Crónicas

Kurt Baker en Bilbao: Imbatible club de rock n’ roll

«El imbatible club de rock n’ roll que monta cada noche en la ciudad para aficionados al punk, power pop, hard rock, o simplemente música con mayúsculas, ofrece tantas emociones sin descanso como una montaña rusa. De cátedra, una vez más.»

16 mayo 2024

Sala Rocket, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Hay veces en las que se producen milagros en la historia de la música. Llega un tipo con unas habilidades compositivas superiores a la mayoría de sus contemporáneos, va sacando discazo tras discazo, y aunque jamás llene pabellones, sigue sumando a su causa una importante legión de fieles que no se pierden ni una de sus visitas a la península. Es la vieja técnica de la hormiga en su fábula con la cigarra, pero en vez de acumular alimentos, aquí lo que se amontonan son vivencias y bolos que solo conseguirán extender la palabra todavía más.

Todo esto último podría ser el caso del príncipe del power pop Kurt Baker, artista hiperactivo al que recientemente le ha dado tiempo a trabajar en la emisora de Little Steven, mano derecha de Bruce Springsteen en la E Street Band, casarse en Estepona, y encima lanzar un álbum tan mayúsculo como ‘Rock N’ Roll Club’, en el que continúa explorando nuevos estilos sin perder esa inconfundible marca de la casa.

A este señor le hemos visto ya unas cuantas veces y jamás hemos salido defraudado. Es más, podríamos incluso confesar que hasta nos han sucedido cosas geniales asociadas a conciertos suyos. Como aquella ocasión en la que el subidón provocado tras una actuación desencadenó un verdadero terremoto emocional con conversaciones hasta altas horas de la madrugada. Ay, qué tiempos.

Por los motivos antes mencionados siempre congeniamos con el espíritu festivo de este maestro del power pop a la altura de un gran icono del género como Paul Collins. Y como decíamos al comienzo de la crónica, muchos conocen a estas alturas la infalibilidad en las distancias cortas del de Portland, por lo que no era de extrañar que la bilbaína sala Rocket presentara un aspecto bastante concurrido.

El bueno de Kurt Baker disparó buena munición desde el comienzo con la hard rockera “Send Me To Mars”, un toque de atención para los dubitativos que quizás no tengan muy controlado a este tipo. Subió varios peldaños de golpe con la maravillosa “I Like Her A Lot”, con un estribillo pegadizo de esos que no se te despega durante el resto del día, y la homónima “Rock ‘N’ Club”, que valió para reivindicar los garitos de rock de toda la vida, que buena falta hace ante la proliferación de festivales multitudinarios.

“So Lonely”, con sus coros en plan The Beatles, sirvió para poner de relieve la genial banda que llevaba de músicos patrios, con figuras tan destacadas como el guitarrista Jorge Coldan de Señor No o Juancho López al bajo, un veterano que suele acompañar a Kurt en la mayoría de sus proyectos. Mencionar en este aspecto que se le vio al frontman más suelto que en otras ocasiones al ocuparse más de pandereta y maracas y delegar el bajo o la guitarra en sus respectivos miembros.

La apelación a la juerga de fin de semana, o al desmadre a secas, no podría faltar en un bolo de Baker, al igual que la petición de “chupitous” que le caracteriza. “Anchors Up”, de su disco más reciente, siguió elevando el nivel de la velada, con melodías que en directo no perdían ni un ápice de su eficacia en estudio.

Seguramente fuera de los mejores repertorios que le recuerdo, porque todo eran himnos contemporáneos del calibre de “Foolish Stuff”, otra fundamental para cualquier fan de Lennon y McCartney, o “Sick of Waiting”, que sobrecogió con una interpretación deslumbrante por parte de Kurt. ¡Cómo puede cantar tan bien este tipo!

“Used To Think” evocó a The Beach Boys por sus coros playeros y “Next Tomorrow” reivindicó las grandes composiciones que se ha sacado de la manga en sus últimos discos. Diría que en este sentido vive un momento creativo sobresaliente que obliga a adquirir sin pensárselo demasiado cualquier trabajo que lance.

A pesar de que en esta gira Kurt no suela portar guitarra ni bajo por norma general, todavía reserva espacio para armarse de vez en cuando con acústica para derretir al personal. Aunque con el empuje de piezas como la glam “Can’t Wait” o la festiva “Partied Out” podría afirmarse que está casi todo hecho, muy errado habría que estar para no apreciarlo en las distancias cortas.

Se despidió por primera vez con otra tonadilla para calentar la garganta como “Don’t Go Falling In Love”, un auténtico clásico en su trayectoria que debería aparecer junto con la definición de power pop. Regresó en solitario con la acústica para arrancarse con dos cortes amorosos como “In Love Alone” y “She Don’t Wanna Be Alone”, donde brilló la espectacular voz del de Maine. Alguien hasta gritó al final: “¡Qué bonita!”.

Tocó la fibra sensible, vale, pero aquella no era una forma de terminar con fuste, por lo que, ya con la ayuda de la banda, Kurt rescató un par de estupendas versiones como “Bad Boy” de Larry Williams, una bomba de rock n’ roll que The Beatles incluyeron en el primer volumen de ‘Past Masters’, y el “Cruel To Be Kind” de Nick Lowe, que también tuvo su punto.

Nos quedamos con las ganas de escuchar joyas como “Lost In Traslation” o “Emma Stone”, pero volvimos a constatar que en los bolos de Kurt Baker solo te pueden pasar cosas buenas. El imbatible club de rock n’ roll que monta cada noche en la ciudad para aficionados al punk, power pop, hard rock, o simplemente música con mayúsculas, ofrece tantas emociones sin descanso como una montaña rusa. De cátedra, una vez más.

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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Extenso resumen hacia el currado concierto por parte de este veterano como es KURT BAKER y sus músicos a través de estos temas en la Rocket bilbaina.

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