Crónicas

Grande Royale en Bilbao: Suecos con mucho amor

«En definitiva, se trató de unos suecos con mucho amor, con maneras de estrellas totales y dejándose la piel como si estuvieran en un pabellón de dimensiones gigantescas. Esa es la verdadera actitud del rock n’ roll. Que nadie se los pierda en su próxima visita, que no creo que tarde mucho en producirse.»

13 mayo 2023

Nave 9, Bilbao

Texto y fotos: Alfredo Villaescusa

Ha pasado ya un tiempo desde que explotara aquella burbuja escandinava en la que brillaron nombres como The Hellacopters, Backyard Babies o Turbonegro, pero su influencia sigue sintiéndose todavía a día de hoy. Lejos de convertirse en un movimiento pretérito, cada dos por tres surgen bandas con una fidelidad absoluta por el sonido abrasivo de The Stooges, el de los primeros discos de Kiss, e incluso un puntillo sureño que tal vez solo los de Nicke Andersson llegaron a desarrollar de una manera convincente. Unos parámetros que no buscaban transformar el mundo del rock, pero que desde luego lo cambiaron allá por finales de los noventa.

Ese espíritu se mantiene de forma vigorosa en los suecos Grande Royale, con una trayectoria que casi alcanza la década en la que ya pueden presumir de haber trabajado con Dregen de Backyard Babies o con el mismísimo Nicke Andersson de The Hellacopters, ahí es nada. Y su último álbum, ‘Welcome to Grime Town’, confirma que deberían ser una referencia importante para los fans de la electricidad desbocada y los mástiles elevados al cielo.

Tal vez las visitas anteriores a la península hayan creado un caldo de cultivo para su propuesta bastante respetable, pues había una multitud decente en la bilbaína Nave 9, que tras un cambio de gerencia sigue siendo uno de los puntos clave del rock n’ roll en la capital vizcaína. Por ahí andaban Pepe Bombs de Turbofuckers y Fabi de Penadas por la Ley, aparte de otros habituales del paisanaje concertil.

Dicen que para subirse a un escenario hay que creerse el tipo más importante del mundo y está claro que Grande Royale cumplen eso a rajatabla, pues desde el inicio oficiaron como si estuvieran en un estadio de grandes dimensiones. “Status Doom” era el pistoletazo de salida adecuado para enfervorizar a las masas, rock escandinavo de manual no exento de capacidad explosiva. Un cañonazo, vamos.

“Bang” rememoró por su ritmo el mítico “Detroit Rock City” de Kiss, por lo que era otra de sus grandes bazas en directo. Y “Troublemaker” no disminuyó en absoluto el interés. Su vocalista, con cierto parecido a Joey Tempest de Europe, se tornó un espectacular maestro de ceremonias a la hora de despertar a los fieles, aunque muchos andaban ya motivados de por sí. Saludó incluso diciendo “Aúpa”, como si se hubiera criado en las Siete Calles por lo menos.

Había además un buen rollo entre los escandinavos impresionante y eso se contagiaba a los fieles. El guitarra dijo que el vocalista se estaba poniendo “sexy” cuando se quitó la camiseta, por lo que se desataron algunas risas. “Stark Raving Mad” continuó repasando su material más reciente y en “Schizoid Lullaby” el bajista asumió tareas vocales con bastante competencia. Ni un segundo de respiro.

“Breaking News” poseía aroma de clásico, al igual que “Carry On”, que vuelve a fusilar en gran medida el sonido de los primeros trabajos de Gene Simmons y compañía. No pasa nada, esa también era una de las principales referencias de The Hellacopters. Y subieron otro escalón con ese himno en potencia que es “Seven Days No Sleep” y que adoraría hasta Nicke Andersson. Qué maravilla, señor.

La peña respondió bien, por lo que no era de extrañar que confesaran que adoraban el “Basque Country”. Ni siquiera la consabida presentación de la banda pareció cortar ese subidón perpetuo en el que parecían moverse y “Brake Light” se convirtió en la ocasión propicia para que la concurrencia se dejara la garganta repitiendo su pegadizo estribillo.

Preguntaron por “las mujeres de la sala”, pero los ánimos andaban tan exaltados que respondió uno de los parroquianos habituales, al que calificaron de “mujer con polla”, entre risas del personal. “Go Go Go” poseía cierto aire al “Die, Die My Darling” de The Misfits y cuando la muchedumbre comenzó a gritar “¡Hey!”, el vocalista respondió diciendo: “¡Amor!”. La promesa de un idilio que no se olvidará.

Por este motivo, las peticiones de bises fueron estruendosas, por lo que no tardaron en regresar para un “Tell Me” en el que la muchedumbre bailó y hasta montó pogos. Una hora y pico que se había hecho cortísima, prueba indiscutible de que el recital había molado mucho, aunque con este tipo de bandas septentrionales uno casi siempre va a tiro hecho. Difícil se antoja que decepcionen.

En definitiva, se trató de unos suecos con mucho amor, con maneras de estrellas totales y dejándose la piel como si estuvieran en un pabellón de dimensiones gigantescas. Esa es la verdadera actitud del rock n’ roll. Que nadie se los pierda en su próxima visita, que no creo que tarde mucho en producirse.

Grande Royale y la crítica de ‘Welcome to Grime Town’ es uno de los contenidos del número 451 de La Heavy, el que ha llegado con Ghost en portada con una brutal entrevista. Iron Maiden, Def Leppard, Dio, The 69 Eyes o Axel Rudi Pell entre muchísimos otros también esperan en las páginas de este número. Corre a tu kiosco o visita nuestra tienda online para no perderte nada.

Alfredo Villaescusa
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Esta entrada fue escrita por Alfredo Villaescusa

1 comentario

  • Juandie dice:

    Muy buen resumen hacia el rockero y cañero concierto que se marcaron los suecos GRANDE ROYALE presentando su nuevo álbum en esta buena sala rockera de la ciudad de Bilbao.

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