Crónicas
Soziedad Alkoholika + Crisix: Total y absoluta demolición
«Lo que Soziedad Alkoholika despierta entre sus seguidores es toda una suerte de intensidad y liberación emocional que no puede ser más que canalizada por medio de una rabiosa y violenta catarsis en plena comunión con su música. O lo que es lo mismo, el compendio de variables perfecto para hacer de un concierto de S.A. una experiencia única e irrepetible.»
10 marzo 2023
La Riviera, Madrid
Texto: David Esteban @daesteor Fotos: Jason Cenador
Perfecta tarde noche preprimaveral en la madrileña Sala La Riviera para albergar entre sus muros lo que iba a convertirse en uno de los acontecimientos del año, y es que cada vez que los vitorianos Soziedad Alkoholika deciden recalar en la ciudad, la escena metálica de la capital se paraliza, sobre todo porque los vascos no se prodigan mucho por estos lares, quizá, debido a esa infame y vergonzosa cruzada que Esperanza Aguirre y sus secuaces se trajeron con la banda años atrás. Tiempos oscuros que esperamos no vuelven a repetirse.
Con extrema puntualidad saltaban al sencillo a la par que vistoso escenario los barceloneses Crisix, acompañantes de auténtico lujo, en esta reducida gira de S.A. por el territorio nacional. ¡Un combo como para perdérselo!
Con su simpatía habitual, y capitaneados por el siempre hiperactivo Juli Bazooka, acometieron sin piedad y con un excelso sonido por medio de “World Needs Mosh”, la perfecta llamada a las armas para que los asistentes comenzaran la cruenta batalla en el pit a base de saltos, empujones, remolinos, headbanging y toneladas de rudo mosh. La evidente y perfecta demostración de lo que los catalanes han venido a describir como "¡ultra fuckin thrash!"
Con el público en el bolsillo desde el primer corte, la banda enlazó con “Bring ’Em to the Pit”, toda una declaración de intenciones para sentenciar que esto no iba de broma. Mirada al pasado por medio de la veloz y contundente “Leech Breeder”, de su disco 'Against the Odds' de 2018.
Juli, con la voz en perfectas condiciones y haciendo gala de su increíble versatilidad, corría y saltaba, pie de micro en mano, como si el mismísimo diablo le persiguiera sobre el escenario acompañando la entrañable complicidad de la banda con el respetable para continuar mediante el tema que da título a su último plástico, “Full HD”, con unos latigazos de bajo por parte de Pla Vinseiro que pusieron a prueba los cimientos de la sala.
Siempre efectivo y demoledor, Javi Carrión aporreaba sin piedad los parches para iniciar la rápida y por momentos anthraxiana “Get Out Of My Head”. Siempre haciendo gala del sentido del humor, cabe tener presente cuando uno va a ver un show de Crisix que el factor sorpresa vuela sobre los presentes. Tal fue el caso que, en un intercambio de posiciones y roles, el siempre afable y sonriente guitarrista Albert Requena se colocó al mando de la batería cediendo éste su instrumento a Juli y siendo asumidas las labores de vocalista por Javi Carrión en la punkarra y divertida “Raptors in the Kitchen”.
Siguiendo el cambio de instrumentos, Pla Vinseiro se colgó la guitarra (luciendo las buenas maneras que mostraba también cantando en Mutant) para Juli asumir las cuatro cuerdas, Javi a la guitarra, Albert a la batería y ¡Marc Busqué al micro!, deleitándonos en este formato con un sensacional medley compuesto por “Hit the Lights”, “Walk” y “Antisocial”, títulos que no requieren presentación.
En la recta final, las celebradas “G.M.M. The Great Metal Motherfucker” y “Ultra Thrash” despidieron un concierto sobresaliente, corto pero intenso, que no hizo más que agrandar la legión de fans que los catalanes con esfuerzo, empeño y buen hacer se están labrando allá donde hacen acto de presencia.
Leves retoques sobre las tablas para ganar en espacio y desvelar un sobrio a la vez que bonito escenario flanqueado en la parte trasera por dos imponentes muros de amplificadores con la serigrafía de Soziedad Alkoholika, que en cuestión de minutos iban a poner en cuestión la solidez de la célebre Riviera madrileña.
No obstante, al finalizar el concierto quedó constancia de que los muros y cimientos de la estructura son firmes y sólidos, pues aunque la sala parecía un campo de batalla postapocalíptico, el edificio aguantó la brutalidad sónica de los vitorianos, no así, creo, las ya míticas palmeras que en mitad del local, evento tras evento, desafían regias cantidades de agresores decibelios. Esta noche lo pasarían realmente mal. Creedme.
Tras el inmortal “Ace of Spades” de los añorados Motörhead, tomaban posiciones los vascos para dar comienzo a su feroz castigo sonoro por medio de una inapelable triada compuesta por “Perra Vida”, “Pelota” y “Padre Black & Decker”, toda una declaración de intenciones dejando patente que la banda lleva en activo y en forma nada más y nada menos que treinta y seis años.
“Nadie”, de su excelente álbum 'Mala Sangre' (2008), y “Policías en acción” de su sobresaliente último trabajo en estudio, 'Sistema Antisocial' (2017), fueron las primeras representaciones de la segunda era de la banda, mucho más metalizada y crossover-thrash. Impresionante.
Con la sala literalmente patas arriba en un claro ejercicio de violencia desmedida por parte del respetable digno de estudio, lo que Soziedad Alkoholika despierta entre sus seguidores es toda una suerte de intensidad y liberación emocional que no puede ser más que canalizada por medio de una rabiosa y violenta catarsis en plena comunión con su música. O lo que es lo mismo, el compendio de variables perfecto para hacer de un concierto de S.A. una experiencia única e irrepetible.
“Tiempos oscuros” y la genial “Política del miedo”, muy celebradas por el público, sirvieron para que la banda continuara con su actitud de cero concesiones para con los presentes. Porque esto es S.A., señores. Soziedad Alkoholika en directo y ante su público es lo que para un Panzer en plena blitzkrieg su objetivo, es decir: rapidez, contundencia e incuestionable actitud para alcanzar la destrucción en grado máximo, pero en el caso de los vitorianos, ofreciendo el mayor disfrute para sus seguidores.
Y para ejemplificarlo, qué mejor que los tres siguientes cortes que cayeron como auténticas planchas de acero galvanizado: “Sueños rotos”, de aquel 'Ratas' del ya lejano 1995, “La aventura del saber”, del mismo plástico, y “Palomas y buitres”, del 'No intente hacer esto en su casa', de 1997. Inefable.
La veloz “Estado efermo” permitió a Juan continuar con sus incesantes movimientos, patadas al aire y “bailes” que no le restaron durante todo el concierto la más mínima capacidad vocal. El clásico y denso “Ratas”, perteneciente al disco del mismo nombre, supuso la locura generalizada para continuar con “Automarginado”, provocando idéntica reacción en el público.
La intensa “Buenos momentos” me pareció de las mejores de la noche junto con la posterior, “Piedra contra tijera”, instantes álgidos de la noche no sin antes deleitarnos por medio de “Sin dios ni ná” más “Peces mutantes”. “No kiero participar”, con Alfred reventando parches y baquetas, resultó demoledora al igual que la siguiente, la punkarra “S.H.A.K.T.A.L.E.”.
Encarando inevitablemente el final de la noche, todavía habría tiempo para dos “encores”; el primero de ellos, total y absolutamente apoteósico, conformado por “Cuando Nada Vale Nada”, “Sorprendente” –dedicada al barrio de Carabanchel– y, cómo no, “Nos vimos en Berlín”.
Desenfreno incansable entre los presentes para que la banda se despidiera y decidiera volver al escenario para, de manera espontánea e improvisada, regalarnos otro “bis” por medio del clásico “Motxalo”.
Tarde-noche para el recuerdo, en la que, una vez más, Soziedad Alkoholika demostró que donde pone pie no crece la hierba –en el mejor de los sentidos– y que allá donde van las demostraciones de entrega y de cariño por parte del público son infinitas y generalizadas, porque se han ganado, después de una larga y exitosa trayectoria, el título de banda célebre y clásica –con mayúsculas– en lo que a la música del pueblo de este país se refiere.
Su música es reconocible y multigeneracional, al estilo de Barón Rojo, Obús, Leño, La Polla Records, Barricada… es un hecho que hemos de reconocer.
Un saludo para Víctor, compañero incansable en aquella noche resistiendo las continuas y comprensibles envestidas de la “disfrutona” masa al ritmo de la música de S.A. ¡Cómo mola el heavy-rock!
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1 comentario
Cojonudo como larga crónica hacia dos de nuestras bandas más metaleras como son los históricos SOZIEDAD ALKOHOLIKA como una de las mejores bandas de Thrash Metal a nivel mundial como son CRISIX en este concierto conjunto en La Riviera madrileña a través de estos grandes y potentes temas por parte de ambas bandas y con alguna que otra versión.