Crónicas
Guns N' Roses + Rival Sons: Obtuvimos casi lo que queríamos
«Al final, obtuvimos, parafraseando el título de la gira, casi todo lo que queríamos, y lo que está claro es que la actual formación, a nivel instrumental suena mejor que nunca; podremos disfrutar de grandísimos conciertos en un futuro próximo. Notable alto para los Guns»
9 junio 2025
Estadi Olímpic, Barcelona
Texto y fotos: Andrés Brotons
Guns N’ Roses regresaba a nuestro país tras un concierto más que notable en Madrid en 2023, al que pude asistir y que me dejó tan buen sabor de boca que me animé a repetir en este nuevo tour. Esta gira, que celebra los 40 años desde el primer concierto de la formación original en el mítico Troubadour de Los Ángeles, venía acompañada de cierta controversia: desde el desafiante e irónico nombre de la gira (“Porque lo que tú quieres y lo que obtendrás son dos cosas completamente distintas”), hasta el cambio de batería unas semanas antes de comenzar su andadura, o el veto a la prensa en su concierto al no conceder acreditaciones, debido a la inconformidad de la banda con las críticas recientes. A pesar de estas polémicas, a algunos nos gusta ver a los grupos desde el Front Stage, y fuimos previsores al adquirir las entradas y no íbamos a lloriquear por este motivo como pueden hacer otros.
Aunque no hubo sold out al ser la única fecha en España en lunes, el evento tuvo una asistencia más que decente. Coincidió con festividades en Murcia y La Rioja, y en más de doscientos municipios de Cataluña por la “Segunda Pascua” o Lunes de Pentecostés. La expectación era palpable en el Estadi Olímpic, con miles de almas llegadas de toda la Península Ibérica y más allá, listas para vibrar en esta noche única.
Antes del plato fuerte, la vibrante energía blues rock de los también californianos Rival Sons inundó el escenario. Ofrecieron una potente actuación que sirvió de inmejorable antesala a Guns N' Roses. Les tenía muchas ganas, pues su estilo setentero, heredero de los mejores Led Zeppelin, sus producciones discográficas crudas y su excelente catálogo de canciones los convertía en una opción perfecta para abrir a sus paisanos.
La banda, con Jay Buchanan (voz, armónica y guitarra rítmica), Scott Holiday (guitarra principal y coros), Michael Miley (batería y coros), Dave Beste (bajo y coros) y Jesse Nason (teclado), demostró por qué es una de las formaciones más respetadas del rock actual. Buchanan, además, llevaba un elegante traje rojo y actuaba descalzo, añadiendo un toque distintivo a su presencia escénica.
El concierto arrancó con la famosa intro de los silbidos de la película "El bueno, el feo y el malo", y con un imponente telón rojo proyectado como fondo. Así, dio inicio su descarga con el corte "Mirrors" de su reciente disco ‘Darkfighter'. Continuaron con la "sabbathiana" de marcado riff "Open My Eyes". Un clásico infalible como "Pressure and Time", del álbum homónimo, conectó con los fans de siempre, desatando la euforia con su contagioso ritmo.
Igual de buen recibimiento tuvo la increíble balada "Where I've Been". La descarga de energía continuó con la cruda "Electric Man", que se ha convertido en un himno de rock puro de este milenio, haciendo vibrar a la multitud antes de pasar a "Torture". En dicho tema, todo el público tarareó los "uoh" de su pegadizo estribillo, y la banda agradeció en español (“muchas gracias”) la gran receptividad de la audiencia.
Finalmente, para cerrar su potente set, Rival Sons eligió "Feral Roots". Durante su actuación, agradecieron a Guns N' Roses el haberlos elegido como banda de apoyo para su gira, pues ha sido para ellos como un "rasca y gana". La actuación de Rival Sons fue una clase magistral de rock and roll; supieron caldear el ambiente de manera inmejorable, aprovechando bien su breve tiempo y ganándose, sin duda, una buena base de nuevos fans.
El aire se cargaba de energía antes de que Guns N' Roses irrumpiera en el escenario. Desde hace años, la legendaria banda prescinde de pirotecnia, basando su impacto visual en una pantalla central y dos laterales con excelentes proyecciones en 3D que acompañan cada tema de su extenso repertorio.
Así, con un vistoso y extenso video introductorio con su icónico monstruo rojo de ‘Appetite’, la locura se desató antes de que los primeros riffs hipnóticos de una de las piezas fundamentales del hard rock introdujeran, con un estruendo del público, el mítico "Welcome to the Jungle". Al final de esta, Axl añadió un eufórico "you are in the jungle, Barcelona", que desató aún más la euforia del público.
Axl Rose, con su inconfundible energía y en un estado de forma mucho más delgado, atlético y saludable que cuando comenzó esta última era hace casi diez años, se adueñaba del escenario con sus clásicos bailes y movimientos, mientras Slash desataba sus inconfundibles riffs icónicos.
Sin duda, en estos primeros temas ya podíamos observar cómo el nuevo y más joven batería (comparado con la media de edad de los componentes clásicos), el ex-Loaded Isaac Carpenter, ha inyectado energía a todo el repertorio del combo. Su forma de tocar es un cruce entre el batería original, Steven Adler, y el añorado Matt Sorum. Está claro que es un percusionista mucho más poderoso, ágil y versátil que su antecesor, Frank Ferrer, además de que disfruta intensamente cada canción y vive un sueño.
Los teclados y coros, a cargo del también histórico y longevo miembro Dizzy Reed, así como el de Melissa Reese, aportaron capas esenciales de sonido, enriqueciendo la atmósfera musical de cada pieza, y especialmente el apoyo de Melissa fue esencial para maquillar las actuales carencias de Rose. Aún así, Axl estuvo muy receptivo y muy simpático durante todo el concierto e incluso respondió a una fan con un sentido "I love you too”.
A continuación, la banda interpretó "Mr. Brownstone". Este clásico de 'Appetite for Destruction' es siempre un favorito del público y una pieza energéticamente estable para la voz actual de Axl, casi siempre ya situada al inicio del set para calentar motores.
El viaje continuaba con "Chinese Democracy", un tema de un álbum del que, aunque algunos fans renieguen de él, recibió la bendición de Duff y Slash al ser interpretado en vivo desde la primera vez que lo hicieron, y donde el apoyo vocal de Melissa fue muy importante. Aquí se lució el guitarrista Richard Fortus, quien participó en su día en su grabación y la ha tocado incluso más tiempo.
También la rocanrolera y bluesera "Bad Obsession", una joya de ‘Use Your Illusion I’ rescatada en la anterior gira y que parece haber llegado para quedarse, fue otro de los momentazos donde Axl, con sus tonos graves, se desenvolvió mejor, sonando con una fuerza y comodidad notables. Durante esta, el icónico logo de la banda iba rotando en primer plano en la pantalla central. Por otro lado, en los falsetes, aunque tuvo momentos de brillantez, a veces sonaba algo carente de la potencia y el control de antaño, un aspecto que algunos esperaban con expectación.
Siguiendo con el setlist, sonó la intensa "Out ta Get Me", presentada irónicamente por Axl como una canción "paranoia de Axl". Este corte crudo y lleno de la energía hard rock de su álbum debut conectó con la audiencia conectando con su letras rebelde y el distintivo trabajo de guitarra de Slash en un corte que musicalmente es todo un guiño a AC/DC, de los que Axl fue vocalista invitado en 2016.
La primera parte del concierto continuó siendo un despliegue de fuerza, con temas como "Slither" (un guiño a Velvet Revolver, la banda de Slash, Duff McKagan y el malogrado Scott Weiland, que Axl ha querido reconocer como un hit de sus compañeros perpetuándolo en el repertorio).
La energía no decayó con la inclusión de canciones más recientes como el “patito feo” de corte industrial "Absurd" (posiblemente su tema más arriesgado, aunque en directo les funciona mejor aunque a muchos nos dejó bastante fríos. Además, fue un poco recargada de samplers por Melissa, incluyendo los gritos pregrabados de Axl enlatados).
Llegó, está vez sí, otra infaltable, la potente y resultona cover de Paul McCartney "Live and Let Die", que siempre levanta al público y es acompañada de un espectacular juego de luces.
Posteriormente, la audiencia pudo disfrutar de "Double Talkin' Jive", una pieza instrumental de 'Use Your Illusion I' (1991) que una vez más se extendió con jams de guitarra de Slash, mostrando su destreza y el lado más "sucio" del rock de la banda, a la par que los guiños flamencos. Al final de esta, donde Slash se vació en el solo, Axl lo acompañó a la percusión con la pandereta.
La explosividad regresó con dos himnos más: la esperada "You Could Be Mine”, asociada para siempre con “Terminator 2”, coreadísima, y "Rocket Queen". Esta última, uno de sus mejores temas, una noche más fue caballo ganador, incluyendo extensos solos por parte de Richard Fortus y sobre todo de Slash. Además, Axl y Slash volvieron a conectar en el escenario demostrando que su cohesión sigue intacta.
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La masa catalana coreaba cada letra y cada nota de tanto tema mítico, más cuando llegó una noche más la épica y alargada "Knockin' on Heaven's Door", con un espectacular video de una escalera hacia el cielo en la pantalla central, transformando el Estadi Olímpic en un coro multitudinario lleno de magia, con la réplica a Axl de la audiencia gritando a pleno pulmón el legendario estribillo escrito por Dylan. Después recibimos otro de sus singles más recientes, "Hard Skool", fielmente interpretada y que, esta vez sí, encaja a la perfección con la actitud más hard rockera y macarra de la banda.
La nostálgica "Yesterdays", del álbum 'Use Your Illusion II’, fue la siguiente en el repertorio, una semibalada melancólica con toques acústicos que permite a la banda explorar una faceta más íntima y emocional, siempre muy bien recibida por la emotividad de este hit single. Tras su gran recibimiento, Axl dio un sentido "thank you”.
Temas más polémicos como "Better", con la habitual introducción nueva para los directos y donde el apoyo vocal de Melissa fue más que palpable, así como la densa composición "Coma", permitieron a la banda explorar sus facetas más complejas y extensas, manteniendo a toda la audiencia hipnotizada. Durante dicho tema de Slash hubo un pequeño guiño en el vídeo proyectado de acompañamiento con el icónico rayo de AC/DC.
Llega la punk-rockera "Attitude", una versión de Misfits incluida en el álbum de versiones 'The Spaghetti Incident?’ (1993), en la que Duff McKagan suele tomar las riendas de la voz principal, ofreciendo un momento de cruda energía punk que el público siempre celebra. Antes de esta, Axl Rose presentó a Duff en castellano: "Señores y señoritas, Duff McKagan", y el breve tema fue incluso algo más alargado de lo habitual. Tras un celebrado "It's So Easy”, mucho más tardío de lo habitual, al final de la canción a Axl se le cae el micro al suelo, disimulándolo con una de sus poses icónicas, a pesar de que no pudo cantar el "Yeah" final.
Llegó el esperado solo de Slash, un momento de pura maestría donde el guitarrista demostró por qué es una leyenda viviente, haciendo hablar a su Gibson con una pasión inigualable y muy blusera, de la vieja escuela, incluyendo un breve cameo al mítico tema "Peter Gunn" de Henry Mancini. Huelga decir que cuando Axl presentó al hacha, el estadio se vino abajo, lo que le honra al reconocer por fin que es una pieza infaltable del rompecabezas que se empeñó en mantener sin él durante casi veinte años.
La recta final fue un torbellino de himnos, con un triplete de infarto que incluyó su tema de masas por excelencia, "Sweet Child O' Mine", desatando la euforia colectiva con su machacado y reconocible riff. Una marea de móviles grabó el icónico tema, aunque la chaqueta de brillantes que portó Axl durante la interpretación era un tanto hortera. El final de la canción incluyó un breve guiño al "Voodoo Child" de Jimi Hendrix por parte de Slash. Le siguieron la intensidad de la bélica epopeya "Civil War" y la majestuosidad de una de las baladas más inmensas de la historia del rock, la mágica "November Rain", con Axl sentado una vez más al piano y la emoción a flor de piel en su solo final por Slash, donde la proyección del vídeo central fue espectacular.
Irónicamente, durante "Civil War" hubo un atisbo de pelea en el público por la zona donde nos ubicábamos, aunque no llegó la sangre al río. Sin embargo, sí es cierto que había varias personas perjudicadas por el alcohol en el concierto que incordiaban con empujones al resto del público, lo que deslucía un poco el disfrute del concierto. "Wichita Lineman" (una canción interpretada originalmente por el artista country de culto Glen Campbell en los 60) y la maravillosa y melancólica balada "Patience", tocada con guitarras acústicas, ofrecieron un momento de relax antes de la traca final.
Otra de las piezas más emotivas de la noche fue "This I Love", una poderosa balada del álbum 'Chinese Democracy’, que sustituyó a "Don't Cry" esta vez. A pesar de ser de una etapa posterior de la banda, se ha convertido en un "éxito inesperado" entre los fans, apreciada por su intensidad emocional, y aunque vocalmente Axl estuvo justito en su interpretación al ser un corte muy exigente, Slash sí parece haberle pillado el punto con sus improvisados solos y lo toca mucho mejor que cuando comenzó a interpretarla hace casi diez años.
Otra sorpresa vendría con la energía punk de "Down on the Farm" (otra versión de U.K. Subs incluida en el ‘Spaghetti’ que sorprendió a algunos), que les quedó redonda. Me alegró que sonase "Estranged", de su mítico video de delfines, pues Rose y Slash siguieron demostrando su magia en un diálogo musical que solo ellos pueden crear, siendo esta la rola favorita de muchos fans.
La inquebrantable e infaltable "Nightrain", donde Axl hizo una interpretación bastante digna, con la intro inicial de la sirena del tren introduciendo el tema, hizo enloquecer al público. Finalmente, llegó el apoteósico cierre con "Paradise City", esta vez sin confetti pero sí con una explosión final musical que dejó a Barcelona exhausta pero exultante. Axl acabó tras "Paradise City" con: "Barcelona, Spain, great fucking night!", al tiempo que toda la banda se despedía abrazada, saludando sonriente desde el escenario.
Al final, obtuvimos, parafraseando el título de la gira, casi todo lo que queríamos, y lo que está claro es que la actual formación, a nivel instrumental, con la incorporación de Carpenter, suena mejor que nunca. Si Axl consigue volver a recuperar mediante un coach vocal parte del brillo de antaño de su voz, podremos disfrutar de grandísimos conciertos en un futuro próximo. Notable alto para los Guns.
Nota de redacción: Probablemente temeroso Axl tras las críticas recibidas en los últimos años por el estado de su voz (desde esta casa hemos tendido a ser benevolentes dentro de los límites de la objetividad), Guns N' Roses ha prohibido las acreditaciones de prensa en esta gira. Agradecemos a Andrés Brotons todos los esfuerzos que ha hecho para contaros cómo fue el concierto e ilustrarlo de la mejor manera posible dentro de las limitaciones.
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2 comentarios
Gran resumen hacia el pedazo de concierto que se marcaron los históricos GUNS AND ROSES a través de estos grandes clásicos en tan conocido estadio de la ciudad condal junto a unos RIVAL SONS los cuales dieron un gran recital como digna banda telonera.
Estuve ayer ahí y fue un deleite y placer asistir a semejante evento. INOLVIDABLE CONCIERTO.
Estoy bastante de acuerdo con Brotons en casi todo el artículo.
Estábamos mayormente gente de toda España y hubo en general buen rollo, salvo los típicos "pasados".
Recomiendo este video que grabé: https://youtu.be/k4Lvc7LTJSY?si=K80xFIoWBOIiW-6P