Crónicas
Viva Belgrado + Bananas en Bilbao: Un cancionero inmenso
«Han demostrado que a estas alturas poseen ya un cancionero inmenso, vigoroso, que no necesita presentación alguna para que la gente lo reconozca y lo recite de principio a fin con la fidelidad de un salmo.»
8 noviembre 2024
Kafe Antzokia, Bilbao
Texto y fotos: Alfredo Villaescusa
Decía el escritor ruso Eduard Limónov que “El agua lleva y se lleva todo; es imposible bañarse dos veces en las mismas aguas”, una manera acertada de justificar una autobiografía literaria con el líquido elemento como máximo protagonista que también tenía bastante de confesión. El autor poco más tendría que hacer el tiempo que estuvo recluido en una prisión militar entre 2000 y 2003 acusado de terrorismo y tráfico de armas.
Tomando como base ‘El libro de las aguas’ del personaje poliédrico antes mencionado, los cordobeses Viva Belgrado abrieron de plano el diván en su último trabajo de estudio ‘Cancionero de los cielos’, pero con la diferencia de que en vez de centrarse en el agua miraron hacia arriba, hacia los cielos, y ahí nos dieron una de las grandes obras facturadas en los últimos años.
En una jornada muy complicada con conciertos en la mayoría de salas de las inmediaciones, el bilbaíno Kafe Antzokia lucía una afluencia bastante considerable, si no agotaron entradas, poco les faltaría. Incluso bandas que tocaban en las inmediaciones, como las gallegas Bala, no quisieron perderse la fiesta que montarían los andaluces.
Los guipuzcoanos Bananas tomaron en un primer momento la temperatura del recinto con un estilo post hardcore deudor de Berri Txarrak muy en consonancia al de los protagonistas de la velada. No dudaron en meterse entre la peña para animar el cotarro y al final acabaron llevando en volandas al guitarrista mientras el vocalista oficiaba descalzo desde las escaleras. Lo cierto es que montaron un buen jaleo, por lo que hay que reconocer su habilidad para conectar con el respetable de un plumazo. A veces parecía que ellos eran los cabezas de cartel.
Siguiendo la tradición imperante en sus bolos, Viva Belgrado acostumbraron a arremolinarse en torno al batería, haciendo piña como si estuvieran en un local de ensayo. A cualquiera que no haya estado en un concierto suyo, seguramente le sorprenda ese detalle, así como la costumbre de Cándido de cantar algunos fragmentos a viva voz, como si quisiera demostrar que sus composiciones no necesitan de distorsión adicional para llegar a la peña.
La letra descarnada de “Vernissage” nos agarró por las solapas y nos lanzó sin paracaídas a la montaña rusa de sensaciones que proponen en cada show, enlazando un tema tras otro sin apenas hablar, algo que en realidad poca falta hace si prestamos atención a los textos de las canciones. A ver cuántos grupos son capaces de mezclar en un solo disco reflexiones sobre el negocio musical con referencias al director de cine Stanley Kubrick o al recordado bardo canadiense Leonard Cohen.
“Chéjov y las gaviotas” incrementó la carga poética con otra letra de esas que casi marea, pura angustia vital como la que transmitía “A Forest” de The Cure. Lástima que este aspecto quedara algo sepultado en directo entre la maraña de ruido, pero no pasaba nada, ahí la mayoría venía con la lección aprendida. En la parte del piso de abajo en la que estuvimos no era raro que se recitaran textos de principio a fin con impresionante capacidad memorística.
Esta suerte de descenso a los infiernos mentales subió otro peldaño con “Gemini”, mucho más metalera y con estrofas que repasan diversas perspectivas o actitudes presentes en el ámbito musical. “Jupiter and Beyond The Infinite” era uno de los momentos más celebrados de su último disco, por lo que no defraudó tampoco en las distancias cortas.
Tras un primer tramo centrado en el material más reciente, “Una soga” echó la vista todavía un poco más atrás. La épica no disminuyó un ápice, con Cándido desgañitándose a cada estrofa, y se aproximaron a terreno más indie en “Cerecita Blues”, con consonantes y vocales disparadas como proyectiles con considerable carga nihilista. Había mucha peña joven, ojalá las palabras no caigan en saco roto e inciten a romper la tendencia gregaria y borreguil tan favorecida en estos tiempos de redes sociales.
“El Cristo de los Faroles” marcó uno de los picos de la velada con alusiones a Sísifo o al Gólgota, sin olvidar recrearse en el interludio reggae que meten a mitad de la canción. Los ánimos de la concurrencia estaban muy exaltados, así que para relajar recurrieron a “Elena observando la Osa Mayor”, piel de gallina con una composición tan emocionante.
“Un tragaluz” parece que ya se ha convertido en un auténtico clásico, por lo que no debería salir nunca del repertorio. La espectacular recepción obligó a Cándido a parar un poco para mencionar que este año había sido “una locura” para ellos y que este era su concierto con más gente en Euskal Herria. Y la cosa no ha terminado ahí, pues se encuentran en plena progresión y no extrañaría que para la próxima pasaran a un recinto de mayor capacidad como la sala Santana.
La recta final con “El Gran Danés” ganó en matiz metalero, casi stoner, antes de tomar aire en “¿Qué hay detrás de la ventana?”, una pieza con efluvios psicodélicos y post rock que certificaba la impresionante paleta de estilos que manejan. Y “Ravenala” aportó la guinda del pastel con Cándido entonando a viva voz a escasos metros de los fieles, detalles como estos les ganan para la causa y constatan que su actual poder de convocatoria no vino caído del cielo, sino que fue producto del esfuerzo y de varias incursiones previas.
Han demostrado que a estas alturas poseen ya un cancionero inmenso, vigoroso, que no necesita presentación alguna para que la gente lo reconozca y lo recite de principio a fin con la fidelidad de un salmo. Bandas con un mensaje realmente potente en su esencia no existen muchas, por lo que no cabe otra que celebrar que en determinados contextos el texto todavía sea lo más importante. Poético, político y un poco espiritual.
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1 comentario
Cojonudo resumen hacia el cañero y rockero concierto que se marcaron esta buena banda como son VIVA BELGRADO a través de estos buenos temas y junto a BANANAS como digna banda telonera en el Antzokia bilbaino.