Crónicas
The Hives en Barcelona: Una bomba de relojería
«The Hives son una bomba de relojería a punto de estallar donde el rock nunca muere, sino que se trata de un cadáver exquisito de sinfonías eternas.»
4 octubre 2023
Sala Razzmatazz, Barcelona
Texto: Markceröck. Fotos: Pablo Gándara
Los suecos The Hives son un número que no falla a la hora de ejecutar rock and roll, lo llevan predicando tres décadas y con esta premisa dirigimos nuestros pasos a Razzmatazz, la popular sala barcelonesa.
Pasadas las nueve de la noche, los acordes de “La marcha fúnebre” de Frederick Chopin en la intro aluden al sarcástico título de su último disco ‘The Death of Randy Fitzsimmons’ (2023). La elegancia de su sello al vestir impecables trajes en blanco y negro decorados con notas musicales y rayos lanza su primer dardo, “Bogus Operandi”.
El quinteto desembarca todo su poderío en el escenario defendiendo el material nuevo. Ni un segundo pasaría para atacar con “Main Offender”, incluido en ‘Veni Vidi Vicious’ dos décadas atrás. La sala se viene abajo con un Howlin' Pelle Almqvist desatado acercándose a las primeras filas para cantar al unísono su gran hit. Hasta se encarama a la baranda izquierda para estrechar la mano de los asistentes que estaban en la segunda planta del recinto para retornar al escenario en una explosiva combinación de música e histrionismo.
“Walk Idiot Walk” se torna otra descarga adrenalínica en el repertorio clásico de los de Fagersta. Esta vez Pelle usa de taburete un monitor de retorno para recitar las letras y enfilar al centro de atención de la multitud, que lo alaba como a un predicador nato del rock.
“Rigor Mortis Radio”, en clave “I Love Rock and Roll” (canción de The Arrows que popularizara Joan Jett), echaba más combustible al festín con palmas al aire, con el vocalista dirigiendo cual director de orquesta. Vigilante Carlstroem y Niklas Almqvist disparaban acordes a la velocidad del trueno bajo la atenta mirada de la base rítmica de Johan Gustafsson, bajista del último decenio, y Christian Dangerous Grahn a la percusión.
Con “Good Samaritan” los hermanos Almqvist se dan un baño de masas, con Niklas arrodillado marcándose un solo y Pelle dándole la mano a medio mundo y haciendo el acto de quedar congelados con sus compañeros de banda por un minuto antes de terminar.
“Go Right Ahead” la cantaba mi compi por la nariz causándome un ataque de risa. “Stick Up” pone la pausa ante el maratón de saltos y cánticos para inhalar una bocanada de aire antes de volver al ruedo con “Hate To Say I Told You So”, que inyecta la locura colectiva que provocan estos singles de los vikingos. Sin duda, una experiencia sónica en 360 grados incluido el crowdsurfing de su cantante en un oleaje de manos interminable.
“Trapdoor Solution” nos acerca a lo más reciente de su cosecha en formato larga duración, mientras que “I ‘m Alive” se transforma en un blues cargado de potencia atómica con el machacante ritmo de batería y disonantes riffs de guitarras y una vociferante declaración de intenciones en el nombre del rock and roll.
Ya pasamos de largo la mitad del concierto y aún queda munición para seguir disparando canciones nuevas como “Smoke & Mirrors” ,esta vez en formato ramoniano hecho en Suecia para no decaer en intensidad. “Two Timing Touch and Broken Bones”, del lejano Tyrannosaurus Hives (2004), pondría al personal a bailar en una gran bola humana de energía y sudor elevando la sensación de terminar a un nivel infernal.
Pelle, que maneja el español con soltura, anuncia el final del aquelarre con un corte de su última producción discográfica, “Countdown to Shutdown”, cerrando así una noche bajo la imaginería de Randy Fitzsimmons en las sombras. Aplausos y gritos jalearían a los Hives de retorno a las tablas en toda una explosión musical del combo escandinavo, “Come On”, ya coreado antes de empezar provocando el delirio de Pelle con patadas aéreas al estilo Shaolin y dirigiendo el pie de micrófono al público para interactuar con la concurrencia.
Y como colofón “Tick Tick Boom” (en su momento se popularizó por el anuncio del Citroen 3), rescatada de los archivos de ‘The Black and White Album’. A estas alturas, era imposible no sumarse a la fiesta y la interacción recaía principalmente en Pelle, plantándose a pie de las vallas de seguridad apuntando el micrófono para cantar con sus fanáticos antes de finalizar en seco y dirigir una palabras dignas de la Real Academia Española: “Ahora es el único momento del concierto de los Hives, toda la gente en silencio”. Toda la sala se ponía en cuclillas para activar el salto final con el que terminaron su enésima presentación por tierras condales.
The Hives son una bomba de relojería a punto de estallar donde el rock nunca muere, sino que se trata de un cadáver exquisito de sinfonías eternas.
Los suecos The Hives con una exclusiva entrevista fueron también protagonistas fundamentales del número 454 de La Heavy, que llevaba a Corey Taylor a la portada y además aumentaba a 100 páginas por el mismo precio. Encontrarás también otros contenidos relevantes de Royal Blood, U.D.O. o Leyendas del Rock. Visita nuestra tienda online para no perderte nada.
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1 comentario
Sinceramente no me gusta estos poperos comerciales suecos con los cual me la suda leerme dicho "resumen".