Korn
Requiem
Loma Vista (2022)
Por: Hernán Osuna
9
Nueve canciones componen el flamante material de la banda oriunda de Bakersfield. Dolor, redención y sanación, en un claroscuro de emociones que muestran a la banda vulnerable y a la vez madura, observando la luz al final del túnel.
En su LP número catorce, producido por Chris Collier, Korn transita sus casi treinta años de carrera con una fuerza indomable que los hace sólidos y lejos de cualquier autoboicot. Podría decirse quizá que es más “feliz” o “positivo” que otros trabajos previos, y parte de ello reside en la madurez fruto de las experiencias vividas a lo largo de tres décadas: ascenso vertiginoso, giras maratónicas, victorias, derrotas, adicciones y pérdidas. Jonathan Davis y sus compañeros parecen estar encontrando la luz al final del túnel. Lo bueno es que 'Requiem' evidencia que, para sanar, al dolor hay que transitarlo, aceptarlo, mirarlo a la cara y jamás negarlo. "Aquello a lo que te resistes, persiste", dijo alguna vez el psiquiatra suizo Carl Gustav Jung (1875-1961). Y vaya si tenía razón.
La nueva obra de Korn abre con "Forgotten", un futuro himno de la banda que inicia con una intro difícil de olvidar a cargo de Ray Luzier, quien golpea el aro de su caja de manera juguetona para dar paso a las incendiarias guitarras de Brian “Head” Welch y James "Munky" Shaffer e iniciar un tornado de new metal. Con “Forgotten” Korn saluda al 2022 y te deja con la intriga de saber qué viene después.
Luego, los riffs insistentes y densos de “Let The Dark Do The Rest” nos llevan a esa zona en la que Davis, Munky, Head, Fieldy y Luzier se mueven con total naturalidad, mientras el frontman intenta no volverse sombrío y exclama: "Sólo quiero ver qué me depara el futuro". Suena como un hombre que lo ha visto todo y se esfuerza por salir de la fragilidad.
“Start The Healing”, uno de los singles que la banda ya había promocionado, arriba a través de un groove hipnótico de Luzier que da paso a un estribillo con gancho en el que Davis canta que "es hora de empezar la sanación" (Así se habla, tío. No hay nada cool en la tristeza). Sobre el cierre, un breakdown incendiario exorciza todos los demonios que puede haber en la escena, como cuando alguien enciende un palo santo (incienso originario de Latinoamérica utilizado con fines tranquilizantes) para purificar su hogar.
A medio camino entre Static X y Coal Chamber, con un approach más simple y un coro entre pesado e hipnótico, llega “Lost In The Grandeur”. "Ayúdame a encontrar mi camino/ Sé que todo esto suena tan cliché/ Pero he hecho todo lo que has dicho”, dice Jonathan Davis conectando con sus heridas más profundas, harto de su recaída emocional, pero con cierta paz. Más tarde arriba “Disconnect”, hostil y punzante; sin embargo, es en “Hopeless And Beaten”, donde Korn persigue una idea un tanto más alocada: hay voces hardcore y heavys, pero luego sobreviene un estribillo más agradable y con swing.
“Penance To Sorrow” tiene pasta de tema ineludible para esta nueva era del combo californiano: riffs explosivos equilibrados con arpegios marca de la casa, voces lacerantes a cargo de Davis, gancho y la brutal pegada del batería Ray Luzier, a quien puedes imaginar repartiendo golpes a diestra y siniestra, moviendo violentamente sus brazos como un espantapájaros electrocutado. Posteriormente aparece “My Confession”, –quizás una de las menos atrapantes del álbum- y Korn se lo guarda todo para el final con "Worst Is On Its Way": retorcida, potente, expansiva, con ese sonido de bajo tan característico de Fieldy y los gritos metálicos que hicieron a Jonathan Davis una de las voces de toda una generación.
Korn ha iniciado su proceso de sanación reconociendo su propia vulnerabilidad, afrontando miedos y dejando atrás viejos fantasmas. Lo hace a través de 'Requiem', una obra sólida, agresiva y expansiva con la que asumen la oscuridad para poder encontrar paz y luz al final del túnel. Estos héroes de los tiempos dorados de MTV que junto con Limp Bizkit y otras bandas generaron una identidad y una renovación a finales de los noventa, tienen en el new metal su marca de fábrica indeleble. El mayor éxito de Korn ha sido sobrevivir. Al paso del tiempo, a la industria y a ellos mismos. Y eso ya es todo un mérito.
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4 comentarios
Muy buen tema y currado videoclip para el nuevo álbum de los metaleros alternativos KORN.
Mediocridad absoluta
El disco a la primera escucha fue un absoluto "meh" y además cuando me puse cómodo como para escucharlo ya había terminado. Pensé que ese iba a ser el debut y despedida, no creí que mereciera una segunda escucha. Mientras transcurría la tarde se me venían fragmentos de algunas canciones del disco a la mente y me decidí escucharlo bien. Lo escuché dos veces seguidas y le presté atención y cambié un poco de parecer. Por la noche sentado en el balcón lo escuché por 4ta vez con un buen par de auriculares y fue una linda experiencia, me cautivó el trabajo vocal y la mezcla de varias pistas con esas guitarras entre melódicas y oscuras.
Conclusión: es un disco interesante aunque diferente, no tiene nada que ver con SOS (creo que algo así ya no van a volver a sacar) ni tampoco con The Nothing, pero igualmente suena lo suficientemente pesado como para no decir que es un álbum experimental, creo que la esencia está ahí. Lo bueno es que de 9, 8 temas están buenos, lo malo es la pobre grabación de la batería que, aunque se agradece escuchar una batería acústica por estos días, que se haya grabado de manera analógica no justifica de ninguna manera la debilidad e irregularidad del sonido, con sistema analógico escuché baterías que suenan 10 veces mejor que eso. Otra cosa negativa es el relleno "My Confession", vamos, en 9 tracks se necesita relleno? suena a algo que escuchamos 20 mil veces en Korn en los últimos 15 años.
Con todo, creo que igualmente es un disco 7/10
El mejor p*to fakin album de toda la p*ta carrera de Korn, posh me ha encantao pejerreies!!!!