleccionado repertorio de entre sus cuatro álbumes, que hizo las delicias de la concurrencia y en el que destacaron los temas pertenecientes a su último trabajo ‘Grisalla’ con el éxtasis de "Soy" y la potente psicodelia de "Bajo el mismo Sol". Canciones, todas, con mucha alma, de preciosos cambios y con estribillos pegadizos que, a pesar de sus fuertes raíces metal, por momentos parecían de un progresivo y muy corpulento indie rock.

La guinda al pastel de esta noche de fenómenos extraordinarios la pusieron los madrileños Deriva. Es una banda instrumental que experimenta dentro del gran universo metal con todas las cuerdas, trastes, ritmos y golpes haciéndonos ver que este universo puede ser infinito. Músicos metódicos y al mismo tiempo salvajes, que consiguen que su gran disco lanzado el año pasado cobre, aún si cabe, más sentido en el directo. Con espectaculares cambios de tempo en increíbles arreglos, envolventes solos de guitarra y una inesperada brutalidad, Deriva nos acercan a su mundo. Un mundo del que huyen a la deriva transmitiéndonos, perfectamente y sin palabras, todo tipo de sensaciones. Así, los incansables Álvaro Rodríguez a la batería, Javier Muñoz y Minchy a las guitarras y Yago Sagrado al bajo nos deleitaron con la bestial "Circadian", la onírica con aires celtas "Cortex", el llanto electrónico de "Delta Waves", la acechante "Substancia Nigra" o la inquietante "Adrenaline", entre otras, además de un par de inspirados temas nuevos que nos conducían a otra dimensión, a nuevas atmósferas o, tal vez, al punto de partida: la misteriosa profundidad del lago Baïkal.

 

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Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Actuaciones muy correctas de estas interesantes bandas de nuestro país que a su estilo estuvieron muy a la altura como he podido leer. Ójala con el paso del tiempo se hagan muy grandes en nuestro país.

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