Crónicas

Steve Hackett: Maduro esplendor progresivo

«Ha sido uno de los conciertos del año, con un guitarrista sensacional como Steve Hackett, que ha influido en muchos de los grandes guitarristas, como Brian May, Eddie Van Halen o Alex Lifeson, y que a sus setenta y tres años se encuentra en plena madurez física y creativa sobre un escenario»

25 junio 2023

La Riviera, Madrid

Texto: José Luis Martín. Fotos: Iñigo Malvido (Donostia)

Después de conciertos mastodónticos en grandes estadios y de grandes festivales de varios días, se agradecen propuestas más intimistas en salas, aunque, en este caso, revisitar un clásico como ‘Foxtrot’, de comienzos de los setenta, de la época dorada de uno de los pilares del rock progresivo, como fueron Genesis, no era un hecho menor. Una gira que fue aplazada varias veces por la pandemia, y que tras su anterior visita en 2017, dentro de los veranos del Jardín Botánico, significaba un periodo de tiempo considerable sin que Steve Hackett pasara por la capital para mostrarnos la calidad y el nivel musical que atesora.

El músico londinense ha sido considerado un artista innovador, preocupado por nuevos sonidos y con una considerable y vasta trayectoria, con múltiples proyectos como GTR (junto al guitarrista de Yes, Steve Howe), Squackett (con el bajista de Yes, Chris Squired) y Djabe (banda húngara de jazz fusión). Formando parte de Genesis, entró en 2010 en el Rock and Roll Hall o Fame.

El inicio del concierto, a las 20:30, con puntualidad británica, como suele decirse, sin artista invitado además, nos indicaba que la duración iba a pasar de las dos horas de largo, como así fue. El show iba a estar dividido en dos partes: una primera con grandes éxitos de la carrera de Hackett en solitario y después otra interpretando al completo una de las cumbres de la discografía de Genesis como es ‘Foxtrot’.

Arrancaban con un intrincado “Ace of Wands”, de su maravilloso debut en solitario, ‘Voyage of the Acolyte’, un trabajo fechado en 1975, del que repescó también un enérgico “A Tower Struck Down” y un extenso y épico “Shadow of the Hierophant”, con el que cerró el primer acto.

El sonido, para todos los que se quejan de esta sala, podemos decir que fue impecable, limpio, nítido y sonando cada nota de cada instrumento con total transparencia y definición. También hay que destacar, por supuesto, la extraordinaria capacidad de unos músicos, auténticos virtuosos, que lograban llevar las canciones al máximo nivel de excelencia.

A la voz solista se encontraba Nad Sylvan (de Agents of Mercy, proyecto junto a Roine Stolt de The Flower Kings), a los teclados Roger King, que permanece en la banda desde 2001; al saxo, flauta, clarinete, percusión, teclados y coros, Rob Townsend, también presente desde el mismo año que Roger, y muy habitual verle colaborando con grandes nombres del jazz; al bajo y a la guitarra de doce cuerdas Jonas Reingold (The Flower Kings, Karmakanic, The Tangent, Kaipa) y a la batería Craig Blundell, todo un referente en el mundo progresivo, contando con un programa de televisión y de radio.

Entre medias no faltaron una deliciosa “Every Day”, con un duelo entre Hackett, Townsend y Reingold, que fue presentada en español por el propio Hackett, mostrándose muy cercano y soltando palabras en nuestro idioma en varias de las intervenciones que hizo.

Extraordinaria resultó “Spectral Mornings”, que daba título a dicho álbum de 1979, y que incluía la anterior canción también, luciendo Reingold ese instrumento de doble mástil con guitarra de doce cuerdas y bajo, teniendo posteriormente su momento de lucimiento con un pequeño solo de bajo, enfundándose un vistoso Rickenbacker rojo.

“The Devil’s Cathedral”, con ese inicio tan marcado con el clarinete y el órgano, fue su cuota de producción más reciente, completando esta etapa en solitario con “Camino Royale”, de aquel ‘Highly Strung’ de su época ochentera.

Y tras veinte minutos de descanso, llegaba una obra excelsa como ‘Foxtrot’, que el año pasado cumplió su cincuenta aniversario, en manos de un músico como Hackett, que lo ha considerado como el mejor disco de Genesis, y perfectamente acompañado por unos músicos que tienen un mayor nivel que ellos cuando tenían 22 años y apenas experiencia. Él mismo reconoce que suena mejor en directo que en estudio, como pudimos comprobar.

“Watcher of the Skies” iniciaba este viaje musical tan fascinante, con unos teclados que dejaban paso después a las percusiones, hasta que entraba la majestuosa voz de Sylvan, que realizó un fantástico trabajo al echarse a la espalda las voces que Peter Gabriel y Phil Collins dejaron grabadas. En “Time Table” continuó con su magnífica labor, realizando pequeñas performances y cambiando su ropaje como en varias fases del concierto.

Tras “Get’em Out by Friday” y “Can-Utility and the Coastliners”, Hackett se quedó solo en el escenario con la acústica, en unos de los momentos más intimistas, y demostró que las influencias de la guitarra española han sido palpables durante toda su carrera, sintiendo admiración por la técnica que ha emanado de nuestros grandes instrumentistas.

El momento cumbre llegaba con una inmensa “Supper’s Ready”, una pieza de casi veintitrés minutos de duración, que contiene siete canciones más pequeñas y cuya letra hace referencia a la lucha entre el bien y el mal, con referencias al libro del Apocalipsis, y con un gran crescendo, que desemboca en una grandiosa catarsis final.

Qué tremendo placer ver cómo Hackett acariciaba las cuerdas de su guitarra, mientras que Sylvan mostraba sus cualidades vocales de forma muy emotiva, y el resto de músicos desempeñaban a la perfección sus papeles. Una larga ovación despedía a los músicos de forma momentánea.

Los bises se abrían con las notas al piano de King en “Firth of Fifth”, contando con uno de los momentos más estremecedores de la noche, en la parte donde se quedaba solo al clarinete Townsend y un silencio sepulcral llenaba La Riviera, algo casi inédito en este recinto, roto después por las palmas para acompañar la parte más rítmica.

La elegancia y la clase de Hackett, con un desgarrador solo de guitarra, es para que estuviera presente en todas las escuelas de música.

El solo de batería de todo un maestro como Blundel, daba paso después a la instrumental de Genesis “Los Endos”, perteneciente al álbum ‘A Trick of the Tail’, una ocurrencia de Phil Collins para que sonara como “The End”, el final, y que se utilizó también para cerrar sus conciertos.

Sin lugar a dudas, ha sido uno de los conciertos del año, con un guitarrista sensacional como Steve Hackett, que ha influido en muchos de los grandes guitarristas, como Brian May, Eddie Van Halen o Alex Lifeson, que ha explorado muchos estilos musicales además del progresivo, el blues, el pop y la música clásica, y que a sus setenta y tres años se encuentra en plena madurez física y creativa sobre un escenario.

Redacción
Etiquetas: , , , , ,

Categorizado en: , ,

Esta entrada fue escrita por Redacción

1 comentario

  • Juandie dice:

    Cojonuda crónica hacia el gran concierto que se marcó un ilustre a la guitarra como es STEVE HACKETT que a sus 73 takos sigue tan inmenso en directo como en sus mejores años. En aquella noche en La Riviera madrileña el inglés se centró en sus mejores temas temas en solitario como con alguna que otra versión de los históricos GENESIS banda en la cual militó.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *