Crónicas

Haches: Letras mudas que hacen mucho ruido

«De esta gran noche me quedo con la mamá de Miguel en primera fila viendo a su hijo, los acólitos fans y amigos del grupo cantando las canciones y el buen rollo y unidad que había entre el público en general.»

16 noviembre 2024

El Sótano, Madrid

Texto y fotos: Fede DeMarko

Muchos nombres se nos vienen a la mente cuando pensamos en bandas que arrancan desde abajo y pelean por hacerse un nombre. Haches es un claro ejemplo de trabajo, resistencia y ganas de hacer bien las cosas. Ante una abarrotada sala El Sótano, en el corazón del barrio de La Latina, dieron un show redondo y desenfadado ante familia, amigos y seguidores.

La Latina, ese histórico barrio madrileño en el que puedes ver de todo, desde pijos alternativos hasta amigos de lo ajeno que pululan por esos estrechos pasadizos escrutando los bolsillos del personal en busca de algún dispositivo electrónico o cartera. El final de la temporada estival ha hecho que esas calles ya no estén teñidas con coloridas camisas de variados diseños y formas; sobre todo, se ha dejado de percibir el bullicio que suelen albergar. Da gusto poder pasear dichas calles cuando no hay tanta gente alrededor.

El bolo arrancó con la proyección en exclusiva del videoclip oficial de su último single, “Somos de Hortaleza”, corte en el que colaboran junto a sus vecinos Porretas y en el que ensalzan con orgullo su pertenencia al distrito ubicado en el noreste de la capital. Pronto estará disponible para todo el público, por lo que me niego a destriparlo en esta crónica.

Una vez proyectado el videoclip, los miembros del sexteto ocuparon sus puestos para arrancar. Marcial se dirigió al público para comentar que ninguno de los miembros de Porretas iba a poder asistir al concierto para interpretar el tema en directo, pues sus vecinos acababan de volver de una gira y estaban cansados.

El bolo arrancó con “Sin molestar”, primer corte de su última placa de estudio, ‘La vida que nos pasa’, que vio la luz por estas fechas hace dos años. Un tema sin duda cargado de energía y buenas vibras, un tema perfecto para arrancar un concierto y cargar las pilas del público. “Tan cerca, tan lejos” fue el siguiente en sonar. Cabe destacar que el hecho de ser tres guitarras le da una riqueza de arreglos guitarreros a sus directos muy notable. ¡Mano de santo para los que disfrutamos de la potencia de las guitarras en vivo! “Las Mentiras” es gran prueba de ello, pues cuenta con dichos arreglos a cascoporro, incluido un solo sensacional.

“El café” me gustó especialmente, sobre todo en lo que respecta al contenido lírico de la misma. Marcial nos introdujo el tema comentando que estaba dedicado a ese café que muchos nos hemos dejado de tomar con algún amigo con el que nos hemos enfadado de manera innecesaria en algún momento de nuestras vidas. Creo que es una letra con la que nos podemos sentir identificados en algún momento. Es una lástima perder grandes amistades por culpa de piques estúpidos.

Más temas a destacar, sin hacer de menos a otros tantos de esta quincena de trallazos, fueron “Vamos a romperlo todo”, primera vez que sonaba en vivo y uno de los sencillos en los que participan sus dos más recientes incorporaciones, el chileno Paulo Verguer al bajo y Miguel Rodríguez a la guitarra. “Dibujando corazones” tampoco podía faltar, un tema de corte sentimental que lo está petando en plataformas digitales, en las que suma ya más de 200.000 visualizaciones.

El contrapeso de la ausencia de sus paisanos hortalinos, Porretas, fue amenizado por una brutal versión de un clásico del calibre de “Si nos dejáis”, temazo perfecto para animar cualquier bolo o fiesta popular. Entre los bises pudimos encontrarnos con cortes clásicos de nuestro rock nacional como lo son “En blanco y negro” de Barricada y “Vamos muy bien” de Obús.

El broche de oro lo pusieron con “Somos de Hortaleza”, su más reciente creación de estudio, una oda absoluta al amor que nuestros protagonistas profesan por el barrio que les vio crecer.

En cuanto al sonido, personalmente, no hubo nada que objetar. El hecho de contar con tantos instrumentos que ecualizar complica sí o sí la labor de cualquier técnico de sonido. Por mi parte, me hubiera gustado que las luces del escenario no incidieran tanto desde el escenario hasta el público, pues complica de sobremanera la labor fotográfica.

De todas formas, y como dice el dicho: “Dios da las peores batallas a sus mejores guerreros”, por lo que asumí el reto y disfruté de inmortalizar una noche tan importante para Haches.

De esta gran noche me quedo con la mamá de Miguel en primera fila viendo a su hijo, los acólitos fans y amigos del grupo cantando las canciones y el buen rollo y unidad que había entre el público en general.

Al acabar la fiesta, su bajista, Paulo, se me acercó para decirme en un tono de colegueo que fuera bueno. Descuida, Paulo, que mi trabajo no se basa en “ser bueno” o “ser malo”; mi trabajo se basa en apoyar y dar voz a los trabajadores de la cultura como vosotros que mantenéis viva la escena contra viento y marea a través de estas líneas.

Esta ha sido, sin atisbo de dudas, una gran antesala para la esperada fecha el próximo 14 de marzo en la madrileña sala Nazca junto a los gallegos Tregua (entradas ya están a la venta en este enlace), no sin antes hacer una parada en la sala Urban Rock Concept de Vitoria-Gasteiz el 11 de enero.

Fede DeMarko
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