Crónicas
Sal De Mi Vida: Mil botellines
«Entre que ese rock tan chuleta al estilo madrileño es un buen colchón para evocar “Recuerdos” y que las bebidas fermentadas circulaban con fluidez, pronto consiguieron que la audiencia se agrupara a los pies del escenario»
Sala Rockville, Madrid
Texto: Juan Destroyer. Fotos: Juan Destroyer y Charly RnR
Tras unos meses de haber visto al cantante Beni García varias veces en nuestra oficina a cuenta de la exposición de Sal De Mi Vida en nuestros medios, ya tenía yo ganas de “pillarle por banda” (la elección de la expresión no es gratuita) encima de un escenario.
Era la primera ocasión en que asistía a un concierto del grupo, que además actuaba en horario vermú, así que sentía mucha curiosidad por saber qué me depararía tan tempranero llamamiento en una sala tan atractiva como es Rockville.
Antes estuvo 13 Bites, un interesante conjunto, también madrileño, que oscila entre el pop y el rock. Lamentablemente no me dio tiempo a llegar y solo pude escuchar “An Imaginary Time”, en la que su vocalista Jorge R. Rico se bajó con la guitarra acústica entre el público para animarle a seguir el estribillo.
Te lo dirá cualquier dueño de sala en lo que a la barra concierne: más gasta un “currela” talludito que dos estudiantes eruditos. Puede que a Sal De Mi Vida le costara unos minutos romper el hielo “Después de tanto tiempo”, pero entre que ese rock tan chuleta al estilo madrileño es un buen colchón para evocar “Recuerdos” y que las bebidas fermentadas circulaban con fluidez, pronto Beni consiguió que la audiencia se agrupara a los pies del escenario.
Por cierto que quiso dedicarle el divertido y movidito “Mil botellines” a alguien que ya no está con nosotros y a quien le encantaba el vermut. Tampoco dio un nombre concreto cuando presentó “Si te muerdes te envenenas”, una canción cuya inspiración discotequera se difumina en directo y cuya letra va sobre “alguien a quien le gustaba mucho la libertad”, culminada con sorna recordándonos que en cada balcón ha de lucir una planta… Maru Barreiros había subido para hacer unos coros que se escucharon poco, y se quedó en el escenario, ya sentada al teclado, su rol natural en una banda de la que es miembro oficial desde hace pocas semanas.
“Dímelo a cara”, con los aires de rock sureño imprimidos por las guitarras de Manu Sirvent y Gerardo Núñez, fue lo primero que interpretaron como sexteto, aunque, obviamente, donde más destacó la labor de Maru fue en la balada a piano “Déjame jugar”.
Lejos de esconder la influencia de Tequila en la marchosa “Tú ya sabes”, Beni los cita en la letra, así que a nadie extraña que tenga una mención honorífica para ellos a través del micrófono.
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El macarra “La carretera”, primer single del disco, a mi juicio los acerca al sonido de Los Enemigos más guitarreros, pero qué duda cabe que la principal herencia de Sal De Mi Vida es la de Burning, de quienes versionan “Balada para una viuda” en compañía además de un músico ligado a la historia de los de La Elipa: Lorenzo Azcona. El reputado saxofonista, cuyo currículum impresiona y es demasiado largo para replicarlo en esta crónica,se quedará ya el resto del concierto.
Después de preguntar Beni a su gente quién no había visto todavía el videoclip, sonó “Solo en Madrid”, quizás la canción del último disco en la que más destaca el saxo; por cierto que tocaron ocho de los diez cortes del álbum, habiendo poco espacio para temas anteriores. Pero uno de los que no podía faltar era “¿Y ahora qué?”, que obtuvo un magnífico reconocimiento y, alargado, sirvió para presentar, con momentos a lucimiento individual, a los miembros de la banda.
Empezó el frontman por la base rítmica, compuesta por el batería César Vozmediano –el más joven de todos, a cuyos padres, que asistieron al show, se les dedicó la canción- y el bajista Ángel García.40 años llevan juntos Beni y Manu, y este fue el encargado de hacerle los honores al cantante que, durante breves instantes y a petición de alguien del público, se quitó las gafas de sol que había tenido puestas todo el concierto.
Manu sacó el bottleneck para la sensual “Una noche muy lejana”, esa historia “que nos ha pasado a todos”. El final pedía un tono más festivo, y “Dejarme llevar” cumplió con creces el objetivo. Lo alargaron para invitar a un buen puñado de amigos del grupo a invadir el escenario y ayudarles con el estribillo. Tan poblado estaba aquello que Gerardo hizo la gracia de desaparecer por la puerta de emergencia.
Si te lo perdiste y vives en la Comunidad de Madrid, vas a tener dos oportunidades de enmendarlo: el 8 de julio en el Teatro Montalvo de Cercedilla y el 9 de septiembre en la sala El Sol de Madrid, donde el grupo ya ha actuado con anterioridad y buen poder de convocatoria.
Si quieres saber más sobre la banda, harás muy bien en leerte la extensa entrevista a Beni García que recientemente publicamos en MariskalRock, realizada por un especialista en rock español como es José Luis Martín.
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1 comentario
Rockero y cañero concierto el que realizaron estos veteranos músicos como son SAL DE MI VIDA presentando su nuevo álbum en la Rockville madrileña.