The Rolling Stones: Aniversario de la primera actuación en España
Blog: Mariano Muniesa
11 junio, 2020 4:32 pm 6 ComentariosMucho más que un concierto…
Por muchos motivos, el histórico concierto de los Stones el 11 de junio de 1976 en la plaza de toros Monumental de Barcelona supuso un antes y un después en el desarrollo tanto del rock como movimiento musical en nuestro país como en la incipiente industria en aquellos años de los conciertos y de los espectáculos musicales. No hacía un año que había fallecido el dictador, y aunque en el horizonte ya se veían claras señales de que un cambio hacia una democracia más o menos similar a las de Europa occidental iba a llegar, en 1976 todavía el franquismo tenía en su mano los resortes del poder, y la consideración del rock como música o bien de delincuentes y marginados, o bien de enemigos del orden –recuérdese el famoso titular de “La invasión de la cochambre” del diario franquista La Voz de Castilla en relación al Festival de Rock de Burgos en 1975- no hacía nada fácil organizar conciertos. Habida cuenta de la fama que arrastraban en aquellos años los Stones de grupo de drogadictos degenerados, la dificultad era todavía mayor.
No obstante, uno de los pioneros de la organización de conciertos en España, Gay Mercader, que ya había traído a tocar a nuestro país desde 1973 a Frank Zappa, Jethro Tull, King Crimson, Santana o Emerson, Lake & Palmer entre otros, fue quien asumió el reto de traer por primera vez a los Rolling Stones a España dentro del “Tour Of Europe’ 76”, que se hacía para apoyar su nuevo disco de aquel año, ‘Black And Blue’. El grupo venía avalado por el multitudinario éxito de su gira por Estados Unidos del año anterior, y con el aliciente de presentar en Europa a su nuevo guitarrista, Ronnie Wood, que había entrado en el grupo como sustituto de Mick Taylor.
Luchando contra los rumores y los prejuicios
Sin embargo, y como bien recordaba el propio Gay Mercader, aquella primera actuación de los Stones fue un cúmulo de problemas y contratiempos que de hecho, pusieron en grave riesgo y en varias ocasiones que el concierto se pudiera hacer.
En un primer momento, Gay y sus socios idearon adquirir unos terrenos en Cambrils, pueblo costero de la provincia de Tarragona para construir allí un recinto especialmente acondicionado para conciertos, en el cual se pudiera no solo organizar el show de los Stones, sino que sirviera para poder ofrecer grandes actuaciones de otros artistas y que de esta manera, la empresa pudiera ahorrar un buen capital en concepto de alquiler de pabellones deportivos u otra clase de recintos. Estos terrenos estaban a unos 6 kilómetros del centro de Cambrils, de manera que no producirían ninguna clase de problema acústico para los vecinos, y se había planeado construir un auditorio con capacidad para unas 25.000 personas. Pero cuando las obras de construcción del auditorio estaban ya muy avanzadas, sin explicación ninguna el Ayuntamiento de Cambrils ordenó paralizar todo y por razones que nunca estuvieron claras, canceló los permisos previamente aprobados y dejaron a Gay & Company en la estacada a poco más de un mes y medio de la fecha de celebración del concierto.
Se habló entonces con las autoridades de La Roca del Vallés para habilitar unos terrenos allí, pero de nuevo, ante una serie de bulos y de rumores malintencionados –se habló desde que se quería levantar allí un campamento de homosexuales para orgías colectivas a que los Stones escondían en los camiones de su equipo a bandas de ladrones y violadores- el ayuntamiento retiró el permiso para hacer el concierto. “Tenía contratados a los Stones, pero tres semanas antes del concierto no tenía local. Y mientras, contándole al manager que todo iba bien, que no se preocupase. La hostia". Recordaba Gay Mercader en declaraciones para mi libro “Los Rolling Stones en España”.
Finalmente e in extremis, Gay consiguió que el concierto se pudiera celebrar en la plaza de toros de Las Arenas, en Barcelona capital, y de hecho se llegaron a imprimir las entradas con esa ubicación, pero un examen de las características y del equipamiento técnico de la plaza mostró deficiencias que aconsejaron trasladar, una vez más, el concierto a la plaza de toros Monumental. “Debo decir” -afirma Gay- “que el apoyo de la familia Balañá, los empresarios que gestionaban la plaza de toros, fue clave para que el concierto se pudiera celebrar. Fueron muy amables con nosotros y ofrecieron toda su colaboración. Lo jodido estaba, por un lado, en explicarle al Peter Rudge, el road-manager de los Stones que había cambiado el local, que bueno, cuando se lo dije en Alemania se lo tomó mejor de lo que esperaba, y por otro, organizar todo lo relacionado con nueva cartelería, anuncios en radio, en prensa… en definitiva, conseguir que todo el mundo se enterase de que se cambiaba la ubicación del concierto. Esto ahora es más o menos sencillo de organizar por correos electrónicos, internet, etc., pero entonces era otro trabajo de 24 horas al día, con todo lo que ya teníamos encima”.
Una fiesta que pudo acabar en tragedia
Llegó por fin el día de la actuación, y de nuevo todo fueron problemas, problemas y más problemas. De entrada, en la apertura de puertas de la plaza hubo avalanchas de gente sin entrada que intentó entrar a la fuerza, provocando caídas, empujones, algunas peleas y las primeras intervenciones de la policía armada, que cargó a caballo contra las colas de acceso provocando numerosos heridos. Ya empezado el concierto, durante la actuación de The Meters, uno de los teloneros, hubo gente que instó al público de las primera filas a que se sentase, y ante la negativa de aquellos, les empezaron a tirar vasos con arena. En pocos minutos se organizó una pelea multitudinaria entre el público, en la que la policía volvió a emplearse con extrema violencia y que a su vez provocó que mucha gente desde la grada empezara a gritar consignas contra las fuerzas del orden. En respuesta, un agente policial, desde fuera de la plaza disparó a su interior un bote de gas lacrimógeno, con lo cual la gente empezó a correr atropellándose unos a otros, cayéndose por las escaleras y produciendo una serie de tumultos que acabaron con las dependencias médicas abarrotadas de gente herida de diversa consideración. Algunos incluso tuvieron que ser hospitalizados.
Tras horas de calor, espera y tensión, por fin alrededor de las 00,30 de la noche, se apagaron las luces de la plaza, empezó a sonar por los altavoces el pasodoble "El Gato Montés" -según cuenta Gay, una elección de Mick Jagger-, y pasados apenas un minuto y medio, desde la mesa de mezclas Jaume Pujagut anunció por megafonía: "Señoras y Señores... ¡¡los Rolling Stones!!"
Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood, Bill Wyman y Charlie Watts, secundados por Ian Stewart y Billy Preston en el piano y los teclados más el percusionista de apoyo Ollie Brown, salieron a escena ante el estallido de júbilo de los sufridos fans y ofrecieron un concierto de dos horas y cuarto de duración cuyo set-list constó de las siguientes canciones: “Honky Tonk Woman”, “If You Can’t Rock Me”, “Get Off My Cloud”, “Hand Of Fate”, “Hey Negrita”, “Ain’t Too Proud To Beg”, “Fool To Cry”, “Hot Stuff”, “Star, Star”, “Angie”, “You Gotta Move”, “You Can’t Always Get What You Want”, “Happy”, “Tumbling Dice”, “Midnight Rambler”, “It’s Only Rock´n´Roll”, “Brown Sugar”, “Jumpin’ Jack Flash” y, como bis, “Street Fighting Man”.
Una actuación vibrante, con momentos muy emotivos –se recuerda la interpretación de “Midnight Rambler” como apoteósica, al igual que la de “Jumpin’ Jack Flash”-, con mucha empatía entre Mick Jagger y el público, en especial cuando el cantante se dirigió, en más de una ocasión, a la audiencia hablando en catalán. Ofrecieron un concierto que, a pesar de que parte de la prensa lo criticó duramente, hoy se recuerda como un gran acontecimiento, donde el grupo estuvo a un muy alto nivel y que dejó más que satisfechos a toda la gente que pagó las 900 pesetas que costó la entrada. Como anécdota que a mucha gente le pareció sumamente significativa del signo de los tiempos y de lo que había significado aquel evento, Gay hizo que nada más terminar la actuación y mientras la gente empezaba a abandonar la plaza, sonase por la megafonía “La santa espina”, una pieza musical tradicional muy vinculada al nacionalismo catalán y cuya reproducción pública estaba rigurosamente prohibida.
En palabras textuales de Ronnie Wood en declaraciones al Rolling Stone americano en 1994, el guitarrista afirmó: "Nunca olvidaré el primer concierto que hicimos en Barcelona, en 1976. Era la primera vez que tocábamos en una plaza de toros, y la primera imagen que vi de la gente, moviéndose y haciendo subir hacia el cielo, que tenía una luna llena como nunca había visto antes, una inmensa nube de polvo enrojecida por las luces, fue como algo espectral. Y la gente se entregó tanto que, al acabar de tocar "Happy" y acercarnos a saludar al público, vi a Keith sonreír por primera vez desde que supo que su hijo había muerto. Lo comenté con Mick en el camerino, al terminar, y lo cierto es que salimos de allí especialmente satisfechos, con la seguridad de que esa actuación había tenido una magia muy singular”.
El único documento sonoro existente en el mercado de discos piratas de este concierto fue durante muchos años una grabación que circuló en cassette bajo el nombre de ‘Spain & Olé’, que a finales de los 90 se editó como doble disco bootleg bajo el título de ‘Barcelona & Olé’, que recoge el concierto completo en doble CD, aunque su calidad de audio, al ser sonido de ambiente grabado desde el público, deja mucho que desear.
Paradójicamente, no se agotaron todas las entradas, provocado también por todas las dificultades surgidas, que motivaron que el precio del ticket se encareciera notablemente. Solo 12.000 personas fueron testigos presenciales de la primera actuación de los Rolling Stones en territorio español. Sin embargo, aquel concierto proporcionó un prestigio exponencialmente mucho mayor a Gay Mercader como promotor, y sobre todo, a partir de aquel día España ya entró en el mapa europeo de giras y conciertos. Después de venir los Stones, empezaron a venir todos los demás: Bob Marley, Queen, The Police, AC/DC…y por supuesto, los Rolling Stones ya nunca dejarían fuera de ninguna de sus giras europeas a España desde entonces.
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6 comentarios
Yo los pude ver casi treinta años despues en Montjuit en junio del 2003 y fue una maravilla. Pense que se retirarian en el 2008... pero me equivoqué. Grandes Stones
Los vi en en el 2003 en Montjuit en la gira de Forty Licks. Siempre grandes los Stones
Hola pues por suerte yo los e visto los rollingstones tres veces la s dos primeras en el estadio Vicente Calderón. I la tercer en Gijón...Apoteósico, siempre Rollingstones.
Muy buen resumen de todo un apasionado de los STONES como es Mariano Muniesa sobre el primer concierto que dieron en España los históricos ROLLING STONES junto con otras interesante anécdotas.
Fue la primera vez que los vi, recuerdo que fue un día muy caluroso y desde el año 1969 seguía sus canciones, empezando con Honky Tonk Women, y en el año 1982 los volví a ver en Madrid y desde entonces los habré visto unas 5o6 veces.