BlackØwl

Fly Away

Autoeditado (2021)

Por: Alfredo Villaescusa

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En un mundo hipersensible en el que ofende hasta una dulce brizna meciéndose al viento y se cometen barbaridades en nombre del postureo y de las redes sociales, de vez en cuando surgen tipos duros que no se arrugan ante nada. Herederos de los caballeros de Farias y de los garitos con servilletas y palillos en el suelo, las costumbres postmodernas les resultan tan ajenas como si procedieran de un venusiano. Y al contrario de los agasajadores profesionales que tanto pululan por ahí, a ellos no les va la vida en intentar convencer a alguien para que cambie sus creencias. Tampoco lo desean. Ponen el género encima de la mesa y que cada cual decida lo que se lleva a casa.

En este mercado de abastos lo que podemos apreciar es sobre todo mucha actitud y toneladas de testosterona, por muy políticamente incorrectas que suenen en la actualidad ambas cosas. En el último plástico de estos catalanes hay que dejarse de remilgos y abrazar de lleno unas composiciones que beben indudablemente de AC/DC, no en vano llevan años rindiendo homenaje a Angus y compañía a través de la banda tributo The Wires, pero también de referentes más contemporáneos como Airbourne o sus paisanos ’77. Hablamos, en efecto, de ritmos contundentes de esos que te harán menear la cabeza y hasta agitar las greñas, la manera de expresar satisfacción de los antiguos del lugar. Diseccionemos el festín.

“Smoking Rock ‘N’ Roll” funciona a modo de manifiesto acerca de lo que nos vamos a encontrar en este trepidante redondo, es decir, olvídate de marear la perdiz y otros ejercicios masturbatorios con los que nos suelen deleitar los virtuosos del mástil. Aquí lo que se lleva son los solos al tuétano de esos que te incitan a pillar una escoba o cualquier objeto alargado que uno tenga a mano y subirte a la mesa para dejarte la piel como si estuvieras en Wembley Arena. Tus vecinos probablemente disfrutarán de tu nuevo descubrimiento.

“Napoli Street” contiene más melodías contagiosas para mover los filamentos capilares, mientras que “Easy Job” apela a las raíces blueseras o a ese aire de carretera a lo ZZ Top. Y “Deep Water” baja el pistón de la velocidad, pero sin que desciendan por ello las emociones, pues se entregan en una pieza con una cadencia tan sensual como el “The Jack” de sus mentores. Está permitido quitarse la ropa.

Vuelven a la ortodoxia guitarrera con “Speak Of The Devil”, otro corte básico y con agallas, ¿para qué quieres más? “Long Road Ghosts” no se aparta demasiado de los parámetros establecidos, y ni falta que hace, en este palo sobran disquisiciones filosóficas sobre el sexo de los ángeles. Y todo un comienzo de himno posee “What Do You Want”, que se antoja disfrutable desde los primeros segundos. El estribillo es de esos para entonar con cerveza en alto, como era de esperar. Qué genial que aquí no haya sorpresas de ningún tipo.

La recta final no desfallece con el frenesí desatado de “Welcome To Rockerdale” y “Don’t Stop” constituye otra de las cimas de su banquete guitarrero, para rebañar hasta la última gota. Ni siquiera aflojan en el cierre con la homónima “Fly Away”, que nos obliga a elevarnos varios metros por encima entre campos de electricidad. El indiscutible encanto de los placeres sencillos.

Algunos les acusarán de inmovilistas o caducos, probablemente sean los mismos que hoy en día se escandalizan cuando se agitan las cabelleras. Para otros serán un indiscutible ejemplo de resistencia y reducto frente al cada vez más preocupante aborregamiento general. Recomendación absoluta si valoras a los que todavía mean en pared y se dan golpes en el pecho.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

2 comentarios

  • Juandie dice:

    Muy buenos y currados ambos temas y videoclips por parte de estos BLACKOWL con ese aroma a los históricos AC/DC para su nueva placa de estudio.

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