Crónicas
KK’s Priest + Dieth en Bilbao: La llamada del heavy metal
«Mira que en la época en la que Ripper Owens estaba en Judas Priest no es que gozara de una excesiva simpatía, sustituir al Metal God Rob Halford nunca fue fácil, pero hay que devolverle a este tipo la dignidad que merece y admitir que probablemente sea uno de los mejores vocalistas de heavy metal que se pueden contemplar hoy en día en directo.»
7 julio 2024
Sala Santana 27, Bilbao
Texto: Alfredo Villaescusa. Fotos: Unai Endemaño.
Si en una película podríamos tener a un dios cantando canciones de Whitney Houston, no sería descabellado imaginar que existieran en el mundo miles de fieles rezando a una criatura divina encuerada con tachas y realizando ese clásico gesto de los cuernos cuya paternidad se atribuye el histórico bajista de Black Sabbath, Geezer Butler. Y a ese ser todopoderoso no le mola que le reciten letras de principio a fin como si fueran los salmos ni que alguien se considere el más heavy del lugar, sino que le basta con que le presten la atención debida, sin móviles ni cotorras de por medio, lo cual exige un sacrificio encomiable en la época contemporánea.
Mucho se habla de que el metal, el rock y lo que cualquiera imagine está muerto, pero agrada comprobar cómo sigue habiendo recitales que nadie se quiere perder y que logran abarrotar recintos incluso en las circunstancias más desfavorables. Obviamente, un domingo de verano no constituía el escenario más propicio para una descarga a la vieja usanza, pero una muchedumbre considerable se congregó en la bilbaína sala Santana 27 para ver de cerca a todo un icono como el guitarrista ex-Judas Priest K.K. Downing.
Al toparnos con Rafa de Sönambula, nos dijo: “¿Has acudido a la llamada del heavy metal?”. Y eso ya nos dio pie para el titular, pues había bastantes antiguos conocidos por el lugar, era como si hubieran tocado corneta y muchos hubieran salido de su refugio antinuclear para acudir a un concierto.
La velada se inició con los insulsos Dieth, un proyecto que básicamente destacaba por la inclusión al bajo del ex-Megadeth David Ellefson, y diría que ese se antojaba el único atractivo. Vale que el rollo thrash death no es que fuera de nuestros preferidos, pero bastante lineal se tornó un repertorio con piezas como “Heavy is the Crown” o “Walk With Me Forever”, con el carismático bajista a la voz en determinados fragmentos.
Sabemos que en los últimos tiempos la relación de Ellefson con Dave Mustaine no es la mejor del mundo, pero recordemos que este tipo se pasó en Megadeth unas tres décadas, en concreto, desde 1983 a 2002, y posteriormente de 2010 a 2021. Además, participó incluso en la composición de temazos como “Tornado of Souls” o “A Tout le Monde”, entre muchos otros. ¿Qué les habría costado hacer una versión que aportara ese dinamismo que tanto se echaba de menos?
La espectacular puesta en escena que gastaban KK’s Priest, con la batería elevada sobre una plataforma, columnas de humo y un vídeo introductorio que presentaba a los distintos miembros como superhéroes nos anticipaba que lo que veríamos aquella noche sí que sería algo especial por lo menos. Mira que en la época en la que Ripper Owens estaba en Judas Priest no es que gozara de una excesiva simpatía, sustituir al Metal God Rob Halford nunca fue fácil, pero hay que devolverle a este tipo la dignidad que merece y admitir que probablemente sea uno de los mejores vocalistas de heavy metal que se pueden contemplar hoy en día en directo.
Lo bueno de este grupo, que podría tirarse el concierto entero tocando Judas Priest y nadie se quejaría, es que sus propios temas eran auténticos cañonazos, caso de ese tremendo “Hellfire Thunderbolt” con el que establecieron las coordenadas de la noche de un plumazo. “Strike of the Viper” mantuvo el tirón, con un Ripper pletórico en el apartado vocal, y “One More Shot at Glory” fue otro ejemplo más de que sus composiciones se recibían como si ya fueran clásicos del heavy metal. Lo dicho, si incluyen himnos de la antigua banda de KK Downing es más bien por respeto a su público, no porque realmente les haga falta.
Siempre hay que alabar a los artistas que se preocupan por sus fieles, por lo que los diversos gestos de cercanía que tuvo el frontman con sus seguidores le alejaban por completo de cualquier afectada pose de estrellita de rock. Por eso mismo, no extraña que la muchedumbre profese cierto cariño hacia su persona como cuando pide repetir su nombre antes de “The Ripper” de Judas Priest. Casi nada.
La cosa todavía era susceptible de mejorar y a buen seguro que lo hizo con “Night Crawler”, un corte del ‘Painkiller’ que no se escuchaba en directo en la actualidad ni de casualidad. “Sermons of the Sinner” volvió a poner a prueba las gargantas de la afición, mientras que “Burn in Hell” sirvió de testimonio a la incomprendida etapa de Ripper en Judas Priest. Nunca le pillamos el punto a esta última canción, ni en los noventa ni ahora, pero entendemos a los que valoraron esta nueva perspectiva que actualizó el sonido de los de Birmingham.
Atreverse con “Beyond The Realms of Death”, del álbum ‘Stained Class’, ya entraba dentro del apartado de las exquisiteces, y contó, por supuesto, con otra interpretación deslumbrante de Ripper. Estos detalles les ganaban para la causa, porque tampoco me suena que suela caer en los bolos habituales de Halford y compañía.
“¡Mejor que en Judas!”, decían algunos por detrás, y no podríamos estar más de acuerdo respecto a la labor de Ripper aquella noche en la que sudó de lo lindo la camiseta. “Hell Patrol” marcó otro de los picos en cuanto a aceptación popular, con la peña tarareando hasta los riffs del tema. Y la versión de Fleetwood Mac “The Green Manalishi (With the Two Prong Crown)” sí que aparecía con frecuencia en el repertorio actual de Judas Priest, pero daba igual, pues se volvieron a entonar incluso los punteos.
La trillada “Breaking The Law” estuvo aderezada por banderas de Reino Unido por las pantallas, antes de arrancarse con otra prueba de fuego de la envergadura de “Victim of Changes”, que fue algo tan sobrado como para quitar hasta la más mínima ojeriza que uno tuviera contra Owens. Descomunal total, encima no se limitaron solo a bordar tan histórica pieza, sino que el vocalista rubricó la interpretación con un extraordinario alarde vocal que desató la preceptiva salva de aplausos.
Así, sin apenas darnos cuenta, nos habíamos plantado en el final del concierto, pero condescendieron con la entregada afición con un bis más, “Raise Your Fist”, que era otro trallazo, aunque fijo que muchos hubieran preferido un “Painkiller” o un “Living After Midnight”, por no decir otras. Se lo habían currado, no era cuestión de ponerse en plan avaricioso.
Lo grande de esa llamada del heavy metal que pareció universal fue que al volver a casa en metro nos encontramos con una chica a la que solo conocíamos de vista de bares, y sin haber hablado nunca ni una sola palabra, se nos acercó para decirnos que el bolo había superado por completo sus expectativas. Gente a la que le mueve la música siempre en mi equipo.
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1 comentario
Pequeño resumen hacia el gran y cañero concierto que ofrecieron los KK PRIEST a base del mejor Heavy Metal presentando en Bilbao su último álbum y que junto a estos temas de los históricos JUDAS PRIEST lo bordaron. Muy buena banda compuesta por musicos veteranos los DIETH los cuales ofrecieron un gran concierto y con el gran David Ellefson en sus filas.