Iron Maiden: 40 años de su histórico disco debut

Blog: Mariano Muniesa

13 abril, 2020 5:10 pm Publicado por  13 Comentarios

Fue un disco grabado en condiciones difíciles, con tres productores distintos y que solamente mostró un porcentaje relativamente pobre de lo que los Iron Maiden de 1980 eran capaces de ofrecer. Aquella banda fuerte, fresca, joven, con unas ganas inmensas de comerse el mundo no tuvo, hay que decirlo, el mejor de los debuts posibles, pero aun así, debido a la magia de esas canciones, de esa fuerza que atesoraban, a pesar de todo, ese trabajo, puesto a la venta el 14 de abril de 1980, hace 40 años, es una obra de culto venerada tanto por los seguidores de la doncella como por los del heavy metal en general. Mariano Muniesa una vez más rememora en su vocación de memorialista cómo fue la historia del grupo en el marco de ese debut y todas las circunstancias que lo rodearon. ¿Preparados para viajar a la primavera de 1980?

 

Los orígenes: heavy metal, rock sinfónico, el West Ham United y una religión anti-punk rock

Entre finales de los años 60 y comienzos de los 70, en el barrio londinense de Leytonstone, un muchacho de clase obrera llamado Steve Harris se dedicaba al margen de sus estudios por entero a entrenar, prepararse físicamente y jugar al fútbol con el objetivo de llegar a hacer realidad su sueño: vestir la camiseta del West Ham United como jugador titular del primer equipo. Al tiempo, le entusiasmaba el rock y seguía habitualmente tanto a bandas como Genesis o Jethro Tull en el lado del rock más complejo como a Deep Purple o Black Sabbath en el ámbito del rock duro.

Y llegó un día, a los 15 años, que recibió una invitación del club de sus sueños, el West Ham United, para incorporarse a sus equipos de cantera. Pero tal y como señaló en numerosos libros escritos sobre la historia de Iron Maiden: “Aunque deseaba como ninguna otra cosa jugar en el West Ham, lo cierto es que a esa edad, lo que quería era beber cerveza en los pubs y conocer chicas, lo cual no es lo más aconsejable para alguien que quiera llegar lejos en el fútbol profesional. Para los chicos de mi generación que habíamos crecido en un barrio como Leytonstone, la única alternativa posible a acabar trabajando ocho horas al día ajustando piezas en una fábrica era o intentar ser una estrella del fútbol o intentar ser una estrella del rock. Yo tuve las dos opciones en mi mano, y me decidí por la segunda”.

Steve Harris (1º por la dcha.) en 1973 con Gypsy's Kiss

De hecho, existe un detalle poco conocido de la adolescencia de Steve Harris que recoge en su biografía de la banda “Iron Maiden, el viaje de la doncella” nuestro colaborador César Fuentes Rodríguez: en un primer momento el fundador de Maiden quiso ser batería, pero parece ser que ante la negativa paterna y la falta de espacio en su casa para poder instalarla y ensayar, se decidió a comprar un bajo y aprender a tocarlo hacia el verano de 1972. Muy poco después formaba su primer grupo, Gypsy’s Kiss, de efímera existencia. En 1974 a otra banda amateur de rock clásico, Smiler, de los que siempre dijo que aun no gustándole del todo el tipo de música que hacían, eran gente mucho mayor que él, curtida en los escenarios y que estaba en un estatus que pensaba que le podría ayudar mucho a aprender cómo funcionaba el negocio de la música cara a la idea que ya tenía en la cabeza: formar su propio grupo profesional, paso que dio a finales de 1975, creando Iron Maiden.

 

Desde el apogeo del punk rock a la eclosión de la NWOBHM: La travesía del desierto

Entre 1976 y 1977, mientras Steve Harris se afanaba en sentar las bases de Iron Maiden en un constante ir y venir de diferentes músicos, el punk rock traía la mugre, la furia y el éxito mediático al Reino Unido. Las primeras páginas de la prensa sensacionalista y de los medios de comunicación especializados estaban llenas de reportajes, artículos y portadas dedicadas al terremoto que Sex Pistols, The Clash, Chelsea o The Damned entre otros habían provocado, y que acaparaba la atención de los A&R de las compañías discográficas, que buscaban desesperadamente fichar grupos de punk rock.

Sin embargo, no todos compraron el standard de los tres acordes, batería de ritmo básico y un mensaje que por repetido hasta la saciedad, perdió su credibilidad. Y fue en gran medida el impulso, la visión a largo plazo y la convicción de Steve Harris lo que hizo posible que a partir de 1979-80, muerto mediática y comercialmente el punk rock, surgiera un nuevo movimiento musical que él lideró a través de Iron Maiden, su grupo.

"No podría haber formado una banda de punk rock, eso habría estado en contra de mi religión", afirmó Steve en la primera entrevista importante de Iron Maiden en la revista precedente de Kerrang!, Sounds. “Al principio nos resultó difícil encontrar oportunidades para darnos a conocer, pero una vez que comenzamos a tocar regularmente en el Ruskin Arms, descubrimos que podíamos atraer a muchas personas como nosotros que aman el heavy metal y no quieren saber nada sobre la new wave ni esas cosas... Fui a ver bandas como Judas Priest y me di cuenta de que había toda una generación que vibraba con la música que estábamos haciendo. Entonces me dije: “¡Este es el camino a seguir!”.

La mítica demo de Iron Maiden, con el teléfono de contacto del bajista. Lo sentimos, chicos, Steve cambió de número.

Entre 1977 y 1979 no obstante, Iron Maiden estaba todavía buscando su propio estilo. Tenían toda la agresividad del mundo, pero al mismo tiempo buscaban una musicalidad más compleja y un sentido de la puesta en escena y del espectáculo muy ambicioso. Uno de sus primeros vocalistas, Dennis Wilcock, usó maquillaje, fuego y sangre falsa en aquellas actuaciones en el underground londinense, mientras que la legendaria mascota Eddie comenzó su vida artística junto a Iron Maiden, tal y como relata el propio Steve Harris, “como una máscara japonesa típica del teatro Kabuki, que colocábamos detrás de la batería cuando estábamos tocando en los pubs, y teníamos una pequeña bomba para que le saliera sangre de la boca. La verdad es que el montaje era bastante cutre, pero nos ayudó a llamar la atención de la gente, y desde el primer par de conciertos comenzamos a ganar seguidores ".

Iron Maiden fue el grupo básico y fundamental de lo que Sounds denominó la "New Wave Of British Heavy Metal”, que apoyó y difundió el periodista y editor Geoff Barton. La popularidad del grupo empezó a crecer como la espuma y a finales de 1978, la banda, compuesta por Paul Di’Anno como cantante, Paul Cairns y Dave Murray como guitarristas, Steve Harris en el bajo y Doug Sampson en la batería, grabó su primera demo en los Spaceward Studios en Cambridge. Lo hicieron en la víspera de Año Nuevo porque era más barato y de las cuatro canciones que registraron, “Prowler”, “Strange World” y “Iron Maiden” terminarían formando parte de su álbum debut homónimo.

Todo ello provocó el interés por ellos de un manager, Rod Smallwood, quien a pesar de que las dos primeras veces que fue a verles en directo los shows se cancelaron – la primera por una bronca fenomenal entre el dueño de la sala y Steve Harris y la segunda porque ese mismo día Paul Di Anno fue detenido por la policía acusado de tenencia de sustancias ilegales- intuyó que ese grupo iba a llegar lejos… y no se equivocó.

Gracias al apoyo que dieron al grupo y a la difusión de esa maqueta DJs como el londinense Neal Kay, cuyo club de rock Bandwagon Heavy Metal Soundhouse, fue un punto focal de la escena NWOBHM, Iron Maiden empezó a conseguir conciertos fuera del área londinense, a consolidarse como grupo, y cuando lanzaron una versión en vinilo de la demo como su EP debut bajo el nombre de ‘The Soundhouse Tapes’, se agotaron las 5.000 copias en un tiempo récord.

Esa fue la baza principal que Rod Smallwood jugó con la dirección de la compañía discográfica EMI, con la que Iron Maiden firmó un contrato a mediados de diciembre de 1979. La formación que entraría a grabar el debut de Iron Maiden también había sufrido cambios: Clive Burr había entrado en lugar de Doug Sampson y Dennis Stratton había reemplazado a Paul Cairns. Ellos junto a Paul Di’Anno, Steve Harris y Dave Murray, darían forma al histórico debut discográfico de la doncella de hierro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una grabación llena de problemas

Firmado el contrato y siendo Iron Maiden el flamante nuevo fichaje de

EMI-Odeon para la década de los 80, la banda entró en los Kingsway Studios de Londres en enero de 1980 para grabar su disco debut, pero casi de inmediato, todo empezó a complicarse. Guy Edwards, el productor que EMI designó para esta grabación, no logró entenderse ni ponerse de acuerdo en nada con el grupo, de manera que Steve Harris exigió cambiar de productor. Su sustituto, Andy Scott, fue descartado a los pocos días por insistir a Harris en que tocase su bajo con púa en vez de con los dedos, algo a lo que el bajista se negaba rotundamente.

Finalmente, y en medio de una guerra de nervios en el transcurso de la cual EMI y Iron Maiden estuvieron a punto de romper el contrato, Will Malone fue el elegido para producir el álbum. En febrero de 1980 y en tan sólo trece días, Maiden terminó la grabación del disco, gracias a que todos los temas eran piezas que llevaban tanto tiempo tocando que no necesitaban apenas ensayar. El resultado final, aunque gustó a los fans y a los críticos, defraudó al grupo y en especial a Harris, que criticó el poco interés de Malone por el sonido de la grabación. “Creo que trabajó sin que creyera en nosotros ni le gustásemos. En realidad, no hizo mucho más que lo que hubiera hecho un ingeniero de sonido” – relataba Steve Harris- “y no mostró en ningún momento ningún interés por lo que estábamos haciendo”. 

Sin embargo -y esto fue algo que muchos críticos e historiadores del rock especializados en Iron Maiden sostuvieron después, entre los que me cuento- ‘Iron Maiden’ mostró muchas de las cualidades técnicas y creativas de la banda a pesar de su opaca y poco trabajada producción. Las canciones en sí transmitían una energía, una fuerza, una potencia que trascendía las limitaciones de aquella mal planteada producción y de hecho, así las han hecho suyas los fans.

Tema a tema

 

Prowler

Un tema basado en un riff de guitarra muy heavymetalero, muy penetrante, aunque se le añadió un wah-whah que ciertamente le resta dureza y contundencia. Es una canción muy prototípica de Iron Maiden por sus cambios de ritmo, la potencia de sus líneas de bajo, omnipresentes, y en la que por desgracia, a causa de esa producción tan descuidada y deficiente de Will Malone, es difícil apreciar el gran trabajo vocal de Paul Di’Anno.

 

Remember Tomorrow

Un tema que comienza muy suave, como una balada, que de hecho mantiene ese tono a lo largo de la canción, aunque tiene momentos de subida muy cañera, muy fuerte, y que llegado un momento y en medio de esos cambios de ritmo tan típicos de Iron Maiden, llega a ser una pieza  heavymetalera llena de fuerza.

Running Free

Una poderosa entrada de batería nos introduce en uno de los clásicos de Iron Maiden en directo, un tema en el que además la dupla entre Dennis Stratton y Dave Murray funciona a la perfección, y en el que desde la producción sí se hizo un buen trabajo, tanto con la voz y los coros como con la fuerza de la base de ritmo de Steve Harris y Clive Burr.

Phantom Of The Opera

Uno de los grandes clásicos de Iron Maiden de esta etapa inicial, que refleja tanto la agresividad, la fuerza, el espíritu netamente heavy metal del grupo,  como la capacidad que ya tenían de desarrollar transiciones instrumentales perfectamente conducidas por los solos de guitarra de Dave Murray. De hecho, este tema es en sí una mini-ópera rock, en la que ya podemos reconocer muchos de los elementos que van a caracterizar a Iron Maiden en el futuro. Elaboradísima, llena de sentimiento, de feeling, merece por derecho propio estar entre las grandes canciones que han escrito la historia del heavy metal.

 

Transylvania

El instrumental más mítico y grandioso grabado nunca por Iron Maiden. Una pieza épica, rebosante de fuerza, con todos sus recursos y elementos más característicos, desde la dupla guitarrística, las líneas de bajo haciendo el papel de una tercera guitarra y sus contrapuntos, y muy especialmente en este tema, la pegada, la intensidad y la contundencia que imprimió Clive Burr, al que –dígase lo que se diga- considero mucho mejor batería que a Nicko McBrain.

Strange World

Esta sí fue propiamente una balada, aunque por lo mal que fue mezclada y producida -con la voz muy por debajo de lo que debería ser lo adecuado en una canción así y con unas guitarras que no piden en ningún momento, por la estructura de la composición, estar en primer plano- siempre le ha restado el atractivo que seguramente tendría de haber sido registrada de otra manera.

 

Charlotte The Harlot

Un tema de rock duro, fuerte, crudo, pero que siempre tuve la impresión de que llevaron al estudio sin haberlo trabajado lo suficiente y sin saber si querían que fuera un rock fuerte o una balada. Es dura y pegadiza a momentos, pero además de estar sumamente mal producida, se da el hecho de que es una composición que al contrario que “Phantom Of The Opera” o “Transylvania”, no está bien estructurada ni posee un riff o una melodía que enganche.

Iron Maiden

Se cierra el debut de Iron Maiden con la canción que da su nombre al grupo, que es musicalmente muy potente, de las mejor producidas, y en la que siempre me ha parecido especialmente destacable la labor de Paul Di’Anno, cuyo chorro vocal sí está plasmado en este tema.

 

El legado

Aun con el déficit de una producción manifiestamente mejorable, el primer sencillo “Running Free” entró en el Top 40 sin una promoción de radio convencional. Este hecho llevó a la banda aparecer en el programa de televisión de mayor audiencia en Gran Bretaña, “Top Of The Pops” (tenéis el vídeo un poco más arriba), aunque tuvieran que forzar una ardua negociación para que se les permitiera tocar en vivo y no hacer el acostumbrado playback. Fue la primera banda en hacerlo desde The Who casi una década antes.

El álbum en sí alcanzó su punto máximo llegando al número cuatro en las listas oficiales de ventas en el Reino Unido, lo que sorprendió a todos, incluidos los miembros de Iron Maiden. El guitarrista Dennis Stratton, que no aparecería en ningún otro disco de la doncella, recordó el sentimiento general de conmoción en la biografía del grupo “Run To The Hills” escrita por el periodista de Kerrang! Mick Wall. "Estábamos en un pub y alguien de EMI vino y dijo: "¡Chicos, habéis entrado directamente en el número cuatro!", ¡y todos salimos y empezamos a gritar!".

"No esperábamos que llegara tan alto y en tan poco tiempo", agregó Steve Harris. "Al principio pensé que alguien había cometido un error, así que les hice ir y comprobar dos veces que esa información era cierta, e incluso entonces todavía no podía creerlo".

La canción que da nombre al grupo sigue siendo parte de su repertorio 40 años después y esperemos poder cantarla a grito pelado en Barna

Obviamente, ‘Iron Maiden’ nunca pasará a la historia como el mejor álbum del grupo. Aunque algo que cabe recordar y poner en valor a la hora de apreciar lo que aportó este disco a su leyenda, es el hecho de que fue el álbum que les hizo, de manera incontestable e incontrovertible, los líderes indiscutibles de la New Wave Of British Heavy Metal. Introdujo el rostro macabro de Eddie al mundo en general, logrando que se terminase convirtiendo en una imagen icónica de la cultura popular contemporánea, y merced a su edición, aunque fuera como teloneros de bandas como Judas Priest o Kiss, recorrieron Europa por primera vez, proporcionándoles el punto de partida para todo lo que estaba por venir.

El partido había empezado... y el primer gol había llegado en el primer cuarto de hora.

Mariano Muniesa
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Esta entrada fue escrita por Mariano Muniesa

13 comentarios

  • Cain dice:

    Impresionate LP, para mi sobre todos Runnig Free lo mejor para correrr.

  • Juandie dice:

    Cojonudo resumen hacia tan histórico álbum de IRON MAIDEN el cual después de 40 años sigue sonando tan potente y fresco como el dia en el que lo grabaron.

  • javy dice:

    Yo tambien creo que era mejor Burr que McBrain, pero que charlotte the harlot no mola, ni hablar, para mi es un temazo y ademas esa mala produccion le da a las partes rapidas un toque Punk que esta muy bien.

  • Tako dice:

    Es un disco extraordinario, sobre todo considerando que era la primera me grabación del grupo. Dejando a parte la imprescindible Iron Maiden, tenemos Running Free que es un temazo (como se ve en el directo Maiden in Japan), y Phantom of the Opera con todos sus giros musicales es uno de mis temas preferidos de toda su carrera. Por último, y aparte del tema del batería, a mí Paul Dianno me encantaba como vocalista, aunque evidentemente no tenía el carácter de Dickinson.

  • Anónimo dice:

    Pésima reseña, si al principio y los fans sabemos de la producción de este disco, porque estar repitiendolo una y otra vez, que pocas ideas tienes, realmente una perdida de tiempo, dedícate a otra cosa.

    • Ester dice:

      Buenas. Yo agradezco el esfuerzo de este señor por contar al personal estas y otras cuestiones. Muchos no conocen estas historias o bien por edad o bien por q somos más tontos q tú, queda patente tras leer tu comentario q debes de ser el catedrático de los Maiden. En todo caso me gusta leer lo q escriben los redactores, los q divagamos por aquí, lo q escribe Juandie... En días como estos, es de agradecer soltar tensión leyendo algo q nos gusta a todos. Y en los lejanos días de normalidad vital era bueno parar el motor del curro y echar una miradita al móvil y ver q estáis ahí, los unos, los otros y hasta tú, amigo Anónimo.

    • Anónimo dice:

      En la vida vas a tener tú el conocimiento musical que tiene Mariano. Tu crítica sí que apesta.

  • David dice:

    Fantastico Mariano. Estoy muy de acuerdo contigo respecto a que Burr ha sido el mejor bateria de Maiden.

  • Ros dice:

    El grupo que cambiò el metal màs clàsico para siempre

  • Sauro dice:

    Ojala tengan la oportunidad de ver esta increíble banda en vivo, ultra cojonudos¡¡¡¡¡, se agradece la reseña, como mencionan anteriormente hay mucha gente que no conocía la historia!

  • Dani Metalero dice:

    Mi disco favorito de Iron Maiden, sin duda, los Maiden con Paul sonaban muy diferente a los Maiden con Bruce....

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