Crónicas

La Excavadora + Negracalavera en Bilbao: Sangre orgullosa y rabiosa

«El fulgor de su sangre orgullosa y rabiosa lució de lo lindo durante la velada. Inmensos.»

18 marzo 2023

Sala Stage, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Debería ser una obviedad, pero es algo que no lo pillan muchos. Pocos entienden que un concierto en su máximo esplendor lo suyo es que funcione como un tiro. Que entre como un chupito o un trago tras horas sin beber. Y tal vez sea más conveniente aplicar esa vieja consigna que aconseja dejar al personal más bien con ganas que aburrido. Los recuerdos gratos tienden a permanecer, mientras que nos apresuramos a mandar a la papelera de reciclaje esas brasas que nos suelta el típico pesao de bar o los discursos de ciertos políticos estómagos agradecidos encantados de haberse conocido.

La Excavadora

Si La Excavadora pegaron un puñetazo en la mesa con un soberbio debut que supuso de lleno la entrada con galones en el panorama punk, su reválida, el reciente ‘Todo es para destruir’, demuestra que los mimbres son más que sólidos para perdurar en un futuro más luminoso que el que pronostican en algunas de sus canciones. Una luz que en su caso viene dada por unos directos rotundos e inapelables.

Fijo que gran parte de los congregados en la bilbaína sala Stage conocían ese dato y por eso no faltaron a la puesta de largo con nuevo redondo de este supergrupo, no de egos desproporcionados, sino de talento en bruto. Un respetable intergeneracional acogió a los orgullosos alaveses, con incluso grupillos de jóvenes, ahora que se lee cada dos por tres ese bulo de que ya no les gusta el rock. Pues toma aniquilación de tópico.

Negracalavera

A última hora se cayeron del cartel Agua Bendita, pero llegaron unos sustitutos de altura como los locales Negracalavera, hermanos menores de Porco Bravo en lo musical que tampoco hacen ascos al guitarreo escandinavo. Ya les hemos visto infinidad de veces y lo cierto es que no alcanzamos a recordar un bolo suyo malo o mediocre. Al contrario, son una garantía absoluta en las distancias cortas, tal y como atestiguan trallazos a la yugular como “Atraco a las 12:00” o “Ven policía, ven”. Salió Pela para cantar con ellos “Lágrimas” y provocaron todavía más delirio cuando al final decidieron fundirse con los fieles. Siempre efectivos.

La bofetada sonora que te propina escuchar en casa cualquier disco de La Excavadora se replicó por completo esa noche con un inicio apabullante que inflamó de inmediato los ánimos con bombas como “Mi novia y yo odiamos a la humanidad” o “Kimika”. Pela sigue confirmando que es uno de los mejores frontman del rollo, con permiso de Txarly Usher, un tipo nacido para convertirse en un dios del escenario y que la multitud lo aclame como tal. No era de extrañar que de vez en cuando le gritaran cosas como “¡Eres el puto amo!”. Y no era para menos con la entrega que le pone este veterano que despunta en cualquier grupo que encabeza.

La Excavadora

No nos olvidamos tampoco del resto de la banda que arropa al vocalista, que suena cañón y hace imposible despegar la vista de ese descomunal muro de ruido. Y su competencia a los coros es del mismo modo reseñable, cada pieza cuenta a la hora de configurar esa maquinaria obrera. Estos sí que son currantes del rock por derecho propio alejados de postureos, palmas y demás mierdas con las que nos torturan los pelmas en directo.

El material reciente brilló tanto como los cortes del debut, caso de “Mi carrera delictiva” o ese “Grasa en el taller” en el que pudo reventar el garito que ojalá conserven durante mucho tiempo en el repertorio. Vaya pepinazo. Todo un himno para cantar a pleno pulmón. Sin duda, uno de los momentos álgidos de la velada.

La Excavadora

El cantante Pela intercaló alguna pulla hacia el partido racista que nos lleva gobernando durante décadas cuando habló de “corazones rotos en Sabin Etxea” antes de la intensa “Contra el suelo”, de los medios tiempos más enérgicos que se han podido catar en una larga temporada. Y “Animales” es ya para incitar a la insurrección popular, como esas maravillosas imágenes que nos llegan desde la capital francesa. Cómo se nota que por esas latitudes no se estila ese borreguismo patrio que lo mismo aplaude puteros que terrorismo de Estado.

Una de amor para el Gran Bilbao”, dijo Pela antes de “Ceniza”, otra de las que no podría faltar de su primer disco. Y el frontman se acordó de algunas populares emisoras previamente a “Mala música”, que entra genial con ese comienzo a lo “Dancing With Myself” de Billy Idol. Más combustible para dejarse la garganta legaron con “Quiero ver cómo sufren”. Imposible aburrirse encadenando trallazo tras trallazo. Aquí el tiempo volaba.

La Excavadora

Contra el terrorismo popular…”, advertía Pela, “La Excavadora”, sugirió. Munición pesada para alimentar esa bestia que parece poseer a los distintos miembros del combo. “Aún queda sitio a donde ir” siguió engatusando con su aire a Turbonegro, el ramalazo escandinavo que destilaban en el primer álbum no se ha perdido por el camino ni mucho menos, pese a que al final el voceras dijera con sorna: “¡Viva el rock alavés!”.

Por eso “Esclavos del siglo XXI” de Gatillazo se antojó una especie de reivindicación de la tierra en la que por supuesto se desataron los consabidos pogos. En la recta final retaron a la concurrencia con “Habrá pelea” y volvieron a provocar el desmadre colectivo en “Futuro”, otra canción con una letra para tatuársela o por lo menos que se eleve hasta la estratosfera. Recuerdo que en pleno delirio autoritario durante la pandemia aquellas palabras resonaban todavía con más fuerza entre los que estábamos cansados ya de los toques de queda y demás fascistadas. Que corra la gasolina para iluminar la cara de la dignidad.

La Excavadora

Después de semejante muestra de talento, los gritos de “beste bat” fueron abrumadores y tal vez les faltó colocar la guinda con un par de temas más, pero ya nos imaginábamos que aquello no ocurriría cuando vimos a Pela ir a toda velocidad hacia el fondo del recinto. Le preguntamos: “¿Pero no vais a tocar más?”. Y respondió sencillamente: “¡No!”. No se les podría reprochar nada. A ver quién aguanta a esa velocidad tanto tiempo.

Fue un concierto de los bonitos, a piñón fijo, sin pausa, y dejando a la parroquia en éxtasis. Son unos de los responsables de que el punk en la actualidad no esté ni de lejos muerto junto con Radiocrimen o Rat-Zinger, entre muchos otros. El fulgor de su sangre orgullosa y rabiosa lució de lo lindo durante la velada. Inmensos.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Cojonudo resumen hacia las cañeras descargas a base de el mejor Punk Rock que se curraron una de nuestras mejores bandas como son los vascos LA EXCAVADORA presentando su segundo álbum y que junto a los teloneros NEGRACALAVERA dejaron el listón bastante alto en la Stage bilbaina.

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