Crónicas
Mad Cool Festival 2024 (miércoles) con The Smashing Pumpkins, Nothing But Thieves o Dead Posey: Comienza el espectáculo
«Arranca la esperada nueva edición de Mad Cool Festival, llena de mejoras pensadas para los asistentes y con un cartel en el que hoy nos esperaban los de Billy Corgan en lo más alto»
10 julio 2024
Mad Cool Festival, Espacio Iberdrola Music, Madrid
Texto: Alex Rico. Fotos: Alfonso Dávila y Henrique Pratas
Un año más, Mad Cool Festival está de vuelta con su séptima edición. Desde su creación en 2016, y salvo los dos años en que la pandemia impidió su celebración, el festival madrileño se ha convertido en un referente a todos los niveles, tanto en el circuito europeo de festivales como siendo uno de los eventos musicales más importantes de nuestro país junto al Primavera Sound de Barcelona o el Bilbao BBK Live. Además, es un reclamo turístico que genera un impacto económico significativo para Madrid con un porcentaje importante de asistentes procedentes de fuera de nuestras fronteras.
Por segundo año consecutivo se celebra en el nuevo espacio Iberdrola Music, ubicado en el distrito de Villaverde, en un recinto con la promesa de convertirse en la ciudad de la música en Madrid. Como cada año, la organización ha planteado mejoras respecto a la edición anterior y esta vez se han intentado subsanar algunos puntos como la distribución central de los baños, que hizo que se crearan tapones humanos para acceder a ellos, o la falta de barras en determinados puntos.
Para mejorar considerablemente la experiencia, han tomado una serie de medidas bastante acertadas como reducir el aforo para mejorar los flujos de personas, reducir a seis los escenarios de los ocho iniciales, aumentar una jornada la duración del festival, la ampliación de metros de barra y personal, una nueva distribución de los baños añadiendo también más unidades, mayor número de pantallas de mayores dimensiones o la reubicación del área de restauración con una ampliación del espacio y aumento del número de puntos de comida.
Por lo que pudimos ver en esta jornada, y a la espera del jueves con Pearl Jam como principal reclamo, donde el aforo probablemente sea mayor de los algo más de 56.000 asistentes de este primer día, las medidas han dado resultado.
En lo que respecta al cartel, se sigue manteniendo esa premisa de ser de lo más ecléctico con una oferta para todos los públicos y que se ha repartido a lo largo de cuatro intensas jornadas. Desde Dua Lipa, Janelle Monáe, The Killers o Keane a Pearl Jam, The Smashing Pumpkins, Sum 41, Bring Me The Horizon, Avril Lavigne o Måneskin. Aquí tenéis lo ocurrido en la primera jornada, miércoles 10 de julio.
Comenzábamos con el compositor y pianista británico Tom Odell, quien alcanzó la fama con su álbum debut, 'Long Way Down', en 2013, llegando incluso a ganar el premio del público en los premios anuales de la Industria Fonográfica Británica (BRIT Awards) de ese mismo año. Entre sus influencias destacan claramente Elton John, de quien ha mencionado que ‘Goodbye Yellow Brick Road’ fue uno de los primeros discos que escuchó; Jeff Buckley o Leon Russell.
En los escasos cincuenta minutos que estuvo en el escenario sonaron temas como “Loving You Will Be the Death of Me”, “Magnetised”, la emotiva “Black Friday” junto a la popular Aitana, que se subió al escenario ante la sorpresa de los asistentes, y cómo no, su éxito más reconocible, “Another Love”.
Simultáneamente, en otro escenario salía a escena James Arthur, quien se solapaba con la estadounidense Janelle Monáe en el escenario principal y con Nadye como representantes del producto nacional en otro de los dos escenarios patrocinados por Mahou.
Mientras llegaba esa hora de la actuación de los madrileños en el escenario “Mahou Cinco Estrellas”, pasamos a curiosear un rato por las tablas donde actuaba James Arthur, el ganador de la novena temporada del programa The X Factor. Ofrece una fusión interesante de pop y rock con elementos del r&b muy accesible a todo el mundo, por lo que su música tiene el potencial de sonar en cualquier festival con la seguridad de ganar nuevos seguidores tras cada uno de ellos. Entre sus temas, destacaríamos “Bitter Sweet Love”, “Say You Won't Let Go” o “Impossible”, una estupenda versión que la cantante Shontelle lanzó en 2010 y que hizo que todo el mundo levantara sus móviles para inmortalizarlo.
A esas horas del día, se agradecía que Nadye actuara en una de las carpas cubiertas para protegerse un poco del sol. Apuestan por lo que ellos mismos definen como "canciones sin trampa ni cartón que cobran vida en los escenarios", combinando elementos del rock urbano con toques de punk y pop. Defendieron muy bien temas como “Todo arde”, “Lejos” o “Boca con boca” con el énfasis y las ganas de entregarse al público que siempre ha mostrado esta banda que, pasito a pasito, están haciéndose un hueco estable en la escena nacional.
Llegamos al solape más doloroso del día. Mientras que en el escenario Orange arrancaban los británicos Nothing But Thieves, en el segundo escenario hacía lo mismo Garbage, la banda liderada por la carismática Shirley Manson y el batería Butch Vig. Por si alguien no lo sabía, hablamos del mismo Butch Vig, el productor del ‘Nevermind’ de Nirvana o del ‘Siamese Dream’ de The Smashing Pumpkins que, cosas del destino, serían los encargados de cerrar el festival en ese mismo escenario un rato después. Curiosamente, ambas bandas formaron también parte de la primera edición de Mad Cool en 2016.
Nos dirigimos hacia Nothing But Thieves, a quienes pude ver en su última visita hace apenas cuatro meses en el "sold out" que colgaron en La Riviera dentro de su ‘Welcome To The DCC World Tour’. Me dejaron tan buen sabor de boca que no tuve duda en repetir.
A plena luz del día "encendieron" las luces de la pista de baile con “Oh No :: He Said What?”, jugada magistral para meterse al público en el bolsillo desde el minuto uno. Tras los riffs de “Futureproof” llegaban las adictivas “Is Everybody Going Crazy?” y “Tomorrow Is Closed”, que fueron coreadas bajo el sol de justicia que atizaba a esas horas del día.
Como guiño a los españoles, Conor Mason nos felicitó por la victoria el día anterior en la Eurocopa de futbol justo antes de arrancar con “Impossible” y que los falsetes del cantante inundaran el escenario al ritmo de “Welcome To The DCC”. Nothing But Thieves se han dejado caer bastante en nuestro territorio y se nota que la base de fans cada vez va en aumento, así que creemos a su líder cuando nos dice que "ama este lugar" mientras baja las revoluciones con “Sorry”.
Nos acercamos al final con la versión de “Where Is My Mind?” de Pixies, su hit absoluto, “Amsterdam”, y para mi uno de sus temas más completos, “Overcome”. Sin duda, si no se desvían, serán una banda con una larga trayectoria.
Rápidamente volamos de Inglaterra a Wisconsin para poder ver si llegábamos al tramo final del concierto de Garbage, pero ya era tarde. Una banda que ha mantenido una presencia constante en la escena desde que lanzaran su homónimo disco allá por 1995 y que han facturado más de en un himno de los noventa con melodías pegajosas que encapsulan la esencia del grunge y el rock alternativo de la época. Una pena que coincidieran en horario ambas bandas, porque creo que mucha gente quería ver a los dos grupos.
Sin embargo, aunque probablemente no lloverá a gusto de todos, el solape entre Dead Posey y Dua Lipa estaba bien gestionado por parte de la organización, bifurcando dos estilos muy distintos. Si no eras fan de Dua Lipa, era el momento idóneo para ir a la zona de restauración, cenar algo viendo a la angloalbanesa sentado en el césped y coger fuerzas para el tramo final del día.
Apostamos por el dúo de rock de carácter industrial Dead Posey. El grupo encabezado por Danyell Souza y Tony F. me recordó a un coctel compuesto por Rob Zombie, Hole y Marilyn Manson a partes iguales. Una pena que, si de por sí tenían menos de una hora en el slot de la programación, tuvieran que empezar su espectáculo con casi 25 minutos de retraso por problemas técnicos que parecían derivados del pad de la batería y de los que la propia banda pidió perdón a la gente que aguantaba allí a sabiendas que Smashing Pumpkins iba a comenzar no mucho tiempo después. Este motivo hizo que mucha gente que estaba en la carpa decidiera ir a coger sitio y se perdiera la descarga de los californianos, incluida una versión de “Blue Monday” de New Order donde Danyell Souza se bajó a las primeras filas.
Por fin, a las 23:15, llegaba el momento de la noche con The Smashing Pumpkins. La banda capitaneada por Billy Corgan repetía cinco años después en el mismo festival que los vio actuar por última vez en España. Con álbumes como ‘Siamese Dream’ (1993) o ‘Mellon Collie and the Infinite Sadness’ (1995) se convirtieron en una de las bandas más influyentes del rock alternativo de los años 90.
Arrancaron con el binomio formado por “The Everlasting Gaze” y “Doomsday Clock”, con un gran James Iha reintegrado a la causa desde 2016, al que, sin dilación, unieron el “Zoo Station” de U2 con un gran solo de batería de Jimmy Chamberlin.
"Buenas noches Madrid, muchas gracias. ¡Somos Smashing Pumpkins!", se dirigió Iha antes de arrancar con los clásicos acordes de “Today”, que instantáneamente encendieron la euforia de todos los que estábamos allí congregados, seguida por “Spellbinding”, de su nuevo disco, ‘ATUM’, para llegar a otro de los insustituibles, “Tonight, Tonight”.
Billy Corgan, ataviado con su ya característica sotana negra, sigue mostrando un nivel vocal muy digno pese a llevar más de tres décadas sobre los escenarios. El catálogo de los de Chicago es inmenso y tienen la potestad de encadenar sin miramientos temas como “Ava Adore”, la maravillosa “Disarm”, que pone los pelos de punta, “Bullet With Butterfly Wings”, que puso a todo el público de Mad Cool a botar en uno de los mejores momentos de la noche, y los riffs incendiarios de “Empires” y “Beguiled”.
"Estamos en España, a esta gente le gusta la fiesta", bromeaba Billy Corgan dirigiéndose a James Iha para decidir qué canción iba a continuación. Corgan, además dedicó unas palabras emotivas al también guitarra rítmica de A Perfect Circle: "Ayer hizo 36 años que tocamos juntos por primera vez".
Llegaba la parte final, que define perfectamente lo que es la esencia de la banda: “1979” nos llevó a un viaje de nostalgia sin billete de vuelta, la arrolladora “Jelly Belly”, capitaneada por el impresionante groove que aporta Jimmy Chamberlin a la batería, y un par de los éxitos que ayudaron a consolidarlos, las imperecederas “Cherub Rock” y “Zero”.
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