Entrevistas |Gato Ventura

«Tengo repertorio para poder actuar con Camela o con Iron Maiden»

Por: Alfredo Villaescusa

Su alcance y reputación en la escena del rock estatal está subiendo como la espuma y, a raíz de su segundo álbum, ‘Delirios, parte 2: Apología del desaire’, el cual está disponible físicamente y va desgranando digitalmente single a single con resultados espectaculares, Gato Ventura está esculpiendo con tesón, pasión y honestidad su propia figura de genio contemporáneo en la materia. Alfredo Villaescusa habla con él, que espera como agua de mayo sus próximos conciertos en Madrid (Sala El Elefante Blanco, 12 de noviembre), Sevilla (25 de noviembre, Sala Even) y su ciudad, Córdoba (26 de noviembre, Ambigú Axerquía), todos junto a La Sombra del Grajo. Aquí puedes hacerte con las entradas.

  ‘Delirios, parte 2: Apología del desaire’ es tu segundo disco. ¿Qué diferencias fundamentales hay con respecto al debut?

“La mayor diferencia que pienso que puede haber es cuantitativamente hablando: es más y mejor. En ‘Delirios, parte 1’ no había pistas de la maqueta y en ‘Delirios, parte 2’, sí. Esto ha supuesto que ‘Delirios, parte 2’ suene más fresco, porque hay muchas cosas que estuve trabajando y grabando en casa sin ni siquiera pensar que en su momento fuesen a formar parte del trabajo final. Pero se ve que las guitarras españolas las grabo la mar de bien en casa, de modo que lo que sí que grabamos fueron guitarras eléctricas, batería y bajo. Al haberlo trabajado así, me pude permitir poner más canciones, ya que el tiempo de grabación se redujo en proporción.

Otra diferencia fundamental es que llevaba más conciertos a la hora de grabarlo.He notado que estos años trabajando sin parar me han servido para mejorar bastante, sobre todo vocalmente. Ahora soy capaz de hacer cosas que antes no podía imaginar, como se puede apreciar en “Roto” o en “Cinco espinas”, por ejemplo.

También, aunque el grueso del disco está compuesto en la misma época de ‘Delirios, parte 1’, incluyo alguna canción compuesta más cerca a la salida del álbum, en las que ya se nota una evolución personal y el surgimiento de la resiliencia, que en ‘Delirios, parte 2’ es más patente que en el anterior. Pienso que, de alguna manera, se va viendo forma a la historia que quiero transmitir con la trilogía, donde en cada volumen se va viendo la evolución de la historia, que trata básicamente de los sentimientos personales que se llevan cuando estás metido en una relación tóxica.

Una vez esté lista la trilogía, haré una superplaylist donde estará todo ordenado, probablemente en orden cronológico, y en la que estableceré un orden de modo que se pueda escuchar la historia como un diario de la ruleta rusa de emociones que se van viviendo cuando estás metido en algo tan intenso”.

No creo que existan demasiados ejemplos en la península en los que se funda rock urbano y rock andaluz. ¿Cómo surgió exactamente este proyecto?

“Sin pretensiones, nunca pretendí mezclar un estilo u otro. Digamos que soy una persona inquieta y escucho gran variedad de estilos. Me gusta tocar de todo y de todo aprendo. Mi forma de componer y que el rock andaluz o el flamenco suene no es sino parte de mi aprendizaje musical. Sea como fuere, nunca me cierro, y realmente puedes apreciar una diferencia estilística casi en cada canción, aunque también tengo canciones que son más rock urbano clásico, que creo que es la etiqueta principal.

Creo que la forma de interpretarlas da una riqueza bastante palpable, ya que intento cambiar de registro varias veces durante la actuación, de forma que el público no va a tener la sensación de estar escuchando la misma canción repetidas veces. Pienso que, al abrir tanto, podemos abarcar también mucho más, ya que tengo repertorio para poder actuar con Camela o con Iron Maiden”.

Tu padre es un histórico de nuestro rock como Paco Ventura. ¿Hasta qué punto te ha influenciado en tu trayectoria? ¿Qué opina él de tu música?

“Me ha influenciado bastante, ya que desde que tengo memoria he estado canturreando constantemente sus canciones, dado que las veía nacer y siempre me ha motivado muchísimo verlo en concierto. De esta manera, he podido tener una visión bastante amplia de lo que viene a ser el mundo de la música, desde los escenarios a los estudios de grabación. Lo único que he tenido que aprender por mi cuenta ha sido la gestión musical, pero musicalmente siempre lo he tenido como referencia a la hora de tocar y componer. Me ayudó mucho a sentar las bases compositivas cuando veía de forma práctica como lo hacía él.

Su opinión sobre mi música ha ido cambiando respecto a mi evolución personal. Cuando empecé a componer estaba metido cien por cien en el heavy, y todo lo que hacía iba en esa línea. Luego me metí al punk, estilo que mi padre actualmente valora mucho más que entonces.

Actualmente, cuando ha escuchado mis últimos discos siempre he tenido una valoración muy positiva por su parte, cosa que inevitablemente me ha gustado mucho.

De cualquier manera, siempre he tenido en mi vida la cosa de pedir opinión y valorar para luego actuar en consecuencia. Como imaginarás, en mi música también ha habido un enorme punto de rebeldía que ha producido un cambio respecto a mi niñez, en la que siempre estás supeditado a hacer un poco más de caso a tus padres. Con mis últimos discos también hemos encontrado un punto de encuentro entre mi educación y mi independencia que ha reforzado mucho la confianza y el amor que nos tenemos mutuamente”.

Hay en el disco un importante elenco de colaboradores como el propio Paco Ventura o Fernando Madina de Reincidentes, entre otros. ¿Hubo algún criterio para elegirlos o fue cuestión de colegueo?

“El único criterio a la hora de elegirlos fue que había una admiración personal. A fecha de haber grabado el disco, yo no había llegado a coincidir con Fer, ya que desde 2017 habíamos estado de gira constante con Deltó (Ndr: Su banda tributo a Extremoduro) y mi proyecto, así que tuvo que ser todo de forma telemática.

En el caso de Paco Ventura, me gusta que esté siempre presente en mis discos. Es puramente un capricho personal y una muestra de cariño y respeto. Aunque en estos discos haya participado un poco menos, es una colaboración infaltable en cualquiera de mis discos”.

En las letras veo cierto parecido con otro andaluz como Poncho K. ¿Te ha marcado?

“Posiblemente sí. Lo escuché mucho en mi adolescencia hasta mi primera juventud, pero no pienso que tenga una influencia literaria en la música de nadie.

Posiblemente, el parecido puede venir de que a ambos nos gusta leer poesía. En mi caso he estado leyendo a Lorca desde que tengo memoria, luego he ido añadiendo influencias de todo tipo: Neruda, Espronceda, Valle Inclán y, más actual, Manolillo Chinato, con quien tuve el honor de contar en ‘Vidas furtivas’ de Descaro y en ‘Delirios, parte 1’.

A la hora de escribir tengo que contar mi historia, no sé hacerlo de otra manera que con mis palabras. Sí podría decirte que al empezar quizás Marea me influyó un poco más, también Extremoduro, pero también bebí de Reincidentes y La Polla Records. El día que vean la luz las canciones que hice en mi adolescencia vais a flipar”.

Por lo que escuchamos en el disco, no te cierras a ningún género, porque tenemos desde rock potente en “Roto” hasta una especie de rumba llamada “Sale”. ¿Las etiquetas no están hechas para ti?

“Al final, mi música es una extensión de mí. Cuando la gente me ve, sabe que tengo calle, y lo que yo hago es una mezcla de lo que hacía cuando era adolescente, largas sesiones de ensayo tocando heavy con mis amigos y largas noches de parque con guitarras españolas de por medio donde tratar con infinidad de almas errantes me hizo olvidar todo lo que sabía para reaprenderlo a base de bohemia.

Tengo muchos instrumentos en casa. Lo primero que empecé a tocar en mi vida fue un pequeño piano, en el que ya podía ir cambiando los sonidos y ya tenía pistas pregrabadas donde poder improvisar encima. Es increíble como tu primer juguete puede marcar el resto de tu vida.

Como ya he dicho antes, en mi adolescencia venía directamente de la educación que había recibido por parte de mi padre, que inevitablemente fue super heavy. Una vez empecé a tener amistades que pudieran influirme musicalmente, la cosa fue cambiando, de modo que al final mis últimas composiciones son el resultado de haber tenido curiosidad e investigar todo lo que he podido. Creo que no me queda ningún género por haber disfrutado; de todo puedo aprender, incluso de la música electrónica, y tengo intención de meter algún guiño a ese género en discos futuros. Excepto el reggaetón; me lo he tenido que comer muchas veces, pero generalmente me produce un gran desasosiego, lo siento”.

¿Cómo son tus conciertos y qué podemos esperar de las próximas actuaciones junto a La Sombra del Grajo?

“Los conciertos con mis amigos de La Sombra del Grajo son la extensión de una amistad que empezó en 2016, cuando ofrecí en solitario junto a ellos uno de los primeros conciertos exclusivamente con mi etiqueta personal.

Van a ser una celebración de la amistad y del rock and roll. Ambos llevamos trabajando muy duro en esto desde hace muchos años y aún no nos flaquea la ilusión. Tienen calidad y ambos nos hemos influenciado mutuamente de alguna manera, así que era de ley que lo hiciéramos. Es muy recomendable venir a vernos, garantizo que el público va a pasar por un abanico de emociones enorme. Cuando lleguen a casa, volverán con la sensación de haber tenido un buen viaje”.

Alternas tu proyecto personal con una banda tributo a Extremoduro. ¿Es la segunda una especie de trampolín hacia la primera?

“Exactamente, ya que, bueno, yo soy mi proyecto personal. En su día, ya empecé a girar con ellos sabiendo que la gente iba a conocerme a mí, que también iban a saber que estamos sacando adelante un proyecto de la manera que creemos que puede ser la más óptima para poder estar enseñando mi disco delante de una gran cantidad de público cada fin de semana. Hasta que no llegue una banda consagrada a llevarnos de gira con ellos, vamos a tener que seguir así, al menos hasta que mi proyecto empiece a poder dar de comer al menos a cuatro o cinco personas.

“Por otro lado, también se ha dado el caso de gente que me conocía a mí (sí, los menos), pero no conocían ni seguían a Extremoduro o a Robe, y a raíz de escuchármelas también han empezado a escucharle a él. Es francamente paradójico, pero es lo bonito de la música, no tenemos rivales, sino compañeros que también están remando”.

 Por cierto, ¿de dónde viene lo de “Gato Ventura”? ¿Hay pasión por los felinos?

“Resulta que me llamo igual que mi padre, Francisco Ventura. En casa siempre me han llamado Paco o Paquito, era de necesidad tener un nombre artístico cuando te llamas igual que tu padre y él mismo es un tío conocido. Al menos cuando pretendes dedicarte a lo mismo, imagina el follón para las búsquedas.

Por otro lado, también hay pasión por los felinos, por todos los animales en general, pero admiro la capacidad de estos animales para las relaciones. Pueden recibir amor, pero si ellos te lo permiten. Mientras tanto, guardan una distancia prudencial. Tú sabes que ellos te quieren, pero no puedes exigirles más de lo que ellos te quieran dar”.

Alfredo Villaescusa
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