Crónicas

Crónica de Helloween y HammerFall en Madrid: Gloria y redención

«Las expectativas siempre están por las nubes cuando se trata de comprobar las evoluciones de Michael Kiske y Kai Hansen ante el micrófono en un rol compartido con un Andi Deris que cada vez impresiona más.»

2 septiembre 2023

WiZink Center, Madrid

Texto: Jason Cenador. Fotos: Alfonso Dávila.

Dicen que nunca es tarde si la dicha buena, y aunque el aterrizaje en nuestro país de la gloriosa gira conjunta de Helloween y HammerFall llegó mucho más tarde de lo inicialmente concebido por las pandémicas causas sobradamente conocidas, la dicha fue buenísima, memorable.

Helloween

La conjunción entre dos de las bandas más importantes del power metal europeo no defraudó a nadie y dejó una retahíla de himnos repletos de épica, poderío y velocidad que elevó nuestro espíritu y lo dotó de una energía más que bienvenida en época de vuelta a la rutina, cuando la depresión posvacacional azuza a muchos. Happy metal y grandilocuencia contra el aplatanamiento de septiembre, porque con la vitalidad de esos dos titanes, languidecer es imposible.

El martillo de HammerFall cayó sobre el silencio hasta hacerlo añicos cuando los suecos irrumpieron con inusitada fuerza sobre el escenario, dispuestos a dejar bien claro que su vigencia no caducó en aquel pasado glorioso jalonado de grandes clásicos. De hecho, la rotunda efectividad de “Brotherhood”, temazo de su más reciente álbum, ‘Hammmer of Dawn’, ya dejó de buenas a primeras una indeleble sensación de que, hoy por hoy, su estado de forma es pletórico, tras unos años no exentos de algún que otro altibajo.

HammerFall

“Any Means Necessary” puso patas arriba a un WiZink Center que lucía fenomenal con el aforo disponible lleno, aunque, eso sí, sin las gradas abiertas a excepción de la trasera, a diferencia del primer show de Helloween en Madrid tras el tremebundo golpe de efecto que supuso el regreso de Michael Kiske y Kai Hansen al conjunto alemán. El público venía con los deberes hechos, y se hizo notar arropando con calidez y entrega a los  suecos tanto en himnos pretéritos como “The Metal Age” como en temas de nuevo cuño como la propia “Hammer of Dawn”.

El desempeño de HammerFall fue espléndido, intachable durante todo el show, con un Joacim Cans que conserva intacto su límpido, poderoso y agudo timbre de voz como si los años no pasaran por su garganta y un Oscar Dronjak cuya actitud sobre las tablas es todo un espectáculo, metido de lleno en su papel y transmitiendo una seguridad, un garbo y una entrega que son todo un ejemplo de cómo afrontar guitarra en mano un concierto de heavy metal. Su guitarra y la de Pontus Norgren sonaron deliciosas, reconocibles e hiperactivas, con una calidad que ni las albóndigas del Ikea.

HammerFall

“Bloodbound” antecedió a la descomunal “Renegade”, himno inapelable que puso en cotas estratosféricas una emoción que se mantuvo con “Venerate Me” y “Last Man Standing” antes de que dieran buena cuenta de su virtuosismo en un intenso collage de fragmentos de “Hero’sReturn”, “On the Edge of Honour”, “Riders of the Storm” y “Crimson Thunder”.

Muy apropiada era la guitarra en forma de martillo de Oscar al son de la portentosa “Let the Hammer Fall”, tras la que vino un giro de ciento ochenta grados con la imprescindible balada “Glory to the Brave”, que daba nombre a su inolvidable disco debut y nos puso los pelos de punta una vez más.

Entusiasmado por haber vuelto a actuar en Madrid y en una excelente química con el público, Joacim presentó a sus compañeros y se introdujo a sí mismo como vocalista de HammerFall, de lo que está “jodidamente orgulloso”. Y no es para menos. Aquello se acercaba al final, pero no podía llegar sin “(WeMake) Sweden Rock” y, tras un momento en el que Joacim bromeó sobre si tirarse de cotorreo cinco minutos o tocar la última, la celebradísima “Hearts on Fire”, que incendió nuestros corazones y carbonizó las penas en una auténtica explosión de júbilo colectivo ideal para allanar el terreno a los dioses del metal feliz que bajarían de nuevo a la tierra unos minutos después.

Helloween

Pocas bandas de heavy metal son capaces de generar mejor ambiente que Helloween, ídolos terrenales, cercanos y queridos que viven una época dorada desde que se configuró la actual formación, con la que defienden ya un disco homónimo cuyo temazo que lo abandera, el largo y exuberante “Skyfall”, fue el elegido para prender la mecha del apoteósico fiestón de velocidad, melodía y poderío que teníamos por delante Su monumental estribillo, el juego de voces entre los tres cantantes en escena y su opulencia instrumental  justifican más que de sobra la elección.

Las expectativas siempre están por las nubes cuando se trata de comprobar las evoluciones de Michael Kiske y Kai Hansen ante el micrófono en un rol compartido con un Andi Deris que cada vez impresiona más. El vocalista residente en Tenerife llevó la voz cantante hablando con simpatía y gracejo en castellano con el público, y de los tres fue quien más sobresalió, llegando a unos tonos siderales y cantando increíblemente bien. Y eso que se las ve con el cantante al que sustituyó y del que ahora es amigo íntimo, un Michael Kiske que sigue llegando a todo aunque se le percibe un mayor esfuerzo que hace treinta y cinco años. Lógico y normal. Fue Kiske quien defendió la irresistible “Eagle Fly Free”, una maravilla ecuménica que lo puso todo patas arriba.

Helloween

Tomó después la palabra el afable Deris antes de dejarnos boquiabiertos con su desempeño en “Mass Polution”, sucedida por “Future World”, otro cañonazo de los veneradísimos ‘Keeper of the Seven Keys’ y “Power”, tal vez una de las que más siguieron la estela de aquellos cuando Deris se hizo con el puesto a comienzos de los noventa. Ni que decir tiene que ambas fueron coreadas hasta la extenuación, a lo que contribuyeron todos los presentes sobre el escenario.

Frescura y profesionalidad relucían a partes iguales de la mano de un grupo en el que todos son protagonistas, desde los avezadísimos guitarristas Michael Weikath, Sascha Grestner y, cómo no, el siempre genial Kai Hansen, hasta el bajista Markus Grosskopf y el batería Dani Löble, artífices de una rocosa base rítmica completamente infranqueable. Dinamismo, énfasis y diversión entre todos, que se lo pasan bomba en cada concierto y lo contagian inevitablemente a todo el personal.

Helloween

Se me antoja discutible que vuelvan a los ‘Keeper’ para rescatar “Save Us” y se dejen fuera, sin embargo, “March of Time”, “I’m Alive” o “Halloween”, pero ya se sabe, nunca llueve a gusto de todos, y eso que fuera del pabellón estaba cayendo de lo lindo. En cualquier caso, los más nostálgicos tuvieron su momento cumbre cuando Kai Hansen recabó el protagonismo tras ser presentado con carisma por Andi, que puso en valor a quienes “hicieron Helloween” allá por 1984, comentando de su compañero que ya “es viejito”. ¡Pues anda que no le queda carrete! El medley de temas del primer álbum, ‘Walls of Jericho’, compuesto por “Metal Invaders”, “Victim of Fate”, “Gorgar” y “Ride the Sky” fue abrumador, bestial, y Hansen demostró que su garganta sigue rindiendo y que su agilidad a la guitarra es un don del que no se ha desprendido. La adrenalina y el alto voltaje, por las nubes.

“Forever and One” nos bajó a la tierra a medio tiempo y fue pretexto para tomar un respiro antes de “Best Time”, tras la que “Dr. Stein” volvió a hacer de aquello un hervidero, intercalándose en ella las voces de Kiske, Deris y Hansen. La alegría colectiva se perpetuó con “How Many Tears”, en la que Deris lucía una simpática diadema con orejitas; la divertida “Perfect Gentleman”, en la que el propio Deris lucía una chaqueta roja de brillantina, sombrero y bastón; y la larga y entusiasmante “Keeper of the Seven Keys”.

Fue bonito ver cómo Andi Deris presentaba a Michael Kiske como su cantante favorito y justo después, Kiske hacía exactamente lo mismo, todo antes de un avasallador solo de batería de Löble que dio paso, con un buen número de grandes globos naranjas con la eterna figura de la calabaza flotando sobre el público, a la definitiva “I Want Out”, broche de oro a un concierto que nos alegró la vida una vez más y allanó la cuesta de septiembre hasta convertirla en una autopista hacia el cielo del power metal.

Jason Cenador
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Esta entrada fue escrita por Jason Cenador

1 comentario

  • Juandie dice:

    Gran resumen hacia las potentes actuaciones que se marcaron dos históricas bandas del mejor Heavy Metal como son los suecos HAMMERFALL y los germanos HELLOWEEN en esta gira conjunta la cual pasó por el histórico Palacio De Los Deportes de la bella y rockera ciudad de Madrid.

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