Crónicas
Monsters of Rock Cruise 2023: Michael Schenker, Extreme, Queensryche o Stryper al frente
«Volvemos a las aguas del Caribe a bordo del Monsters of Rock. La siguiente reseña trata de ilustrar el desempeño de las agrupaciones más importantes que formaron parte de este crucero del rock»
Del 29 de abril al 4 de mayo
Port Canaveral, Puerto Plata, Labadee
Texto: Javier Izurieta. Fotos: Marcelo Dalceggio / Guillermo González / Juan Lenis
Los cruceros temáticos se han convertido en casi un ritual que, año tras año, se repite para mucha gente. La inmejorable posibilidad de disfrutar de una gran cantidad de artistas y grupos musicales en pocos días sin el esfuerzo que en cierto momento implican los grandes festivales es un gran incentivo para viajar durante cinco días y, como si fuera poco, se suma la posibilidad de visitar distintos puntos del casi perfecto Caribe. Si te gusta el metal más extremo, tienes un crucero. Si lo tuyo es el rock progresivo o el rock clásico, también tienes sendos cruceros para vivir una experiencia única.
En el caso del Monsters of Rock Cruise (MORC), este crucero trata de combinar de manera balanceada grupos clásicos de hard rock, heavy metal y rock melódico con agrupaciones que, desplegando los estilos musicales antes mencionados, no tienen el mismo renombre de algunos de sus ilustres colegas, por lo que se hace difícil, dependiendo de tu lugar de residencia, poder verlos en directo alguna vez y ésta es una oportunidad casi única para poder hacerlo.
Pero, además de disfrutar de los shows en vivo, participar de esta aventura te abre la puerta a casi “convivir” a diario con algunos de los músicos que seguramente admiras. Salvo contadas excepciones, te cruzas frecuentemente con ellos, puedes conversar tranquilamente, hacerte fotos y hasta invitarlos a beber algo, claro está, dependiendo de la voluntad o el humor de tu “victima” de turno.
Por ejemplo, fue imposible cruzarse con Doro Pesch o con Rick Allen de Def Leppard, quien subió a bordo para vender sus obras de arte y solo apareció en una charla a la que para concurrir había que pagar un extra, por supuesto.
Cada agrupación o solista tienen aseguradas dos presentaciones en distintos horarios para que, en teoría, puedas disfrutar de todos los músicos embarcados entre cuatro lugares reservados para realizar los shows: “Promenade”, que es un teatro en toda regla con un escenario enorme, butacas, balcones, etc.; “Studio B”, una especie de pista de baloncesto cubierta con tribunas al fondo y a los costados; “Star Lounge”, que es un pub de grandes dimensiones con un escenario pequeño y, finalmente, “Pool Stage”, que cuenta con una estructura montada en cubierta para conciertos al aire libre.
Si te organizas bien, puedes ver muchas bandas o repetir tus favoritas. Participan además algunas figuras reconocidas del mundillo del rock como el presentador y productor Eddie Trunk o DJWill, que es el disc-jockey oficial desde hace muchos años del famoso Rainbow de Los Ángeles, musicalizando toda la travesía, entre otros. Además, hay distintas actividades, como “Photos Experience” o Q&A (preguntas y respuestas) con muchas de las bandas participantes, concursos, etc.
La siguiente reseña trata de ilustrar el desempeño de las agrupaciones más importantes que formaron parte del MORC 2023. Injusto sería dejar de lado o no mencionar a aquellas bandas que, por razones de tiempo, logística o simplemente gustos musicales, solo pude disfrutar parcialmente como por ejemplo: Vain, Dirty Looks, Rose Tatoo con un Angry Anderson que todavía sabe cómo llevar su salvaje y picante rock ’N’ roll como bandera, la nueva princesa del rock melódico, Chez Kane; el siempre práctico guitarra Joel Hoekstra, la reina absoluta del metal, Doro, y sus muy leales súbditas, Burning Witches; el inefable Ted Poley y su batería de éxitos de Danger Danger, los azucarados Reckless Love, los competentes pero ya algo reiterativos Great White, la sorprendente familia musical Liliac, Autograph (sin miembros originales en sus filas) algo decepcionantes, los siempre confiables Hardcore Superstar, sin olvidarnos de Lynch Mob, con un George Lynch que aún reniega de su pasado en Dokken, pero no le queda otro remedio que interpretar las canciones del cuarteto californiano para que su show levante temperatura.
Chris Holmes
La presentación del exguitarrista de W.A.S.P. era una de las grandes incógnitas del crucero. Después de superar una difícil enfermedad (cáncer de garganta y cuello) era lógico tener ciertas dudas acerca de cuál sería su desempeño sobre el escenario. Lo cierto es que Holmes cumplió e incluso superó todas las expectativas previas.
Con una banda muy bien ensamblada, el legendario músico californiano recorrió no solo parte de su carrera en solitario, sino que también, gracias al apreciable aporte de Oliver Tindall en la guitarra rítmica y sobre todo en las voces, muchos de los eternos clásicos de W.A.S.P. vieron la luz.
Desde “L.O.V.E. Machine” hasta “On Your Knees”, “Wild Child” o “Blind in Texas” fueron de la partida. Todas ellas ejecutadas con una contundencia y precisión remarcables, reforzadas por Tindall, quien consigue casi de manera perfecta emular el tono vocal de Blackie Lawless en épocas de gloria.
En su segunda presentación, Holmes se retiró del escenario con una mano ensangrentada debido a un corte provocado por las cuerdas de su propia guitarra, pero exceptuando este inconveniente, quedó demostrado que al momento de entrar en escena Chris Holmes logra dejar atrás su pesado bagaje de problemas y convertirse (por lo menos en parte) en aquel aguerrido, salvaje y explosivo guitarra líder que fuera parte imprescindible para que el grupo que le dio fama mundial se convirtiera en un referente del mejor metal americano.
Tesla
Debo confesar que nunca fui un fanático o continuo seguidor de Tesla, una de las bandas que podrían denominarse como cabeza de cartel del MORC 2023. A pesar de haber visto al grupo en directo en un par de ocasiones previas (siempre en Europa), me pareció casi obligatorio asistir a uno de sus conciertos para ver si la eficacia del quinteto en escena seguía intacta y, de paso, comprobar la reacción del público americano, que colmó la sala del teatro más grande del buque.
Liderados por la estupenda guitarra de Frank Hannon y la voz de Jeff Keith, el grupo aun consigue con muchos de sus clásicos, como “Modern Day Cowboy”, “Changes”, “Love Song” o el cover que hicieron suyo de “Little Suzi”, mantener el estatus de calidad y el empuje sonoro que aún en los años ochenta los diferenció dentro del enorme pelotón de grupos de hard rock emergidos en aquella mágica década.
Si bien Keith finalizó la presentación con su voz en no muy buen estado, en reglas generales Tesla cumplió con creces con lo que se espera de ellos. Ni más ni menos.
Treat
Quizás fue la mayor decepción del crucero, pero no debido al grupo en sí, sino porque Treat fue la única banda que debió suspender uno de sus dos conciertos. Esto se debió a que su segunda presentación estaba programada en cubierta, pero por razones meteorológicas adversas (un viento tremendo), los organizadores decidieron directamente cancelar el show en lugar de reprogramarlo.
Si a esto le sumamos que su primera actuación se vio reducida drásticamente en el tiempo debido a atrasos en la preproducción y pruebas de sonido, como si fuera poco, su líder y principal compositor, Anders Wikstrom, tampoco viajó con el grupo, siendo eficazmente reemplazado por Magnus Henriksson de Eclipse; la desilusión de muchos de sus seguidores fue mayúscula, sobre todo debido a que Treat no es un grupo que suela presentarse en directo muy a menudo.
Sin embargo, su única y breve actuación en el “Studio B” fue lo suficientemente poderosa y emocionante como para constatar que Treat aún pertenece a ese selecto grupo de bandas suecas que mejor desarrollan ese reconocible sonido del mejor hard melódico escandinavo tan característico como emotivo.
Clásicos como “Ready for the Taking”, “Rev It Up” y la infaltable “Get You On The Run” se intercalaron con canciones más actuales como “Paper Tiger” o “Skies of Mongolia”. A hombros del contundente Jamie Borger tras los parches y la todavía cristalina voz de Robert Ernlund, Treat hizo lo que pudo en los escasos cuarenta minutos que duró su única actuación a bordo.
Muchos aseguraron que esta reducción de tiempo se debió a que, finalizada la actuación de Treat, la banda que debía subir a escena era Great White y estos no estaban dispuestos a “regalar” minutos de su tiempo de preparativos previos a su presentación ni mucho menos recortar su setlist, como lo hicieron los suecos.
Una pena, realmente, pero según nos comentaron los propios Treat y, debido a todos los inconvenientes que padecieron, los organizadores del crucero les aseguraron su fichaje para participar en el MORC 2024. Ya veremos si esto se hace realidad.
Michael Schenker Group
Una de las mejores cosas que ofrece poder participar en este tipo de cruceros es la posibilidad de disfrutar en pocos días de una considerable cantidad de grupos, artistas en solitario y diferentes propuestas musicales. Al hacerlo, comparando aún sin quererlo, uno se da cuenta que hay músicos que juegan en ligas superiores. Y este es el caso de una de las grandes leyendas de la guitarra: el inigualable Michael Schenker.
Posiblemente, a nivel sonido, eficacia grupal y depurada técnica, los conciertos ofrecidos por el alemán y su gente hayan sido los más completos y congruentes de todos los que estuvieron a bordo. Acompañado por los siempre leales Steve Mann en teclados y guitarra rítmica, Bodo Schopf tras la batería y el bajista Barend Courbois, sin olvidarnos del vocalista del momento, Ronnie Romero, a quien los retos no parecen afectarle demasiado, ya que, sin el menor de los problemas, logra calzarse los zapatos de Gary Barden, Graham Bonnet o Phil Mogg, sin amilanarse en lo absoluto.
El MSG como era de esperar, desplegó su arsenal de temas más emblemáticos como “Red Sky”, “Assault Attack” o “Armed and Ready” y, por si fuera poco, apuntaló estas canciones con infaltables clásicos de UFO como “Doctor, Doctor”, “Rock Bottom” o “Lights Out”.
Casi no hubo cambios en los dos setlists que la banda desplegó (sinceramente, tampoco hizo falta), pero quedó claro que Michael Schenker es algo distinto y sublime al momento de empuñar su imperecedera Flying V blanca y negra. Rebelde, individualista, genial, indomable, inestable, tenaz, son estos tan solo algunos de los calificativos que han marcado su dilatada trayectoria musical.
También muchas veces ha sido denostado hostilmente por sus antiguos compañeros, pero de igual manera, adorado tanto por sus seguidores como por reconocidos músicos dentro del ambiente y todos estos aspectos no son más que peculiaridades que Michael ha sabido acarrear a lo largo de su ya extensa carrera profesional. Sin embargo y a pesar de muchas críticas y detractores, Schenker supo mantener en todas sus etapas una coherencia tanto musical como técnica remarcables.
Lo demostrado en el MORC 2023, sin olvidar los cincuenta años de historia musical que lleva sobre su espalda, confirma que Michael Schenker no solo sigue tan vigente y excepcional como siempre, sino que, además, ha sabido reinventarse para mantener una posición que nunca ha detentado con tanta seguridad como en los tiempos que corren.
Wig Wam
El cuarteto noruego resucitado mundialmente gracias a la exitosa serie de HBO “Peacemaker”, en donde su tema “Do Ya Wanna Taste It” fue utilizado para la presentación de la misma, dijo presente por primera vez en el MORC.
Su hard rock melódico, directo, entrador, con coros pegadizos y guitarras punzantes, consiguió en sus dos conciertos sorprender a más de un desprevenido y volver a maravillar a todos aquellos que alguna vez los habíamos visto en directo.
Si bien sus dos últimas producciones de estudio, 'Never Say Die' y 'Out of the Dark', muestran a un grupo más aguerrido y duro, las canciones fluyen perfectamente entre sus temas más gancheros y festivos.
Arrancando con las endiabladamente melódicas “Hard to be a Rock’n’Roller”, “In My Dreams” o “Gonna Get You Someday”, pasando por la energía y contundencia de “Forevermore” o “Kilimanjaro”, el cuarteto disfrutó cada momento sobre el escenario, transmitiendo ese sentimiento a todos los asistentes a sus shows.
Regidos por la impecable guitarra de Trond Holter más la calidad vocal y escénica de un frontman que entra en la categoría de “especie en extinción” como lo es Age Sten Nilsen, Wig Wam hizo suyo en primer lugar el “Sudio B” y luego fue la banda encargada de cerrar el crucero, tocando en el teatro más grande del barco. Sin fisuras ni puntos flojos, los noruegos pueden darse por satisfechos, ya que sus conciertos marcan claramente que la diversión, la calidad instrumental, musical y la potencia sonora pueden perfectamente ir de la mano.
Queensrÿche
Junto con Extreme, Tesla y MSG, sin dudas Queensrÿche fue una de las agrupaciones que podemos considerar como cabeza de cartel del crucero. Ciertamente, méritos para serlo no le faltan. A pesar de algunos pasos en falso en su trayectoria musical, el quinteto de Seattle, pionero en cuanto al metal progresivo se refiere, ha logrado recuperarse y salir airoso de algunos trances conflictivos.
En directo aún mantiene intactas sus reconocidas características instrumentales y una fuerza arrolladora. No hay dudas que la incorporación de Todd La Torre tras el micrófono les brindó la posibilidad de dejar atrás un turbulento pasado y mirar al futuro con optimismo.
Desarrolladas en “Promenade”, teatro con más capacidad del crucero, el quinteto americano inteligentemente organizó sus presentaciones de la siguiente manera: en la primera expusieron una interesante combinación de composiciones de la era La Torre, como “Light Years", “Don’t Look Back” o “Behind The Walls”, intercalándolas con temas clásicos del grupo como “Jet City Woman”, “Empire” o “Eyes of a Stranger”. Mientras que para el segundo show la banda atacó directamente con reverenciadas y aplaudidas composiciones de sus años dorados, donde no pudieron faltar “Take Hold The Flame”, “Silent Lucidity”, “I Don´t Believe in Love” o “Queen of the Reich”, por ejemplo.
La dupla de guitarras compuesta por Michael Wilton y Mike Stone apuntalan el trabajo de un La Torre sencillamente magistral cada vez que interviene, logrando borrar casi de manera asombrosa la larga y constante sombra de Geoff Tate, que ensombrece a veces al grupo. Queensrÿche dio sobradas muestras de profesionalidad y poderío escénico, convirtiéndose también en uno de los grandes destacados del MORC 2023.
Kix
Reverenciados a bordo (sobre todo por el púbico americano), KIX fue otra de las agrupaciones que logró que el “Promenade” casi completara su capacidad. Nunca los había visto en vivo y ciertamente fueron una grata sorpresa.
El quinteto despliega en escena su hard rock tradicional con claras pinceladas de glam de manera impecable, pero claro está que, al igual que muchos de sus contemporáneos que emergieron en los años ochenta, Kix sigue viviendo de una gloria justa y merecida, pero ya algo caduca, sobre todo si repasamos que su última producción de estudio data del año 2014.
La todavía potente y aguda voz de Steve Whiteman es perfecta para el estilo que el grupo desarrolla, secundado por las guitarras de Ronnie Young y Brian Forsythe. Esta vez, el polifacético Matt Starr fue el encargado de sentarse a la batería, ya que su ocupante original, Jimmy Chalfant, no puede tocar un show completo debido a que se está recuperando de algunos problemas cardíacos. Sin embrago, se sumó al final de la presentación para interpretar dos clásicos del grupo como “Cold Blood” y “Blow My Fuse”.
El posterior concierto en cubierta también fue muy bien recibido por la gente, muchos de ellos deseosos de escuchar casi exclusivamente la balada que catapultó a KIX: “Don’t Close Your Eyes”. Entretenidos y sin complicarse demasiado, la agrupación ofreció lisa y llanamente una sana y muy válida nostalgia recibida por muchos de manera casi vital.
Tyketto
El estupendo vocalista Danny Vaughn, líder indiscutible de Tyketto, tiene muy claro lo que su banda puede ofrecer en directo, y es por ello que sus dos presentaciones en el “Studio B” del MORC fueron un rotundo éxito.
Siendo un grupo americano que gira con más frecuencia por Europa que por los Estados Unidos, mucha gente de éste país no perdió la oportunidad de ver a la contundente agrupación en vivo. De la mano de sus antiguos éxitos, como “Wings”, “Forever Young”, “Standing Alone” o “Strenght in Numbers”, el quinteto desplegó un muy consistente sonido y emoción a la par. Sobre todo en su segundo concierto, ya que, según aseguraron los propios músicos, éste marcaba la desvinculación definitiva del mundo de la música del único miembro original junto a Vaughn que quedaba en Tyketto, el batería Michael Clayton, y del guitarra Chris Green, quien llevaba más de diez años con el grupo.
Danny Vaughn prometió continuar con el legado de Tyketto y veremos si junto al siempre correcto bajista Greg Smith y al teclista Ged Rylands la historia prosigue con reemplazos que por lo menos igualen en calidad a sus predecesores.
Stryper
Hablar de las virtudes, cualidades y calidades de Stryper a estas alturas del partido parece algo redundante y hasta innecesario. Si su primer show en “Promenade” fue descomunal, su segunda presentación (en “Studio B”) no se quedó atrás.
La banda de los hermanos Sweet aun sabe cómo sacudir y noquear de entrada a todos los que asisten a cualquiera de sus conciertos, y los del MORC no fueron la excepción. Con un sonido demoledor, extremadamente consistente, una puesta en escena impecable y una actitud arrolladora, Stryper consiguió reforzar (como si fuera necesario) que tiene muy pocos rivales en su línea de trabajo.
Desplegando en directo una especie de “Greatest Hits Live”, el cuarteto incluyó casi todos los temas clásicos del grupo, que hicieron disfrutar al máximo a todos los presentes, sin dejar de lado muchos de los rituales, incluso arrojando Biblias desde el escenario. La todavía asombrosa voz de Michael Sweet sigue siendo esa pieza fundamental y necesaria para que la música de Stryper haya conseguido vencer a un enemigo imbatible con lo es el paso del tiempo, convirtiendo al grupo un clásico aún en su propio tiempo y, por si fuera poco, convencernos que los colores amarillo y negro combinan perfectamente.
Soto
El concierto de Jeff Scott Soto ofrecido en el “Studio B” fue para muchos (me incluyo) un sueño hecho realidad. Esto se debe a que el incombustible vocalista cumplió su promesa previa y su show fue un homenaje a la que él mismo denominó como “su banda”: Talisman.
Un nostálgico pero increíble viaje que, sin duda, emocionó a todos los asistentes y que tuvo como claro objetivo una cálida y merecida deferencia hacia su desaparecido compañero y cofundador de Talisman, el bajista Marcel Jacob.
Sobresaliendo en su banda nuestro conocido Jorge Salán en las guitarras y BJ en teclados y guitarra rítmica, el cantante comenzó su recorrido con “Break the Chains” para seguir con icónicas canciones como “Falling” o “Colour My XTC”. De repente, comenzaron los cambios en la alineación del grupo y Jamie Borger (batería original de Talisman), quien subiera a bordo con su banda Treat, se hizo cargo de los parches, y a partir de ese punto la fiesta se desató.
Muchos de los músicos suecos embarcados dijeron presente en escena para recrear grandes composiciones como “Mysterious”, “Sorry” o “Skin to Skin”. También hubo lugar para el cover de Madonna “Frozen” y con “If U Would Only Be My Friend” poco más se podía exigir, ya que Jason Bieler (guitarrista que grabó varias demos en los inicios del grupo) se sumó en las guitarras.
Sin embargo, había más sorpresas. El cantante Mats Leven (quien reemplazara brevemente a Soto en Talisman sin llegar a grabar nada de manera oficial) se acopló para una demoledora versión de “Standin’ On fire”. Para el final la pegadiza “I’ll Be Waiting”, con miembros de Nestor, Treat y Eclipse sobre el escenario, cerró un viaje sublime abarcando la trayectoria de un grupo que nunca tuvo la suerte comercial que mereció, pero que siempre fue muy bien valorado, sobre todo por el público europeo, en cada uno de sus pasos musicales.
Eclipse
La siempre bien dispuesta y pujante banda sueca Eclipse tuvo dos puntos resaltables en sus presentaciones en el MORC 2023. El primero de ellos fue positivo: Erik Martensson y los suyos tuvieron el privilegio de hacer un set acústico en Labadee, que es uno de los lugares a los que el crucero arriba.
El segundo, negativo: sufrieron quizás del peor sonido que se pudo escuchar en el escenario montado en la cubierta del barco. Pero mejor ir por partes. El set acústico, muy bien organizado, con un escenario montado casi a pie de playa, sirvió para que tanto Martensson como su compañero el guitarra Magnus Henriksson deleitaran a los que habían decidido pasar un día de playa con varias canciones de Eclipse en formato acústico más una estupenda versión del tema “Prisoners in Paradise” de Europe y otra del clásico de Del Shannon “Runaway”.
Pero pasando a la parte negativa, Eclipse sufrió en carne propia de un sonido horrible en su presentación a bordo. Las canciones eran simple y sencillamente una maraña de sonidos graves en donde la voz iba y venía al igual que las guitarras. A pesar de ello, Martensson y compañía dieron lo mejor en escena y tuvieron un amplio reconocimiento de todos los presentes.
Nestor
Curioso es el caso de la banda sueca Nestor, sobre todo si tenemos en cuenta que hasta hace un par de años atrás nadie conocía al grupo. Pero les bastó con la edición del estupendo 'Kids In A Ghost Town' y explosivas actuaciones en directo por toda Europa para llamar la atención (y de qué manera) de los siempre ávidos seguidores del mejor hard melódico.
Compitiendo de igual a igual con agrupaciones ya establecidas, Nestor, por segundo año consecutivo, fueron invitados a participar del MORC, en donde dejaron claro el porqué de un suceso más que respetable. Primero en el mayor teatro del barco y luego en cubierta, el quinteto desplegó su artillería musical sin concesiones, ubicando sus presentaciones entre las mejores del todo el crucero.
Muy bien ensamblados, contundentes, joviales en todo momento, técnicamente irreprochables, mostrando claros signos de lo mucho que disfrutan del escenario, Nestor, comandados por el excepcional cantante Tobias Gustavsson y la aguerrida guitarra de Jony Wemmenstedt, tema tras tema, consiguieron hacer disfrutar en grande a todos los asistentes a sus shows.
No se quedan atrás los justos y precisos teclados de Martin Johansson y la compacta base rítmica conformada por Marcus Ablad en el bajo y Matthias Carlsson en la batería. Con canciones muy pegadizas pero a la vez intensas, como “On the Run”, “Signed in Blood”, “Perfect Ten” o “1989”, consiguen que cada show de Nestor nos acerque a la añorada década de los ochenta, pero esta proximidad tiene un cariz actual y vigente, en donde las dosis justas de energía y emoción también se fusionan de manera magistral.
Winger
Si hay algo para admirar de Winger es su capacidad para hacer oídos sordos a sus vehementes detractores y continuar su camino sin hacerse demasiados problemas. Y sus presentaciones en el MORC 2023 así lo prueban.
Apoyados por mucha gente, el Winger original (con la adición de John Roth en las guitarras) desarrolló sus setlists apoyados sobre la base sus temas más emblemáticos y conocidos, sumando alguna composición nueva, como por ejemplo “Proud Desperado”, y un interesante medley construido con porciones de canciones pertenecientes a agrupaciones por las que Winger, Taylor, Roth, Beach y Morgenstein aportaron su sabiduría musical. Es por ello que composiciones que transitaron desde Alice Cooper a Alan Parsons, pasando por Starship e inevitablemente Whitesnake, sonaron estupendamente.
Siempre se dijo que Winger era la típica banda que pudo dar mucho más a nivel musical debido a la reconocida capacidad técnica de sus integrantes, y temas de los que nunca conseguirá despegarse como “Seventeen” o “Madelaine” parecen confirmar esta afirmación, pero podríamos decir que cuando el ahora quinteto se pone “serio” sobre el escenario y desarrolla temas más incisivos y potentes, se convierte en una banda muy ajustada y sólida que poco o nada tiene que envidiar a muchos de sus consagrados contemporáneos.
Extreme
Junto a sus compatriotas, como Stephen Pearcy o Tesla, quienes fueron los grupos con más aceptación por parte de público americano a bordo, Extreme no fue la excepción. Seguramente pocos de los asistentes a sus presentaciones sabían que el grupo estaba a punto de editar un nuevo álbum o que, simplemente, después de 'Pornograffitti' la vida musical para el cuarteto continuó. Por ello, tan solo con interpretar “Hole Hearted”, “Decadence Dance”, “Get the Funk Out” y la infaltable “More Than Words” gran parte del público se dio por satisfecho.
Una pena, ya que Gary Cherone es un formidable frontman, y para qué hablar de la eficacia de Nuno Bettencourt con su guitarra, convirtiendo a Extreme en una banda muy disfrutable en directo, más allá de sus “grandes éxitos”.
Después de su primer show, en un partido de baloncesto a bordo, Nuno se lesionó una rodilla, por lo tanto, para la segunda presentación debió requerir de una banqueta en donde sentarse para finalizar el concierto. Con un inmejorable profesionalismo y justeza escénica. Extreme reforzó sus logros pasados tratando de ver el futuro de manera más optimista.
Vandenberg
El veterano guitarrista holandés repitió su participación en el MORC 2023, y con la presencia en la alineación de su grupo, que ahora parece estable, del estupendo cantante sueco Mats Leven a su lado, Adrian Vandenberg ofreció un par de conciertos memorables.
A pesar tener algunos problemas de sonido en el primero de ellos, el guitarra, además de proponer algunos temas de su última etapa en solitario, no dudó en incluir clásicos de Vandenberg como “Your Love Is In Vain” o “Wait” sin dejar de lado muchos de su tan exitosa etapa junto a Whitesnake como ”Judgement Day”, “Still of the Night” o “Fool For Your Loving”.
Imposible no remarcar la emotiva balada “Burnning Heart”, al igual que las otras canciones interpretadas, pertenecientes al álbum debut de cuarteto del año 1982. Quizás de lo único reprochable sea que, por alguna razón, el músico parece negarse a interpretar temas en directo de discos como “Heading for a Storm” o “Alibi”, a pesar de ello, y a la espera de la edición de su nuevo trabajo de estudio, Adrian Vandenberg y su gente siguen siendo tan efectivos y geniales como es sus mejores tiempos.
Stephen Pearcy
Al igual que el caso de Kix o Tesla, Stephen Pearcy tiene una aceptación masiva por parte de los más nostálgicos seguidores americanos del hard rock ochentero, y muchos parecen haberse quedados anclados en aquella década.
Está claro que la calidad vocal de Pearcy se ha visto mermada con el paso de los años, pero cuando se toma la decisión de presenciar uno de sus conciertos, esto es algo que ya se tiene claro y asumido. Esperar o buscar una calidad interpretativa extrema o quedar deslumbrado por instrumentaciones pasmosas en un show de Pearcy es un error casi de concepto. Por el contrario, la entrega, la naturalidad y el desparpajo son cosas que quedan acreditadas en todas sus presentaciones.
Como era de esperar, el vocalista decidió no enredarse demasiado y, asegurado por una sólida banda de apoyo, tiró de todos los clásicos de Ratt posibles para el delirio de los presentes en sus dos conciertos. Es por ello que desde “Wanted Man” a “Round and Round” pasando obviamente por “Back for More”, “You Think You’re Tough” o “Lay It Down” entre otras, retumbaron en todo el barco.
El cantante lleva muchos años en el negocio musical, conoce a su público perfectamente como para saber que material musical dejar de lado (sobre todo el de su algo insustancial carrera en solitario) y cuál tocar en directo para transportar sin paradas innecesarias a sus incondicionales seguidores al corazón del Sunset Strip de los años ochenta, y esto es lo que ocurrió en ambas actuaciones.
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1 comentario
Gran como extensisimo resumen hacia las rockeras y cañeras descargas que se marcaron estas históricas bandas en dicho crucero metalero.