Crónicas

Willie Nile en Bilbao: Abuelo del rock n’ roll

«Fans de Bruce Springsteen o Tom Petty que todavía no conozcan o no hayan visto en directo a Willie Nile decididamente están perdiendo el tiempo y dando la espalda a un infatigable abuelo del rock n’ roll que siempre da el callo en las distancias cortas. Que vuelva cuanto antes.»

19 marzo 2024

Kafe Antzokia, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Toda una especie en vías de extinción constituyen los trovadores urbanos o cantantes poetas que son un género en sí mismo. Desde Bob Dylan o Elliott Murphy a iconos desaparecidos tempranamente como el malogrado Jeff Buckley. Y, por supuesto, Bruce Springsteen, cuyo influjo musical se siente mucho más allá de Asbury Park. Una estirpe a la que le une la preocupación por los textos en una época cada vez más iletrada.

Willie Nile lleva dando guerra desde comienzos de los ochenta, llama amigo a Springsteen, con el que ha compartido escenario en repetidas ocasiones, y desde jovenzuelo vio en el mítico CBGB a bandas como Ramones, Television o Patti Smith. En estos momentos celebra su cumpleaños con una gira 75º aniversario en la que sigue exhibiendo un directo de fuerza arrolladora a la antigua usanza, con cero postureo y mucha actitud. Ya hemos dicho que este tipo es de otro mundo.

No era ni de lejos su primera visita a la península, Nile tiene de sobra estudiado el terreno y quizás por eso es capaz de reunir a una considerable multitud incluso un día entre semana. Mucho maduro se congregó en el bilbaíno Kafe Antzokia, aunque también se veían por ahí algunas chicas jóvenes que nos incitaban a pensar que no todo está perdido, que tal vez existían reductos que no consideraban aquello música de viejunos. Esperemos que no fueran las hijas de los asistentes.

A nosotros esto último en realidad nos la traía al pairo, pues habíamos contemplado al rapsoda de Buffalo unas tres o cuatro veces y conocíamos de sobra la calidad incontestable de sus shows. El espectáculo estaba garantizado, hubiera allí viejos o venusianos. Lo que sí que había, supongo que por similitud estilística, eran fans del Boss. Bastó que lo nombrara en una de las canciones para que se desatara una ovación.

Al contrario de lo que suele ser habitual, Willie Nile empezó en plan intimista disparando emociones al piano con la épica “Streets of New York”, que pone tanta piel de gallina como el “Backstreets” de Springsteen. Pero este señor no es de gritar “one, two, three, four”, sino que posee maneras más cercanas a Dylan que las del creador de “Born To Run” en sus inicios. Y tampoco le faltó pose rockera con una maravillosa chaqueta que llevaba lo que parecía un parche de Keith Richards en su juventud. Grande.

“Places I Have Never Been” e “It’s All Over” anticipaban otra noche memorable en la que brillaría a los punteos el guitarrista de Stormy Mondays, el ovetense Jorge Otero, su más fiel escudero en las últimas giras por nuestro país y que además de vez en cuando le sirve de intérprete  para conectar con su público. En este sentido, volvió a hacer Nile la típica broma de que su español “es muy malo”, pero que su rock n’ roll “no está mal”. La sencillez de un consumado veterano sin un ápice de ego o tontería.

“Hard Times in America” subió la intensidad con poses deudoras de su admirado Springsteen y “Give Me Tomorrow” selló la inevitable comunión con los fieles con el estribillo repetido a pulmón. Lo único que lamento de este señor es que recurra a chuleta para cantar sus temas, lo atestiguaba un atril, pero tengamos en cuenta que se trata de textos elaborados de una extensión considerable, por lo que desde el punto de vista de una persona de avanzada edad podría ser entendible. Su monumental entrega le exonera de ese y cualquier otro fallo que pudiera cometer.

Regresó al piano para otra delicada pieza como “Across The River”, no sin antes definirse como “abuelo del rock n’ roll”. Lo cierto es que en este registro reposado se movía genial el neoyorquino, por lo que no cortaba para nada el rollo del recital. Le cogió el gustillo a la tranquilidad y se nos puso romántico con “Love Is A Train”, que interpretó de manera tan magistral que solo cabrían alabanzas.

La garra rockera volvió por la puerta grande con el himno “Forever Wild”, y aquí ya sí hubo un “one, two, three, four” como el de su colega de Nueva Jersey. Aquella horrible época de la pandemia a Nile le inspiró “The Day The Earth Stood Still”, pues desde luego debió resultar sobrecogedor observar una ciudad con un movimiento tan incesante como la Gran Manzana sin apenas vida en el exterior.

El bueno de Willy nos contó que “Children of Paradise” estaba inspirada en una película francesa y además nos legó uno de los instantes más rockeros del show. No perdió fuelle tampoco con otro temazo como “House of The Thousand Guitars”, con las gargantas desatadas como nunca y hasta un “lo lo lo” que perduró cierto tiempo. Así de caldeados estaban los ánimos.

Jorge Otero (Stormy Mondays)

“Run Free” supuso una despedida en falso antes de regresar para los bises con “On The Road To Calvary”, que certificó una vez más la absoluta solvencia de los brillantes acompañantes de Stormy Mondays. Muchos habían anticipado su “na na na”, pero finalmente se materializó el himno “One Guitar”, con una aceptación brutal por parte del respetable. La cosa llegó a tal punto que cuando estaban a punto de marchar se volvieron a colgar los instrumentos para interpretar por última ocasión el pegadizo estribillo. Esto sí que era entrega.

Fans de Bruce Springsteen o Tom Petty que todavía no conozcan o no hayan visto en directo a Willie Nile decididamente están perdiendo el tiempo y dando la espalda a un infatigable abuelo del rock n’ roll que siempre da el callo en las distancias cortas. Que vuelva cuanto antes.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia el gran concierto rockero que se marcó todo un veterano como WILLIE NILE en el Antzokia bilbaino a través de estos buenos temas que ostenta desde hace muchisimos años.

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