Crónicas
Ribaforada Rock Fest con El Drogas, Koma, Ciclonautas, Lendakaris Muertos o Bocanada: Ciclogénesis de nuestro rock
«Sacar el rock de las capitales a veces está bien, y este es un buen ejemplo. Esperemos que haya más ediciones con la calidad del cartel de esta primera edición. Nos vemos en 2025, llueva o no llueva»
20 y 21 de septiembre
Ribaforada Arena, Ribaforada (Navarra)
Texto: Diego M. Roig. Fotos: Iñigo Malvido y Diego M. Roig
Imagina un festival donde se concentra lo mejor del rock navarro: El Drogas, Koma, Bocanada, Ciclonautas, Lendakaris Muertos… Imagina que se hace en un lugar con una acústica de lujo. Imagina que en ese lugar se cuida cada detalle, como la limpieza, la accesibilidad o la zona de acampada; y que todo ello está envuelto con una estética y unos diseños de calidad, y que, además, hay un puesto de merchan donde venden productos del festival y las mejores referencias de El Dromedario Records.
Eso fue la primera edición del Ribaforada Rock Fest, que se llevó a cabo los días 20 y 21 de septiembre en Ribaforada, un pueblo de la Ribera Navarra, en el valle del Ebro, una de las zonas más secas de la Península, donde nunca llueve, pero que en esos días no cesó de llover. Fue la bienvenida a esta primera edición.
El viernes echó a andar con el show de los locales El Hombre del Saco, del mismo pueblo de Ribaforada, cuyos integrantes no son precisamente bisoños en la materia, y vaya si se nota. Están camino de su primer disco, del que ya hemos ido conociendo singles como “La venganza del payaso”, que inauguró el repertorio, “El hombre del saco”, “Domestícame” y, más recientemente, “Abracadabra”, temazos que sonaron rotundos e inapelables con una firmeza sobre el escenario propia de grupos con el motor muy engrasado.
Entre ellos, intercalaron otros temas cuya versión en estudio estamos deseando escuchar como “La hecatombe”, “Rápido”, “Pobre niña mentirosa” y “Mi periferia”. Aunque su hard rock empapado de influencias urbanas recuerda más inevitablemente a Leize o Barricada, eso sí, con una buena dosis de personalidad propia mediante, las versiones fueron para “Jesucristo García” de Extremoduro y, muy curiosamente, “Lo siento, mi amor” de Rocío Jurado. Fueron a cara descubierta y convencieron tanto a quienes los conocían como a quienes, tras hacerlo, no los olvidarán.
Los asturianos de Baja California, siguientes en liza, son unos cracks del hard rock, y su último disco, ‘Electricidad’ (2024), suena bestial, y en directo gana todavía más empaque y pegada. En este caso, las influencias anglosajonas están mucho más marcadas en el apartado musical, si bien ellos optaron por el castellano desde el principio en canciones que parecen prohibir tácitamente que alguien se quede quieto, mucho más en el contexto de un directo en un festival como el Ribaforada Rock Fest.
Al igual que en su último álbum, abrieron fuego con la irresistible “Caída libre”, que, idioma aparte, bien podría haberse confeccionado en la California que, en el mapa, se emplaza inmediatamente por encima de la región a la que aluden en su nombre. “A-66” nos trasladó de golpe y porrazo a la carretera que tantas
veces habrán recorrido para trasladar en su furgoneta su contagiosa y vivaz actitud de puro rock and roll, para que después el show continuase con “Dueños de la noche”, “Tiempo suicida”, “La hora”, “Reina de hielo” y una “Indomable” que ya es todo un clásico de su repertorio. “Polvos mágicos”, otra ineludible como “Electricidad” y “Años atrás” terminaron por bordar en oro su actuación.
Las dos primeras bandas estaban conformadas por gente veterana en esto del rock 'n' roll, lo cual casi siempre es garantía de saber hacer y de disfrute musical. Las actuaciones de ambas fueron dignas de la difícil labor que supone abrir un festival con un cartel como este.
Acto seguido, en el Ribaforada Arena comenzaba la actuación de Cobardes, a mi entender, una de las bandas revelación del rock navarro, cuyo último disco, 'Que empiece el baile' (2023), ha tenido una acogida espectacular, llenando las salas de aquellos lugares por los que han pasado para presentarlo. Al verlos en directo se entiende. Su empaque, su puesta en escena, su actitud, su enganche con el público que ya llenaba el recinto y la simpatía de Javi “Cordobés”.
“Rodeada de idiotas”, “Un verano sin sol”, “Maldito abril”, “Vuela”… uno tras otro, alternaron temas de sus dos discos, con una interpretación perfecta y muy cuidada que cerraron con “Cielo gris” y “Princesa en paro”. El festival prácticamente acababa de empezar y Cobardes estaban dejando el pabellón muy alto y poniéndolo muy difícil para las bandas que vendrían después de ellos.
En las primeras filas se veía a muchísima gente con camisetas de la banda, no solamente gente de Navarra o de Ribaforada, que casualmente también es el pueblo de Iban, el bajista, sino gente venida desde Asturies, desde Catalunya, desde Lugo, desde Zaragoza, desde Madrid… que se juntaron en Ribaforada para pasar un fin de semana de mucho rock.
Ciclonautas comenzaron fuerte con “Abrazado a un misil”. Su propuesta ecléctica y tan personal, entre el rock, el stoner y los sonidos americanos, aportó un punto extra a la noche del viernes. “Matando al suicida”, “Tristes corazones” y “Bombo sicario” avanzaron en una primera parte que se cerró con “Agua va”, una de las canciones más coreadas del concierto.
El sonido era perfecto y eso ayudaba a distinguir los solos de Mai y las estupendas líneas de bajo de Javiertxo, que con tanto gusto y elegancia toca las cuatro cuerdas. “Arriba pueblo” fue la consigna de la noche con la que Mai apremiaba al público de unas primeras filas, al que se veía disfrutar de lo lindo con los temas de la segunda parte como “Los hermanos” o “El souvenir”.
Recientemente, se ha publicado 'Ciclogénesis. Magnitud X - Directo en Totem', el disco en directo que la banda grabó en la sala Totem de Villaba-Atarrabia. El concierto de Ribaforada se asemejó bastante a este directo que, por cierto, también presentaron el pasado sábado 28 de septiembre en La Sala del WiZink Center de Madrid, con invitados muy especiales, como ya hicieron en el disco en directo.
Me consta que disfrutaron, y mucho, quienes se acercaron al WiZink: Calidad, buen gusto y magia rockera. Terminaron, y ya se intuía que iba a ser así, con “Bienvenidos los muertos”, que iba a dejar paso a uno de los platos fuertes de la noche.
También desde Pamplona-Iruña llegaba El Drogas y su magnífica banda para hacer un concierto brutal, como siempre. Al igual que Ciclonautas, El Drogas también llegaba a Ribaforada con un reciente disco en directo bajo el brazo, 'Barricada-40º', y eso es lo que hicieron, una interpretación fantástica de los temas míticos de Barricada que tantas veces hemos coreado y que tantas veces nos han acompañado en momentos inolvidables de nuestras vidas.
“En la silla eléctrica” fue con la que abrieron de una forma muy directa tras la tonadilla de “presta atención que vamos a salir”. Siguió con “Esperando en un billar” y “Barrio conflictivo”, al igual que en el disco en directo, y tras ellos vinieron uno a uno los temas de Barricada. La energía de Enrique Villarreal parece que no tiene fin, y así lo demuestra en cada uno de sus conciertos, como ourrió en Ribaforada. El momento más emotivo de la noche y punto culminante del concierto fue cuando Ibai, de Motxila 21, apareció en el escenario para cantar con El Drogas. ¿Se puede terminar mejor un concierto que dando la oportunidad a un chaval como Ibai de subir a cantar ante miles de personas? Esa es la magia del rockanrol. Eskerrik asko, Enrique.
Cerró la noche La Gripe y Tú, la banda de Jesús García y Juantxu Olano, batería y bajo de Platero y Tú, respectivamente, que tras su disolución fundaron La Gripe, un grupo con tres discos editados, pero al que tras un concierto en homenaje a los Platero se les ocurrió añadirle el apellido "y Tú" y embarcarse en este homenaje. Así nace la Gripe y Tú, una banda que interpreta temas de Platero y Tú con dos de sus miembros originales.
Ya te puedes imaginar el revival rockero que supuso la actuación de La Gripe y Tú para todos aquellos que vimos a Platero y Tú y que los tomamos como una de nuestras bandas favoritas. Para la gente más joven fue una oportunidad de poder ver, por lo menos, al cincuenta por ciento de los bilbaínos tocando sus temas.
¿Se podría superar la noche del viernes? Pues la verdad es que nos fuimos a dormir pensando que no iba a ser fácil. Sin embargo, aguardábamos con ganas los conciertos de Las Sexpeares, Linaje, Bocanada, Koma, Lendakaris, Psyque… y Razkin, que tocó a la una de la tarde en las piscinas del pueblo. Así se fue calentando el ambiente para lo que vendría por la tarde.
Puntuales comenzaron Las Sexpeares, para mi gusto una de las propuestas más interesantes del catálogo de El Dromedario, con su a veces indie, a veces punk. Nunca es fácil abrir delante de grupos tan consolidados, sin embargo, Las Sexpeares lo hicieron con una energía y una rabia positiva con la que se metieron en el bolsillo a quienes ya estaban en el recinto.
Abrieron con “¿Para qué?” y cerraron con “Combustión”, dos buenos temas del disco 'Me fui de casa' (2016). Entre medias, un repaso a sus EPs y sencillos, incluida la cinta de casete que editaron el año pasado (nadie edita cintas, pero mola mil que haya gente que lo haga), de la que tocaron temas como “La de la ciudad”, “Soy torta”, “Espiral” o “Pégales fuego”, que tan amablemente se la dedicaron “a todos los fachas”. Maravilloso.
Linaje son unos chavales bien jovencicos. Y diría que fueron la revelación del festival. Nunca los había visto en directo, y no defraudaron. Tocaron muy bien y Aarón Romero es un frontman de la leche (de casta le viene al galgo…). Todavía no tienen disco en la calle, apenas un single, “A remojo”, pero tienen una proyección impresionante.
Como dijo Aarón: “Nos hubiese encantado venir con el disco, pero no ha dado tiempo”. Eso quiere decir que habrá disco pronto, que si tiene la calidad de la banda en directo, seguro que va a ser un disco bestial. Lo esperamos con ganas. Hubo un momento muy emotivo, que fue cuando los tres Romeros, Aarón, Kutxi y Martín, cantaron juntos “Malas noticias” de Los Suaves. Todo queda en familia.
“Si alguno de vosotros entra en la música algún día, no podrá salir”, esa fue una de las sentencias de Aarón, que se dio cuenta de que ellos eran los más jóvenes del festival. Y es que en el rock, si bien ha perdido adeptos entre la gente más joven, bandas como Linaje demuestran que todavía hay esperanza, y esperanza de calidad.
Los cantos a la libertad o los guiños al euskera “en defensa de la lengua, el pueblo tiene que defender su lengua”, dijo Aarón, fueron destellos de reivindicación en Linaje. Junto a la joven banda salieron a tocar diferentes músicos, igualmente muy jóvenes, como Oier Villanueva al saxo, que volvieron a demostrar la calidad de la cantera rockera de Berriozar. Les auguro un gran futuro. ¡Por muchos años, Linaje!
Con un poquito de retraso debido a algún problemilla técnico comenzó Bocanada, que hicieron olvidar muy pronto el retraso. Comenzaron con “Más animal” y desde el minuto uno se ganaron al público de lleno. Martín Romero es un puto crack. Sus bailes son únicos. Su dinamismo e interacción con el público no los hace cualquiera. Derrocha energía, buena vibra y un carisma que hace que el público lo arrope con cariño. Petaron el pabellón y echaron de él, como dijo Martín, “a los que bostezan”.
De nuevo subió su hermano, Kutxi Romero, a cantar en familia. Lo más bonito del festival lo protagonizó Martín cuando se bajó del escenario en “Golpe de mar” y se dirigió donde estaba sentado su hijo, a quien le cantó la canción acariciándolo y fundido en un abrazo. Kutxi cogió a Martín a hombros y lo paseó por todo el recinto antes de terminar con “Pellejo” y “Campo a través”.
Muy grande Martín, los Romero y los Bocanada. Muy grande su técnico, el señor Fran, a quien tuvo a bien presentar Martín. Claro que sí, vivan los técnicos de sonido, que están siempre haciendo que todo funcione a la perfección y casi nunca nos acordamos de ellos. Y muy grande Zido Armendáriz, su mánager, que tantos años los lleva "aguantando", según Martín. En Ribaforada comenzaron su gira “Hora de comer aire, segundo plato”, que los llevará por toda la península para cerrar en Madrid el 30 de noviembre. Si pasan por tu casa, no te pierdas a Bocanada, una máquina de puto rocanrol.
Tras Bocanada, llegó uno de los platos fuertes de la noche, Koma, que venían con un nuevo disco bajo el brazo, 'Una ligera mejoría antes de la muerte' (2024). Koma nunca fallan. Nunca defraudan. Su thrash punk irreverente es su seña de identidad. Comenzaron con los tres primeros temas del nuevo disco: “Dinamítalos”, “El viaje”, de videoclip desternillante, y “La máquina del tiempo”. Entre las primeras filas ya se podía ver cierto cambio estético entre el público.
El concierto, impecable, lo centraron en su mayoría en las canciones míticas de la banda, tocando solamente cinco temas del último disco: “Los desheredados” y “Palabras mágicas” además de las tres primeras. En “Degüelto” volvió a salir Kutxi Romero, que anticipó el cierre con “Mi jefe”, como no podía ser de otro modo.
Iba llegando el final del festival, con mucha pena, pero todavía quedaba el plato con más humor punk insolente de la noche, Lendakaris Muertos. Todo el concierto fue una concatenación de hits, tanto ya clásicos como del nuevo disco, 'Mucho asco (casi) todo' (2024). Comenzaron con “Lejía conejo”, “En esto por las drogas” y “Último txakurra”; y siguieron “Fuimos ikastoleros”, “Detector de gilipolleces”, “Veteranos”, “Centro comercial”, etc. Uno tras otro, sin descanso, para terminar con “Oso panda” y sus "ojeras farloperas", con el oso panda incluido sobre el escenario. Gran compañía. Decir que la reincorporación de Asier a la guitarra le ha venido fenomenal al grupo, que junto a Iván hacen un tándem y un muro de sonido bestial.
Tras Lendakaris me tuve que marchar, y no puede ver a la última banda, Psyque, un grupo local, de la Ribera Navarra, que se encargó de cerrar la primera edición del Ribaforada Rock Fest. Una clara apuesta de los organizadores por el rock local y de base.
Se puede decir que la primera edición de este Ribaforada Rock Fest fue todo un éxito, con un finde increíble, un ambientazo espectacular; una organización de diez, que cuidó todos los detalles para que el público estuviese a gusto y tuviese una experiencia agradable; un sonido nítido y claro, que no siempre se consigue, y más en festivales, cuando no es una única banda a la que hay que sonorizar; y grupos locales y poco conocidos, que tuvieron la oportunidad de tocar ante un público amplio.
Sacar el rock de las capitales a veces está bien, y este es un buen ejemplo. En fin… esperemos que haya más ediciones del Ribaforada Rock con la calidad del cartel de esta primera edición. Nos vemos en 2025, llueva o no llueva, en Ribaforada, Navarra.
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1 comentario
Extenso resumen hacia las potentes y combativas descargas por parte de estas 5 buenas bandas navarras en dicha localidad navarra y presentando alguna de ellas sus respectivos nuevos álbumes como por ejemplo los cañeros y combativos KOMA.