Cano

La zozobra

Autoeditado (2019)

Por: Borja Díaz

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Han pasado ya años desde que en un concierto conocí a un grupo cuyo cantante me sorprendió con sus agudos. El grupo fue Centinela y la persona encargada de sorprenderme fue José Cano. Ahora vuelve a llamar mi atención con ‘La zozobra’, su primer trabajo en solitario. En él continúa el camino iniciado en los últimos trabajos de Centinela, alejándose de tantos agudos para indagar en nuevos registros vocales.

Y reconozco que con ‘La zozobra’ da un salto cualitativo hacia delante, con una madurez vocal muy interesante. Se muestra más comedido en los agudos para regalarnos más matices sonoros, buscando trasmitir su mensaje en tesituras más graves.

Arranca en “Sangre sin calor” con un riff pesado de guitarra que marca la estrofa hasta llegar a un estribillo donde aparecen los registros más agudos, aunque sin llegar a las cotas del pasado. Con una base más hardorckera, unos coros completan este tema que inaugura el disco. Las voces más graves aparecen ya en “La suerte hundida”. Una canción donde la batería a base de redobles acompaña una letra para degustar y un solo de guitarra, en manos de Joseph Gabaldón, al que merece la pena prestar atención.

Eleva la velocidad con “Pura sangre”. Tras un inicio frenético en el que no deja tiempo para respirar, el heavy más clásico se va abriendo paso. Avanza el tema y las guitarras te van introduciendo en ella de una manera asombrosa, con el gran Manolo Arias como colaborador a las seis cuerdas.

Para este trabajo, Cano ha querido rodearse de grandes hachas para que colaboren con arreglos y solos, un gran acierto, consciente de que necesitaba el plus de calidad que sin duda le han dado. Es el caso de Juanjo Melero en “Guerra abierta”. Un heavy directo, muy agresivo y con una letra política. Ojo a los estribillos, ya que pasan el sobresaliente con creces y te dejarán enganchado a ellos.

Pero no todo es potencia en ‘La zozobra’. “La noche” es una balada acústica en la que la voz no me termina de convencer hasta que no se eleva la potencia del tema, momento en el que se asienta en registros más cómodos. En cuanto a la letra, Cano desnuda su alma en un texto más emotivo y personal. La potente “El desierto de la obsesión” es un puente antes de bajar algún punto la velocidad en “Mi rebelión”, para darle más peso a la letra. Un tema con un ritmo muy marcado que sirve para enfatizar, más si cabe, cada verso.

El bajo se vuelve protagonista en “El cambio”. Contrasta que el tema que más me recuerda a Centinela destaque por las voces más graves de este trabajo, voces que logran aportar una gama de matices que brillan con luz propia. El punto y final lo pone con la cañera “Última frontera”. Un riff potente y un sonido heavy para terminar el primer disco en solitario de Cano. Seguro que sus seguidores no tardan en demandar una continuación.

Borja Díaz
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Esta entrada fue escrita por Borja Díaz

2 comentarios

  • Juandie dice:

    He escuchado unos tres temas de este nuevo álbum y la verdad que no es muy diferente de los CENTINELA ya que lleva la caña a su máximo nivel junto con alguna que otra gran balada. Será un gran álbum para ser el debut por parte de uno de nuestros mejores vocalistas.

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