Crónicas
Sôber en La Adrada (Ávila): Liturgia para guardar en las retinas
«Al color del estío que mira a su fin, disfrutamos una vez más del poder de la música en vivo alejada del fervor de las grandes capitales, y en este caso, incluso del fervor propio de las composiciones originales.»
12 agosto 2022
Castillo de La Adrada, La Adrada (Ávila)
Texto: Javier Pérez. Fotos: Sandro Santos
Con el sobrenombre de “Bajo las velas”, Sôber se presentaron en el incomparable marco del Castillo de La Adrada, encuadrado en el Tiétar Festival, iniciativa que desde hace varios años promueve el Ayuntamiento de la localidad llenando de cultura y ocio los veranos de la villa.
Con nombres para este año que van desde la magia de Jorge Blass hasta el pop con clase de Los Secretos, pasando por el regreso de Miguel Ríos 40 años después de su primera visita a este encuadre del valle, los madrileños Sôber se permitieron el gustazo de asaltar el castillo, un reformado enclave que desprende magia única y efectiva para este tipo de veladas.
Le dieron la vuelta a su repertorio habitual para, con una iluminación íntima y banquetas para los artistas, saborear desde arriba un aroma de noche única; y hacernos partícipes de la historia a los de abajo, claro. Un lleno cómodo, de estos que hacen que se vea ambiente sin sentirte agobiado en ningún instante, condujo una situación que inauguró musicalmente con “Sombras”, cuarto de hora por encima del horario previsto.
Si de primeras creo que todos nos sentimos algo fríos, “Blancanieve” y “Eternidad” remaron con poderío metiendo en harina el sentir presente. “Vulcano” y “Verona” entraron fáciles, mientras “Cubos” perdía el ritmo que ganaba en calidez. “El hombre de hielo” siempre fue de mis favoritas, y en este caso la remodelación fue menos costosa.
El motivo acústico del festín resultó no ser tal cual, ya que las guitarras eran eléctricas con la distorsión apagada, y el bajo de Carlos se mecía más al ritmo de los dedos que al golpe de púa de su metalera versión lógica. Todo ello permitió un lucimiento artístico inverosímil, que no por ello imprevisible, agradable al oído y la vista.
Sôber dejándose llevar, encontrando a cada segundo mejor el ritmo de la cálida noche, se decantaron por “Lejos” y “El día de la liberación” para mediar el espectáculo, antes de afrontar un “Náufrago” que hizo vibrar a los congregados. “Arrepentido”, cargada de metal contenido, les saca de tablas.
Para el bis lanzan música enlatada mientras Carlos, micro en mano, canta entre el público “Estrella Polar”. El paseo por toda la pista produjo abrazos y cercanía, emoción y alegría. Ya con toda la banda en liza, cierran el corte en vivo para anunciar “Eclipse”, una de las que tampoco necesitaban muchos reajustes.
“La escalera” no la esperábamos, pero “Tic Tac” sí. El final gira sobre “Cubos” y “Diez años”, que aprovechan para presentarse ante La Adrada y despedirse con una sonrisa sincera.
Al color del estío que mira a su fin, disfrutamos una vez más del poder de la música en vivo alejada del fervor de las grandes capitales, y en este caso, incluso del fervor propio de las composiciones originales. Aplausos y satisfacción de todos y para todos en una liturgia que se llevó hora y tres cuartos para guardar en las retinas.
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1 comentario
Un placer haberme leido este pequeño resumen hacia el gran concierto que se marcaron una de nuestras bandas de Metal Alternativo más históricas como son los madrileños SOBER presentando su álbum ELEGIA en dicha localidad abulense en su cojonudo castillo.