Crónicas
Pignoise: Confeti, sudor y lágrimas
«Pignoise tiene un futuro lleno de nuevos peldaños llenos de éxitos. Os diré lo mismo que dije en Barcelona: nosotros queremos disco nuevo y otra gira multitudinaria»
7 marzo 2025
Movistar Arena, Madrid
Texto: Pau Peñalver. Fotos: Alfonso Dávila
Pignoise cerró en Madrid y ante quince mil fervientes seguidores lo que había iniciado en el Sant Jordi Club de Barcelona el pasado 30 de noviembre. La gira de su 20º aniversario está llegando a toda la geografía con rotundos éxitos y colgando carteles de "sold out" en toda regla. El trío (cuarteto en el escenario) liderado por Álvaro Benito está convirtiendo su "The Oinks 2024" en una gira rentable y que demuestra que les quedan, mínimo, dos décadas más para recoger todo lo que sembraron hace años, desde que debutaran con ‘Anunciado en televisión’.
Salieron a escena puntuales con música de Biffy Clyro, un guiño necesario a sus influencias y a la nueva aventura de Álvaro con sus Chicle. Arrancaron las dos horas de show con "No sentar nunca la cabeza", toda una declaración de intenciones del estado actual de Pignoise en el panorama musical español. Y volvimos al 2006 con "Por verte" y "Ando perdido". El Movistar Arena (otrora WiZink Center) se convirtió en un karaoke colectivo que apenas paró para respirar lo justo y necesario.
La noche pintaba muy interesante con momentos históricos ya que los invitados eran de primera categoría y la lagrimilla a punto de salir en cada canción. "Cama vacía" llegó como la lluvia de Madrid, en el momento justo y como si la ciudad llorara de emoción de albergar semejante comunidad musical y emocional.
Sin duda, veo un futuro estable para Pignoise y un curso 25-26 lleno de trabajo para Álvaro de Benito, Héctor Polo y Pablo Alonso. Quiero otorgar mención de honor a Sergio Santabárbara, que los acompaña como guitarrista durante toda la gira del 20º aniversario. Pero el presente nos lo trajeron los dos temas de ‘Diversión’, su último trabajo discográfico de 2021: "Huesos" y, sobre todo, "Una sensación" parecen clásicos de su catálogo pese a tener apenas cuatro años. Después de lo vivido en Madrid, ya toca disco nuevo, chicos.
Y después de "Todo se muere" subió al escenario Hens para cantar "Quiero". El primer invitado de la noche fue acogido con menos entusiasmo, pero cuando sonó el tema en sí ya era parte de la familia Pignoise. "Como soy" nos llevó de vuelta a la época de "Los Hombres de Paco" y cuando salió Willy Bárcenas a cantar "Todo me da igual" eso ya era una locura colectiva imparable. Ni lluvia ni hostias. Lo que no esperábamos es que acto seguido se marcaran "Sirenas" de Taburete. Apoteosis descomunal y las expectativas, en un giro de guion, subieron un peldaño y eso que parecía imposible.
"Como un loco por ti" sentenciaba el baño de multitudes y la mitad del concierto. La banda está en plena forma y al grito de "¡arriba, Madrid!", todo cobraba sentido. Era una noche para celebrar la eterna juventud de Álvaro, la reciente paternidad del batería, la constante adolescencia de Pablo Alonso y el triunfo de una amistad que lleva veinte años dando guerra.
Y entonces apareció Rulo sin su Contrabanda, una leyenda del rock español, para cantar "Sigo llorando por ti". Fue alucinante vivir eso en vivo y en directo. Vuelta a los inicios con "Mentiras" y de nuevo invitados de categoría con Los Secretos y "Sin ti". Nostalgia que no acabó y continuó con "Me quedo en el infierno". Marlon apareció como invitado para refrescar y limpiar las lágrimas y alegrarnos con "Sube a mi cohete".
"Al pisar" sirvió para poder respirar y dar la bienvenida a otro mito viviente, el señor Loquillo, que pisó el escenario del Movistar Arena y se quedó con quince mil almas entregadas. Primero fue "Nada podrá salvarte", frase que habrá oído el Loco tantas veces durante toda su carrera, pero que le convierte en la radiografía perfecta de un superviviente. La apoteosis llegó y se celebró con serpentinas y fue el momento justo cuando Álvaro no dejó marcharse al capo del rock and roll sin antes demostrar que es una estrella cantando su "Cadillac solitario". Me imagino al señor Benito escuchando en su habitación de Salamanca o en las concentraciones del Real Madrid este tema non-stop pensando en cómo sería ser una "rock & roll star"… Álvaro, lo has conseguido.
"Dame tres días" es lo que pensé yo cuando acabó el concierto para poder asimilar lo vivido, y sirvió para encarar el tramo final con cuatro himnos intergeneracionales. Salió David Summers de Hombres G y cantó "Sufre, mamón" (canción que no se encuentra en Spotify) y acto seguido "Nada que perder". El lanzamiento de confeti se nos enganchó en los lacrimales y en el sudor.
Es curioso ver cómo en el listado de canciones apuntaron Palacio de los Deportes. Qué buena y grande es la melancolía de los cuarentones. Pignoise cerrando "su gran noche", como decía Raphael, aúno a muchas generaciones. Vimos madres e hijos, padre e hijas, abuelos y nietos. Todo el mundo se desgañitó con "Estoy enfermo" y "Te entiendo".
Y es así. El virus de Pignoise lleva 20 años en nuestras venas, pero se entiende la devoción con semejante repertorio. Fue una noche que se nos hizo corta pese a sonar la friolera de 25 temas, y acabó con la confirmación de que menos es más.
Pignoise tiene un futuro lleno de nuevos peldaños llenos de éxitos. Os diré lo mismo que dije en Barcelona: nosotros queremos disco nuevo y otra gira multitudinaria. ¿Volvemos al Movistar Arena en 2026?
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