Cold Years

Goodbye To Misery

Inside Job/MNRK (2022)

Por: Pau Peñalver

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El trío de Aberdeen regresa con ‘Goodbye To Misery’, un disco lleno de hits que cualquier banda desearía tener en un su discografía. Grabado con el productor Neil Kennedy (Creeper, Boston Manor, Milk Teeth) hace un año en los Ranch Studios de Southampton. “This record is All Killer no Filler”, sin nada de relleno, como rezan los anglosajones.

Tuvimos la oportunidad de hablar con su cantante, Ross Gordon, y las expectativas de estos escoceses son muy buenas. Con la agenda llena de conciertos -en mayo empiezan su gira mundial- desde la inicial "32" es un no parar de himnos que se podrían atribuir a los recién reunidos The Gaslight Anthem o incluso a sus amados Biffy Clyro por cercanía geográfica y referencias de plumillas como servidor. "Britain Is Dead" podría ser obra de Billie Joe Armstrong en la época dorada de Green Day. Este es, sin duda, su canto de sirena, su puesta de largo, su bandera clavada en Marte... Han pasado dos años de su debut mainstream con ‘Paradise’, pero ya llevaban años sacando material de forma independiente y girando por todas las salas de nuestras idolatradas Islas Británicas.

El álbum ‘Goodbye To Misery’ es un disco de punk rock a secas sin artificios. La canción homónima y tercera pieza del puzle puede ser otro sencillo que nos dará uno de los mejores veranos de nuestra vida. Más después de lanzar las mascarillas y entrar a sudar las salas de conciertos que ellos llenen en nuestro país cuando eso sea una realidad.

"Jack Knife" sería su tributo a los Arctic Monkeys. "Control" me recuerda a los Social Distortion más divertidos. No sé a qué esperas si en las plataformas principales ya podéis escuchar canciones nerviosas como "Headstone", himnos atemporales como "Home" (menudo tema para levantar el espíritu) que nos llevan a los años de mozuelo del Springsteen más inspirado, y "Kicking and Screaming", una de mis preferidas.

Ahora todo ha cambiado y Ross junto a sus compañeros de batalla, el guitarrista Finlay Urquhart más el bajista Louis Craighead, han decidido dejar de comer las migas de los demás para convertirse en plato principal de los menús festivaleros del solsticio de verano.  Estos jóvenes tienen ante sí un futuro brillante. Dejémonos de palabrería y vivamos el momento. ¡A la mierda todo y carpe diem, baby!

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