Crónicas
Bajolicencia + Pineapple Doom: el descaro hecho banda
«El punk macarra con trazas de ska que la banda practica sumado a lo eléctrico de sus actuaciones en directo forman una mezcla que engancha»
17 enero 2020
Sala Caracol, Madrid
Texto y fotos: Álvaro González
El frío seco de la capital y la interesante oferta que se nos presentaba para la noche del 17 de enero nos llevó a la Sala Caracol, casa que en esta velada contaba con presentaciones de nuevos trabajos por partida doble, una de ellas motivada, además, por los quince años de trayectoria que el conjunto en cuestión ha cumplido.
Y aunque aquello tardó bastante más de lo deseado en empezar (ya sabemos lo orientativas en exceso que en ocasiones son los horarios de apertura de puertas, pero la música en directo se hizo esperar más de la cuenta), Pineapple Doom fue el combo encargado de caldear el ambiente en una sala que poco a poco iba recibiendo la buena entrada que acabaría logrando la velada. Desde luego que el power trío no esconde cuáles son algunas de sus referencias musicales, tanto por el estilo clásico que practica como por la camiseta que su líder, Al, lucía orgulloso. El bajista y vocalista - enfundado en una elástica de Black Sabbath - dejaba patente por las dos vías esta predilección por este sonido cada vez más añejo.
La ocasión también servía para continuar presentando en vivo el primer disco de la banda, un EP bautizado con el nombre del propio conjunto, y lo cierto es que en ningún momento el público mostró signos de desinterés. Nada más lejos de la realidad, puesto que si girábamos la cabeza veíamos decenas de miradas clavadas en el espectáculo ofrecido por los madrileños. Esta pleitesía se hizo patente cuando Al incluyó entre sus pequeños discursos entre tema y tema a Lemmy, emblemático bajista de Motörhead al que la banda quiso recordar ante el aplauso de todos.
Al también quiso dar las gracias - así como el de sus escuderos, el guitarrista Gabi y el batería Guille - a los primeros que poblamos la Caracol antes de que Bajolicencia hiciera acto de presencia, para quien también tenía reservadas unas palabras de agradecimiento.
Pineapple Doom, con la humildad de quienes son igual de transparentes y cercanos sobre el escenario que una vez finalizado el show, pero también con una planta y un descaro que sorprendió a muchos y que todos agradecieron, demostró que pese a lo joven que es este proyecto - pues su trabajo debut apenas cuenta con unos meses de vida - tendremos que estar muy pendientes de sus próximos movimientos.
Cambio de equipo, avituallamiento en la barra y de vuelta al fondo de la Caracol para disfrutar de la propuesta de Bajolicencia. El punk macarra con trazas de ska que la banda practica sumado a lo eléctrico de sus actuaciones en directo forman una mezcla que engancha. Y si por algún casual alguien quiere achacar que el espectáculo se torna repetitivo, ya se encarga la banda de acallar este tipo de posibles críticas cambiando de tercio gracias a lo versátil de su formación y a lo heterogéneo de su producción musical dentro de unos márgenes, la cual cumple exactamente quince años desde que arrancara. Esta efeméride no era el único porqué de este concierto, ya que Bajolicencia también llegaba con un nuevo disco bajo el brazo, de nombre ‘Sin oficio ni beneficio’. Tuvimos la oportunidad de escuchar temas de este álbum como “Si te dicen que cai”, “Escribano” o “El tren”, aunque - o bien porque esta nueva tirada de temas necesita más tiempo de cocción en el corazón de los fans o porque, sencillamente, son clásicas las más coreadas por el respetable fueron “En Castuera” e “Instinto suicida”.
Y nada se puede echar en cara en lo que a entrega respecta, pues todo aquel que se subió al escenario para esta actuación - que contó, además, con un gran sonido durante toda su extensión - no se dejó una sola bala en el cargador. La pasión, algo que esperamos que todos los músicos alberguen al deleitarnos con su trabajo, siempre es un plus a la hora de contentar a la audiencia. Mención especial, además, al trompetista Jaime, que ha regresado al conjunto y aporta sobremanera a las canciones de Bajolicencia con su instrumento, distinguiéndolas de otros grupos del mismo estatus. Y a Roger, que en determinado momento, y sin dejar de cumplir su tarea a las cuatro cuerdas, advirtió convenientemente de la falta de un elemento de vital importancia bajo los focos: la cerveza.
Y como todo grupo contestatario que se precie (haciendo uso los madrileños, además, del humor y la sátira), el vocalista Héctor, con su estilo rockabilly, mostró sus respetos a su público, “a la gente a la que aún le motiva el rock y a la que ni le cambia Mediaset ni Gran Hermano ni su legión de escribanos” en sus propias palabras, alegato que fue sucedido por una merecida ovación. Bajolicencia se despidió, de este modo, con los deberes hechos ante una sala rendida a sus pies.
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2 comentarios
Correctas actuaciones por parte de estas dos interesantes bandas de nuestro pais que a través del mejor Punk/Ska combativo lo bordaron en una de las salas más emblemáticas de Madrid.