En este nuevo disco, habéis bebido de géneros como el country, así como otros sonidos propios del sur de Estados Unidos. ¿Qué os inspiró a adentraros en este punto del mapa?

"La verdad es que de siempre hemos escuchado mucho blues, soul y mucho southern rock del estilo de los Black Crowes, Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd y demás… También muchos grupos clásicos de rock de los 70 que escuchamos habitualmente, tenían esos dejes a la música tradicional de EE.UU., así que era natural que saliera a flote en algún momento.

El “esqueleto” de muchas de estas canciones nació durante el confinamiento, a guitarra acústica y voz y eso favorece todavía más que las composiciones vayan por este camino. He de comentar también que me marcó mucho el disco 'Traveller', de Chris Stapleton, e inevitablemente, al jugar con la acústica, te vas hacia ese lado".

¿Cómo sentís que os habéis desarrollado como artistas desde vuestro primer disco?

"Inevitablemente, hay una mejoría, una progresión. Durante la composición del primer disco no tenía todavía muy claro hacia dónde quería ir y considero que son canciones más oscuras y con letras más densas que las de 'Vuela', con mucha influencia de Los Suaves, del disco 'Mestizo' de Revólver y de sonidos más pesados y con una producción mucho más actual.

En este segundo disco quisimos quedarnos en unos arreglos y una producción más vieja escuela, jugar con otros estilos afines y mezclarlos con el rock. Incluso tiene una balada en plan Vals ("Fuera de carta"). Diría que perdimos el miedo a abrir la mente y jugar con otros matices. En el estudio trabajamos súper rápido y cada uno sabe el papel que desempeña. Todos tenemos claro el rumbo que lleva la banda".

Algo en lo que destacan vuestros videoclips es en poseer un estilo muy cinematográfico. ¿Cómo trabajáis en su producción y de dónde nacen ideas tan artísticas?

"Hoy en día, casi antes que la música, en los proyectos entra la imagen. Era muy importante para nosotros arropar bien los temas con vídeos que resultaran amenos y que fueran fieles al espíritu de cada canción. Nacen de una lluvia de ideas, tomando algo, y lo gestionamos así. Trabajamos con varias productoras audiovisuales a lo largo de los distintos rodajes, pero al llegar a un punto determinado, digamos que decidimos simplificar el tema, quitar el guion y ser nosotros mismos frente a la cámara".

De Galicia al mundo, ¿cómo pensáis que la cultura y la música regional, de algún modo, pudo influir en vuestro estilo, y cómo percibís que la subcultura del rock y el metal de habla hispana lo está percibiendo y valorando?

"Supongo que influyen en el ritmo y la armonía, a la hora de construir melodías y demás. En nuestro caso creo que no es tan evidente  la influencia de la música gallega, sino más bien el folk irlandés, por ejemplo, o el rock nacional de Argentina.

En los últimos años están proliferando en Galicia un montón de proyectos que mezclan la música de raíz con la electrónica sobre todo, con el stoner en algunos casos y con el rock urbano con influencias de la música catalana en su mayor parte.

Es evidente el éxito a nivel estatal de algunos de estos proyectos que hacen electrónica con música tradicional, y considero que supone un éxito para visibilizar la música gallega, pese a que a la gente que le gusta escuchar amplificadores de válvulas zurrando no les resulte una propuesta muy atractiva. El rock nunca muere, gente".

¿Qué se os quedó en el tintero al crear este segundo disco que os planteéis trabajarlo para cuando os enfrentéis a la producción del tercero?

"Comentamos en varias ocasiones que quizás se nos quedó un poco “blandito”, así que para el tercero ya estamos trabajando con ritmos un poco más rápidos, guitarras más agresivas y letras un poco más macarras. Habrá un poco de todo, ya que quiero explorar un poco el soul rock en la onda de Joe Cocker, Black Crowes y demás, pero en principio será un disco con mucha más metralla".

Además de un gran disco, tenéis una puesta en escena bastante poderosa. ¿Cómo os sentís en el escenario con respecto a cuando producís un disco en el estudio?

"En el escenario es pura adrenalina de principio a fin. En la traca inicial “empatamos” cuatro temas para poner la garganta, el cuerpo y las manos en el sitio. Quien nos ha visto a pie de escenario, subiendo para tocar, dice que somos lo más parecido a unos miuras saliendo en los Sanfermines. En el estudio es otro sistema, hay que poner cabeza y ejecutarlo todo a la perfección. Lo solemos hacer en dos fases: sección rítmica mucho más concentrada y medida frente a otra sesión con las partes solistas (y las voces) de una forma ya destensada, más de cachondeo y con el nervio que requiere el estilo que trabajamos".

Ya estáis dando los primeros bolos de la gira. ¿Cómo responden los asistentes a la banda y a los temas de este nuevo álbum?

"La verdad es que estamos contentísimos con la acogida que le están dando a 'Vuela'. Las reacciones del público se repiten mucho: beben como cosacos y disfrutan del show. Según nos dicen, estamos dejando el pabellón bien alto allá donde vamos. Siempre hay quien se queda con un par de temas en la cabeza, hay quien se los sabe de cabo a rabo, la gente pilla discos y merchan. Un sueño, la verdad. Estamos a punto de alcanzar la cifra de treinta conciertos con este disco y no puede ir mejor".

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