Bury Tomorrow

Cannibal

Music For Nations (2020)

Por: Alberto Zamora

9

Hace varios años, en un Resurrection Fest, disfrutaba plácidamente tumbado en el césped de un concierto de Bury Tomorrow. Dicho bolo me sorprendió, en primer lugar, por la intensidad del grupo, y en segundo lugar, por la cantidad de temas que reconocía, sin ser uno de los combos que tuviera más ganas de ver. Los ingleses se han empeñado en mejorar ese dulce recuerdo a base de discazos, y su última obra, desde luego, no es una excepción.

Si ‘Black Flame’ ya mostraba un encomiable músculo metalcore, ‘Cannibal’ es directamente su mejor disco hasta la fecha. Es una delicia como el grupo sabe combinar la agresividad y la melodía: las guitarras oscilan entre riffs rompenucas y arreglos melódicos, y el vozarrón de Daniel Winter Bates se combina a la perfección con las melodías vocales de Jason Cameron. La producción ha sabido captar a la perfección esa armonía, sonando nítida y potente.

“Choke” y su comienzo a lo As I Lay Dying supone un pistoletazo de salida excelso, en uno de esos temas que inmediatamente te suben la moral y te ponen en alerta para el resto del disco. Menudo trabajo de guitarras (¡vaya riffs!) y tremendo estribillo memorable, y solo estamos en la primera canción. “Cannibal” demuestra cómo el grupo ha ido perfeccionando su estilo, y es que sólo hace falta ver como se compenetran la voz y el riff en las estrofas, mientras que “The Grey (VIXI)” tiene un rollo más groove y una mayor carga melódica. Perfecta es la definición de “Imposter”: un punteo melódico, un riff veloz metalcore, una voz que te parte en dos y un estribillo que pone los pelos de punta. De matrícula. El trabajo melódico de las guitarras en “Better Below” es una delicia, y “The Agonist” es un tema extremadamente agresivo en el que sacan pecho hardcore.

Es cierto que debido a la excelente primera mitad, y al parón de intensidad que supone “Quake”, la segunda mitad del disco brilla menos, pero no tengo ninguna palabra negativa sobre “Voice & Truth”, “Cold Sleep” o “Gods & Machines”, más allá de seguir los mismos patrones de los seis primeros temas. Eso sí, “Dark, Infinite” es un final de disco tremendamente poderoso y a modo de declaración de intenciones cierran el tema con un contundente breakdown.

La corona del metalcore tiene dueño, pero como no se anden con ojo, los aspirantes se la roban en sus narices. Tremendo disco y tremendo grupo.

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