¿Por qué Héroes del Silencio se separó tras el lanzamiento de “Parasiempre”? Cinco razones para intentar comprenderlo

1. Apocalipsis en una habitación de hotel

Uno de los eventos clave a la hora de abordar la separación de Héroes del Silencio es sin duda todo lo que ocurrió en una habitación de un hotel de Tijuana, México, un 10 de febrero de 1996. Enrique reunió por sorpresa a sus compañeros y les leyó un par de folios en el que imponía en cierta manera el rumbo que debería seguir el grupo a partir de entonces.

Así lo recordaba Antonio Cardiel, hermano del bajista de la banda, Joaquín, en su libro ‘Héroes de leyenda’: “El lenguaje era imperativo, introducido con ‘a partir de ahora’ o ‘debemos’. No habría guitarras eléctricas, las canciones serían cortas, era obligatorio investigar con las nuevas tecnologías… Juan Valdivia, el guitarrista, se levantó y se marchó.”.

El contenido de dichos folios fue bastante polémico, por lo que no debería extrañar que las versiones de Bunbury y Valdivia difieran bastante en este punto. Enrique lo interpretaba de esta manera: “Yo escribí una serie de propuestas que es lo que yo veía que podíamos hacer para mejorar la situación y cómo podíamos salvar la banda”.

El guitarrista, por su parte, se tomó aquello como una especie de ultimátum y así lo rememoraba: “Uno: el rock and roll ya no se vuelve a hacer, los Rolling están pasados de moda y AC/DC y todo eso… eso ya nada. Dos: Gibson y Marshall son marcas del pasado y no sé qué…  Igual no se supo explicar, pero eso desde luego parecían las diez normas, "nada de Marshall", pero ¿eso qué significa?”.

2. Agotamiento creativo

Era algo evidente que cuando Héroes del Silencio anunciaron su separación en octubre de 1996 había un considerable agotamiento creativo del grupo a diversos niveles. Tal sensación flotaba en el ambiente cuando confirmaron que cada componente se dedicaría a sus propios proyectos “por una temporadilla”, en palabras de Enrique, que al final resultaron ser once años.

Si en 1994 lograron capear un temporal de crispación semejante refugiándose en las montañas de Benasque y consiguiendo sacar adelante ‘Avalancha’, su último disco de estudio, no correrían igual suerte en la gira de presentación. El periplo anterior por Alemania ya les había dejado bastante tocados respecto a la convivencia en un momento en el que las diferentes personalidades en el seno del grupo comenzaban a aflorar. Añadamos una pizca de drogas y alcohol, como en todas las grandes ocasiones de las estrellas del rock, y ya tenemos la tormenta perfecta para un anunciado divorcio.

3. El culo inquieto de Bunbury

En la última gira de Héroes del Silencio Enrique Bunbury vivió un particular infierno que tuvo que ver principalmente con la muerte de dos personas muy cercanas al grupo. Se trataba en concreto del road mánager Martín Druille, en 1993, y del hermano de Enrique, Rafael, en 1994.

Prueba del calvario que soportó el vocalista durante la gira lo encontramos en las siguientes palabras de su diario: “Me doy cuenta de que cada vez me aíslo más en el autobús, en las decisiones que tomo junto a Tomás, Claire, los abogados, Rafael Gil, Ochaíta... en los camerinos, en las pruebas de sonido (...) La verdad es que no me veo formando una banda tipo los Rolling Stones, que dure una eternidad, soy un culo inquieto, necesito movimiento.”. Más claro, agua.

4. La tendinitis crónica de Juan Valdivia

Durante un concierto de Héroes del Silencio en 1995, el guitarrista Juan Valdivia sintió que la mano izquierda no le respondía igual que siempre y que se le agarrotaban los dedos. No sería esa su única experiencia similar. Según lo que contó Antonio Cardiel en ‘Héroes de Leyenda’, probó todo tipo de remedios y ninguno consiguió aliviar la situación, por lo que esa sería otra de las principales causas de la separación de Héroes del Silencio. Según relataba el propio afectado, en los últimos meses de vida del conjunto apenas podía realizar punteos o colocar los dedos en el traste correcto.

En una entrevista que hizo Valdivia para El País reconoció que pasó por varias operaciones tras las cuales recuperaba el movimiento en las articulaciones y en la última gira de Héroes del Silencio pudimos todavía verle a las seis cuerdas con el apoyo de su hermano Gonzalo. En la actualidad no ha dejado la música de lado, pues hace un par de años se reeditó una versión 20º aniversario de su disco ‘Trigonometralla’ de 2001.

5. Desprecio en Sevilla

La idea que tenía Bunbury de por dónde debería ir el grupo en el futuro causó no pocas fricciones en el seno de la banda, pero otro hecho que conviene no pasar por alto es lo que sucedió en un concierto de Sevilla del 5 de diciembre de 1995. Fue en ese recital donde el vocalista sufrió el mayor desprecio posible para un músico serio. Así rememoraba ese duro momento: “Ayer fue el concierto de Sevilla en el que me escupieron. Abandoné el escenario, volví, nos aplaudieron, me cambié rápidamente en el camerino y me fui al autobús. Desde entonces, no he levantado cabeza. Estoy de mala baba. No soy feliz.”.

Un año más tarde reconocería que fue en ese momento cuando comenzó a pensar en una trayectoria en solitario, hasta el punto de considerarlo el principio del fin. Estas eran sus declaraciones a la revista mexicana Retila en 1997: “Fue después del concierto de Sevilla, el 6 de diciembre del 95, cuando empezó a gestarse este nuevo álbum (ndr: ‘Radical Sonora’), aún sin ser realmente consciente de ello hasta mucho después”.

Quizás después de todo haya que quedarse con aquellas palabras que el batería Pedro Andreu pronunciaba al comienzo del documental ‘Héroes: Silencio y Rock and Roll’ que explicaban en cierta manera el auge y caída de la banda zaragozana: “Todo lo que es fantástico tiene tendencia a evaporarse”. ¿Habían cambiado? Probablemente sí.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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