Crónicas

Los Planetas: Primer premio en nostalgia

«Los Planetas de ahora, en realidad, son los de siempre, pero molan un montón; tras treinta años, seguimos, más viejos y con más canas, pero igual de románticos y nostálgicos»

10 octubre 2024

Sala Razzmatazz, Barcelona

Texto: Pau Peñalver. Fotos: Sandra Murcia @soleapics

Los Planetas se presentaban en la sala grande del Razz durante tres noches para celebrar el 30º aniversario de su disco ‘Super 8’. Curiosamente, yo me hice fan de ellos tres años después con ‘Una semana en el motor de un autobús’, pero ahora mismo el grupo granadino liderado por Jota y Florent está lejos de todo aquel boom de indie andaluz.

Si nosotros tenemos 45 años, casi 50, ellos tienen 55, casi edad de jubilarse. Pero la vida no es cuestión de edad, si no díganselo a los indies de catálogo que visitaban religiosamente el FIB cuando Benicássim era el lugar donde estar para los amantes de My Bloody Valentine o los ahora resurgidos Oasis.

Aunque las primeras diez canciones eran el disco íntegro, si miras el listado de la noche podría ser una playlist ideal de aquellos que vivimos las noches a saco o que salíamos de fiesta hasta las seis en el mismo emplazamiento cuando se llamaba Sala Zeleste.

Eché mucho de menos a todos aquellos gamberros que me acompañaron a esos festivales donde me inicié en Primal Scream y tantas otras bandas que ahora son de culto. También me acordé de May Oliver y Eric Jiménez, que ahora ha regresado con sus Lagartija Nick. Tantas conversaciones y charlas vía Instagram. Los Planetas en 2024, pese a quien pese, son el dúo dinámico formado por J y Florent acompañados de Miguel López al bajo y Roberto Escudero a la batería.

Quien fuera amante de la nostalgia, el negocio más rentable del siglo XX, podría sentirse engañado, pero cuando suenan canciones como "Qué puedo hacer" o "La caja del diablo", para mis colegas la mejor canción de Los Planetas, no hay nada que hacer. Te ganan por goleada.

He visto al grupo unas cinco veces, pero la noche del jueves fue la primera vez que entendía todo lo que decía Jota en las canciones y también en los discursos. Volvimos a ver fumar en una sala a los artistas. Volvimos a recordar aquellas borracheras tontas de domingo. Volvimos a ser nosotros mismos.

Allí no estaban ni Eric ni Banin, integrantes de la formación oficial de Los Planetas. Tampoco estuvieron May Oliver ni Paco Rodríguez, miembros de la alineación fundacional, pero cuando cantaron "Segundo premio", que ahora es una película que va a los Oscar de Hollywood, o "Santos que yo te pinté" la lagrimilla salía, los pelos se ponían de punta y uno se daba cuenta de que ya no somos tan jóvenes, que Eric no volverá aunque haga apariciones estelares como la del concierto de Granada, que Los Planetas de Isaki Lacuesta ya no son los mismos.

Poco importaba eso cuando cada riff, cada estrofa, cada golpe de baqueta nos trasladaba a una vida mejor, a un lugar donde los sueños eran posibles, un tiempo en el que Mendieta, ahora DJ, era futbolista, donde chillar “he estado con Erik hasta las seis y nos hemos metido cuatro millones de rayas” se hacía con orgullo y no con timidez.

El concierto se dividió en tres partes: la primera era el ‘Super 8’ de forma íntegra, la segunda parte empezó con "Segundo premio", continuó con "Un buen día" y "Santos que yo te pinté", pero además sonó "David y Claudia" y la sala volvió a venirse abajo. Parecía un show solo para fans. Un listado deseado y nunca pensado. El tercer tramo supuso el segundo bis y empezó con su "Islamabad", el experimento junto a Yung Beef, pero listos y expertos redirigieron con "Nuevas sensaciones" de la época del ‘Super 8’, "Pegado a ti" y acabaron con "Mi hermana pequeña".

Yo hubiera terminado con la canción que merecíamos, que era "Cumpleaños total", un hit que define a la perfección lo que allí vivimos gracias a la buena gente de Festival·B, que me consiguieron el pase en el último suspiro.

Los Planetas de ahora, en realidad, son los de siempre, pero molan un montón. Como ellos dicen y repiten: "Qué puedo hacer si después de tanto tiempo no te dejo de querer. Si después de todo el tiempo que ha pasado si nos vemos ni sé lo qué hacer…" Tras treinta años, seguimos, más viejos y con más canas, pero igual de románticos y nostálgicos.

Redacción
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