Graham Bonnet en Bilbao: Orgulloso de estar vivo

Sobre el mítico vocalista Graham Bonnet sobrevoló años atrás la sospecha de indecentes prácticas en lo que respecta a su rendimiento en directo, algo que no pudimos contemplar de primera mano, puesto que por una razón u otra nunca hasta ahora habíamos conseguido acudir a un bolo suyo. El prolífico currículum que atesoraba junto a formaciones como Rainbow, MSG, Impellitteri o Alcatrazz era motivo suficiente para animarse a catar a esta figura fundamental en la historia del rock.

Los fieles respondieron a la llamada del veterano cantante en el recinto D8 Sorkuntza Faktoria de Bilbao, no cabe duda, aunque habría que subrayar que la media de edad se hallaba en torno a los cuarenta o cincuenta. No se veía por ahí un jovenzuelo ni de casualidad, lo cual debería constituir un importante motivo de reflexión acerca del porvenir que esperará en unos años a ciertos grupos cuando sus potenciales asistentes no tengan ya la capacidad de moverse por sí mismos u otro tipo de problemas de salud.

Por lo menos es de agradecer que un señor como Graham Bonnet siga demostrando en las distancias cortas que todavía tiene correa para rato, a pesar de los lógicos achaques de una leyenda de 76 tacos. Basta preguntarse si nuestros familiares o conocidos de edad similar están en idénticas condiciones a la hora de subirse a un escenario o incluso actividades no tan exigentes a nivel físico.

Y eso que el show comenzó con material de envergadura como “Eyes of The World” o “All Night Long” del recordado álbum ‘Down to Earth’ de Rainbow, el gran reclamo de la gira. Eso sí, no se tocó en su integridad, aunque seis de ocho cortes tampoco constituye un mal balance. En este sentido, solo podría calificarse de privilegio haber podido disfrutar de “Love’s No Friend” o “Makin’ Love”, pese a que dejarse en el tintero un temón del calibre de “Danger Zone” tenía delito.

Bonnet evocó a su colega, el compositor Russ Ballard, autor del himno “Since You Been Gone”, previamente a una brillante interpretación de la misma. Después de semejante regalo, hasta se le podía perdonar que nos cascara un prescindible solo de teclado que devino en “Lazy” de Deep Purple en formato instrumental, una alusión que un servidor no pilló lo que tenía que ver con la trayectoria de Graham, pero era una buena canción, y punto. Alguno gritó: “¡Solo falta la cabra!”.

Antes de “Imposter”, de su último disco en solitario, el legendario frontman aludió al paso del tiempo y confesó que ya había renunciado a teñirse el pelo, así como que estaba “orgulloso de estar vivo”. Con un par. Frente a esa sociedad egoísta que discrimina a los mayores y les hace la vida imposible en cien mil trámites burocráticos, he aquí un tipo que no se esconde y muestra su experiencia vital como todo un logro. Nada de avergonzarse quitándose años.

No mucha gente se percató de ese detalle, pero el guitarrista se pegó una toba importante al caerse del escenario por accidente. Por fortuna, no sufrió daños serios y pudo continuar el espectáculo sin problema. Graham volvió a evocar al genial compositor Russ Ballard para “S.O.S”, que formaba parte del álbum de 1981 ‘Line-Up’, donde contó con la colaboración de Micky Moody (Whitesnake) o Francis Rossi (Status Quo), entre muchos otros.

“Desert Song” de MSG fue el primer recuerdo al guitarrista rubio alemán antes de que se pusiera más serio con la sombría “Uncle John”, de su trabajo en solitario más reciente. “Jet to Jet” de Alcatrazz en formato instrumental cubrió otra etapa más de Bonnet y cortaron el rollo de nuevo con otro solo, en esta ocasión de batería, que tampoco es que aportara demasiado, aunque suponemos que sería para que el vocalista descansara y pudiera dosificar fuerzas a lo largo del show. Cada cual tira de sus pequeños trucos.

En la presentación de la banda cobró relevancia Beth-Ami Heavenstone, bajista, mánager y actual esposa de Graham, un apoyo decisivo en su carrera durante los últimos tiempos, aparte de pilar fundamental del grupo en directo. Como curiosidad, señalar que ambos se conocieron a través de la red social LinkedIn mientras hablaban de sus hijos y desde entonces no han perdido ni un ápice de química. Ni dentro ni fuera del escenario.

“Assault Attack” de MSG se convirtió en la despedida en un primer momento, pero hubo un par de bises de propina de categoría como “Too Young To Die, Too Drunk To Live” de Alcatrazz y el inevitable “Lost In Hollywood” de Rainbow, precedido por un redoble de batería reminiscente al del “Rock and Roll” de Led Zeppelin. Ni un segundo de aburrimiento.

¿Pudo haber sido más largo el bolo? Probablemente, pero cumplió de sobra. Habíamos contemplado a un tipo orgulloso de estar vivo y de compartir su legado año tras año con unos fieles que son conscientes de sus limitaciones y por eso le disculpan que de vez en cuando pare para tomar aliento. Volvemos a lo que decíamos antes, a ver cuántos somos capaces de subirnos a las tablas con 76 palos y destilar tanta clase, elegancia y saber estar como Bonnet. Para hacerle un monumento.

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Alfredo Villaescusa

Eclecticismo en vena. No hay nadie que no dispare el viernes por la noche, ni hay quien esquive los disparos.

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