Caelus

The Voyager, Pt. 1

Autoeditado (2022)

Por: Alfredo Villaescusa

9

Hay grupos que deberían llamar la atención de cualquier melómano, con independencia absoluta de los géneros por los que uno bebe los vientos. Al igual que existen referencias ineludibles en la historia de la música sin las cuales es imposible entender la evolución hasta llegar al día de hoy en determinados ámbitos, también existen propuestas ejecutadas con tal solvencia que cerrar los ojos ante la evidencia sería una profunda muestra de ignorancia.

Esto último es lo que sucede con estos valencianos que le dan a un metal contemporáneo, en ocasiones contundente y otras veces con veleidades melódicas o progresivas pero sin ponerse intensitos. Este tercer lanzamiento, del que ya desvelamos todos los detalles, cuenta la historia de tres personajes cuya voluntad y destino está entrelazado. Un contenido ya de por sí atractivo que viene reforzado por la espectacular portada de Abstract Chaos Design, a la altura de Yes u otros colosos del rock sinfónico.

La introducción “Escyria” nos sumerge en el océano de versatilidad característico de este trabajo que ya sobresale con “When Monuments Fall”, que combina desde voces guturales a tonalidades cercanas al power metal. Una declaración de principios que nos advierte que sus composiciones nunca van a tiro hecho, sino que conviene esperar lo inesperado.

“Epitaph” parece en un inicio más escorada hacia el metal progresivo y no estaría nada alejada de las obras cumbres de Symphony X, mientras que “Moonwatcher” con su tono sosegado nos conduce hacia “Perplexia: Moonwatcher, Pt II”, otro derroche de creatividad sin parangón en el que brilla su vertiente más épica, su estribillo es sencillamente maravilloso. Toda una joyaza para fans de Pain of Salvation y similares.

Y “The Light from Outer Space” sigue demostrando el impresionante talento de esta gente en una pieza compleja, atmosférica, con la que las caducas divisiones entre géneros se tornan inservibles. Podríamos decir que en determinados momentos se acercan a Meshuggah, pero tampoco se diluyen en marasmos técnicos, lo suyo es más directo, sin que esto ni de lejos signifique que son una formación de sota, caballo y rey.

En “Symbols of Afterglow” echan el resto en lo que a variedad se refiere, con un corte que comienza con tonos guturales y doble bombo a machamartillo antes de mutar en una suerte de power metal colindante con veleidades progresivas, nadie se aburrirá, desde luego. Finiquitan el redondo con una adaptación metalizada de “Symphony Nº 25 in G Minor” de Mozart, del mismo modo que en ‘Lament’ incluían una versión de “Lacrimosa” del mismo compositor.

Lo fácil sería apelar a los aficionados al death metal melódico, el progresivo o el power metal, aunque este proyecto va mucho más allá y no convendría en absoluto delimitar el terreno. Han dado un paso de gigante con este álbum, por lo que no cabría descartar que en el futuro nos siguieran sorprendiendo con desconcertantes vueltas de tuerca. Un universo por descubrir.

Alfredo Villaescusa
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