Saurom: El pájaro fantasma voló en la noche de Halloween

Las visitas previas a América latina promocionando su último trabajo de estudio, 'El pájaro fantasma', habían levantado una expectación inusual ante la llegada de Saurom a Sevilla, y eso se palpaba en el ambiente al llegar a la sala y ver la cola que había formada a más de una hora de la apertura de puertas.

Ni qué decir tiene que era una noche especial por varios motivos: el primero y evidente porque no todos los días se puede asistir a un concierto la noche previa al día de difuntos (noche de Halloween), con lo que eso conlleva. El segundo era que esa peculiaridad se reflejaba en la cantidad de público disfrazado que había y al que obsequiaría la banda con el regalo de una púa, creada expresamente para la ocasión, a la entrada al concierto (un disfraz-una púa). Y el tercero, que desde que se supo de la fecha del concierto todos suponíamos que la canción estrella del show, evidentemente, sería “Noche de Halloween”, que fue editada en el año 2012, incluida en su disco 'Vida'.

Dicho esto, y con el cartel de “todo vendido”, algo que no se daba en la sala con una banda de rock desde hacía muchísimo tiempo, y que me recalcaba Antonio Donovan después del concierto otorgándole la importancia que para ellos tenía haberlo conseguido por fin, creo que era un sentimiento generalizado el que algo fuera de lo normal iba a ocurrir esa noche. A todo lo ya comentado, también se sumaba el hecho de que Eli Amoedo iba a estar interpretando sus temas con Migue, y que teníamos la suerte de presenciar las colaboraciones de Isra Ramos, Agustín Reseco y Ramón Lage.

A veces intento conseguir el listado de canciones antes de que empiece una actuación, sobre todo si con el grupo al que voy a ver no estoy demasiado familiarizado, pero tratándose de Saurom, que no es ese el caso, y que además sé lo que pueden sorprender y lograr durante el devenir de su show, prefiero mantener esa incertidumbre que a la larga me sirve, pienso, para plasmar mejor lo que pueda sentir cualquier espectador sin esa información previa.

En el escenario, la batería la habían colocado a la izquierda, según la mirada del espectador, y el teclado a la derecha, dándole todo el protagonismo a la portada de 'El pájaro fantasma', que lucía en una lona de fondo en todo su esplendor en la parte central y donde se proyectarían imágenes relacionadas con cada tema que tocaran.

El grupo, a excepción del Juglar Narci, salía a escena con un escueto maquillaje en sus caras, y la elección para abrir la actuación creo que fue la más acertada: “El pájaro fantasma”. Por fin, después de tantas escuchas en casa, la épica de esta música y letra llegaba a nosotros en todo su esplendor con la interpretación conjunta entre Migue y Eli.

Tras la intro, el siguiente tema nos hacía partícipes del día a día cuando después de escuchar (que no ver) “Amanecer” nos tiraban de las orejas a los seres humanos por el maltrato a nuestro planeta. “La hija de las estrellas”, basada en una leyenda popular de Panamá (¡literatura al poder!) daba paso al primer gran momento, también esperado y deseado por todos. Con “No seré yo” aparecían en escena Isra y Ramón para interpretar esta pedazo de letra con la que el noventa y nueve por ciento de nosotros podemos identificarnos perfectamente, juntándose en un mismo escenario tres de las voces más personales de este país.

Las festivas y divertidas “Músico de calle”, “El queso rodante”, “La batalla con los cueros de vino” (de nuevo literatura al poder...) y “La leyenda de Gambrinus” (ésta última creo que no me equivoco al decir que se le tiene especial cariño en Cádiz y Sevilla por motivos cerveceros) dan para mucho, y es donde la flauta, el violín y una pandereta aparecen de mano de Narci mientras Santi se aparta de su teclado por unos minutos para apoyar con su acordeón.

Este cuarteto de temas hacían de trampolín hacia la parte central del show. A estas alturas, ni qué decir tiene que la sala al completo estaba entregada a la magia que los gaditanos llevan creando año tras año, coreando cada uno de los temas.

La cuarta colaboración de la noche recaía en  Agustín Reseco, interpretando junto a Miguel Ángel Franco el tema “Nostradamus”, encargándose el invitado de las voces guturales del tema en cuestión.

No hubo tiempo más que para coger aire y un poco de impulso para disfrutar con “Salta”, que dio paso a “Mejor sin ti”, que es interpretada con Migue acompañado por su acústica, que la dedica con sorna a los jefes.

Justo en el ecuador de la actuación recibimos una letra maravillosa en “Memorias de un héroe” y dos baladas: “Soñando contigo”, sin duda es una de las canciones candidatas a que un hijo o hija se aprenda de memoria para ayudarle a aprender y a crecer… y “Cuando nadie nos ve”.

Ante el requerimiento de Narci, que a veces se encargaba de presentar las canciones, turnándose con Migue estas labores, preguntando por la tierra de Bécquer y la posterior respuesta del público, primero se iniciaba “el chaparrón” de agua que sirve como intro a la canción, el suave y pausado punteo de guitarra y luego la melodía principal del tema con el que más saltaron seguramente los fans de Saurom. “El Monte de las Ánimas”, de su disco 'Once romances desde Al-Andalus', resonaba en la sala acompañado del vaivén arriba y abajo de las cabezas del público, siendo uno de los momentos álgidos de la noche.

A la gran mayoría se les escapará, pero esta canción también está muy relacionada con la fecha en la que estábamos, ya que dice: “Es día de todos los Santos y la noche ya está al llegar..."

Momento para tomar resuello (como diría el gran Elfidio) y asimilar sensaciones antes de disfrutar de otro de tantos poemas con música a los que nos tienen acostumbrados estos gaditanos. Hay grupos que dedican canciones a la música, ellos llegan más lejos dedicándole piropos. “Música” es el título en el que muestran lo que es para ellos lo que para muchos es la expresión de arte que más transmite en todos los sentidos.

Y de nuevo volvíamos a los 'Once romances...'. Se bajó del Monte de las Ánimas piropeando a la Música, dedicándole poesía a la luna con “Romance de la Luna, Luna”, con Eli de nuevo sobre las tablas, para después bajar al suelo que pisamos, al suelo de las leyendas que, como las de Bécquer, tanto le gusta cantar a los de San Fernando (eché de menos “Ojos verdes”) para contarnos-cantarnos la leyenda de “La Llorona”, del folclore hispanoamericano de origen en México, con una versión que estoy seguro le encantaría a la mismísima Chavela Vargas. Los arreglos de trompeta esta canción la hacen única, y el sombrero mexicano utilizado por Migue, ¡imprescindible!

“La Musa y el Espíritu” nos ponía de nuevo los pies en la tierra relajando y rebajando pulsaciones para sacar una sonrisa a todos con uno de sus temas más populares de los útlimos años: “El lazarillo de Tormes”.

No conozco muchas canciones en las que la melodía y la letra casen tan bien y te dé la sensación de estar escuchando una historia con música en la que la letra no esté metida con calzador. Esta es una de ellas.

No nos había dado tiempo de mirar el reloj, o mejor dicho, no lo hemos mirado por que no es necesario, pero inevitablemente nos damos cuenta de que ya queda la última andanada de temas y sí, entonces caímos en que era la noche que era y que, sobre las 12:00, tocarían “Noche de Halloween”, así que ahora sí que giramos nuestras muñecas para ver cuánto nos quedaba de concierto aproximadamente.

Sonaba “Se acerca el invierno” (y nunca mejor dicho). Eli Amoedo volvía a acompañar a Migue a las voces y, como me gusta ponerle “peros” a casi todo, éste sería el “pero”. Yo hubiese incluido “Ojos verdes” en lugar de este tema. En fin, cuestión de gustos.

La recta final la traían bien preparada. Una trilogía de temas en la que no se para quieto (y digo trilogía por separarlos de la penúltima canción, que fue la que sonaría entre el martes 31 de octubre y el miércoles 1 de noviembre).

La primera de ellas, “El Carnaval del Diablo”, que con eso que había tanta gente disfrazada de temática “horrorosa” había mucha concordancia. Luego, “El círculo juglar”, el cual costó un poco de trabajo crear por el lleno en la sala; y el tercero, “Fuego”, un tema de su último trabajo de estudio, muy apropiado también para que el público lo coree junto al grupo.

Y ya, sí que sí. Era la hora. “Noche de Halloween” se apropiaba de la sala y la fiesta era total. Se nos habían pasado dos horas y a nadie se le había hecho largo.

Y tan a gusto estábamos todos que faltaba la última canción para que salieran todos los invitados a cantarla junto con el público. Una gran cantidad de globos de colores gigantes aparecieron desde el foso hacia nuestras cabezas para que la gente los golpeara mientras sonaba “La taberna”, tema elegido como broche idóneo para una cita de tal calibre.

Destacar también, que el concierto no hubiera sido lo que fue si no hubiese disfrutado de un muy buen sonido y un juego de luces espectacular. Eso sí, a la sala, un único reproche: aunque para algunos no será caro el precio de la cerveza, sí me parece un abuso que cobren tres euros por una botella pequeña de agua.

De Saurom… ¿Qué decir nuevo y que no parezca repetitivo? Sinceramente, pienso que son una banda imbatible en directo y que es la que más tiempo lleva en plena forma desde hace unos cuantos años hasta ahora. Son una apuesta segura, nunca defraudan, y cuando digo nunca, es nunca.

Si todo ese trabajo, esa calidad y ese empeño lo riegas con simpatía y humildad a raudales, el resultado es el que es, no hay más artificios que los que ellos usan de vez en cuando. Hasta la próxima, juglares. ¡Gracias por darnos tanto!

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